NACIÓN
¿Sigue acoso a los policías que encararon al senador Merlano?
Los uniformados, que ya habían denunciado hostigamiento en el interior de la Policía, aseguraron que la situación no mejora.
Los patrulleros Wílmar Escobar y Gustavo Niño, quienes cumplieron su deber y conminaron al exsenador Eduardo Merlano (La U) a practicarse una prueba de alcoholemia en un bochornoso episodio ocurrido en mayo del 2012 –en el que el legislador intentó hacer valer su investidura– denunciaron la semana pasada que sufrían “hostigamientos” y “acoso laboral” dentro de la Policía.
“Tenemos acoso por parte de la institución, no respetan nuestros derechos. Nos discriminan, nos tratan mal. Todo esto empezó a ocurrir después de la situación con el senador”, dijo Escobar. Un matoneo que, según él, se presenta a diario y por parte de compañeros y superiores.
El comandante de la Región Ocho de la Policía Nacional, general Carlos Enrique Rodríguez, aseguró entonces que la institución quería resolver la situación. Sin embargo, una semana después, Escobar dice no haber visto la ansiada mejora.
Es por ello que decidieron acudir directamente al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y manifestarle que necesitan soluciones. “¿Qué ejemplo les podemos brindar los policías de Colombia a la ciudadanía, cuando el solo cumplimiento del deber trae esta clase de consecuencias dentro de nuestra institución?”, reza la carta que le enviaron.
Escobar es directo. Él lo único que quiere es salir del país, por eso le hace una petición a Pinzón. “Me veo en la penosa situación de acudir a usted para solicitarle se me dé la oportunidad de continuar dentro de la institución en el cargo de secretario en una embajada fuera del país de manera permanente”.
Se trata de una solicitud que para, algunos, resulta del todo exagerada. No obstante, será la institución la que finalmente decida el rumbo de los uniformados.
“Acusaciones distan de la realidad”
En su denuncia, el patrullero Wílmar Escobar aseguró que “no sé si el exsenador (Merlano) tenga que ver con esto. No puedo asegurar nada. Pero yo sí creo que el general Pérez tiene algo que ver. No encuentro otra explicación”.
El brigadier general (r) Óscar Pérez era el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla en el 2012, cuando ocurrió el episodio con el excongresista. Aunque en su momento el alto oficial castigó injustamente a los policías que retuvieron al senador, reconoció luego su error y renunció a su cargo. Después de que Semana.com publicó la denuncia, Pérez respondió. El oficial retirado aseguró que recibió con sorpresa las afirmaciones del patrullero, que “distan totalmente de la realidad”.
Aseguró que aseveraciones de tal gravedad “requieren investigaciones de tipo penal y disciplinario con la consecuente identificación de responsables, en aras de que no se continúe menoscabando mi nombre y mi prestigio”.
Añadió que “somos pocos los servidores públicos de alto nivel que asumimos nuestros errores con la dejación del cargo y por ello no puedo permitir que se utilicen métodos de difamación contra un oficial general que durante 30 años le sirvió al país de forma responsable y honesta”.
Desde su retiro, Pérez dice haberse dedicado a “asuntos profesionales relacionados con proyectos productivos agrícolas y asuntos familiares. Por la institución tengo agradecimiento perenne y todo el respeto por los uniformados”.