JUSTICIA
¿Hay bienes de Víctor Carranza en el exterior?
Algunos herederos piden investigar si el ‘zar’ tenía acciones en una mina de diamantes en Sudáfrica.
La muerte del conocido empresario de las esmeraldas Víctor Carranza dejó un gran lío jurídico para sus herederos. Los hijos del matrimonio y fuera de este están enfrentados en un juzgado de familia y no se han podido poner de acuerdo para repartir las propiedades del empresario.
En una audiencia a puerta cerrada, los abogados de la viuda de Carranza y sus cinco hijos, así como el de las tres hijas extramatrimoniales, se reunieron para discutir el tema de los bienes que dejó el llamado “zar de las esmeraldas”.
Catalina Carranza, una de las hijas extramatrimoniales, aseguró que la diligencia fue suspendida y que se reanudará el próximo 10 de julio. A ella el juzgado no le permitió el ingreso por lo que tuvo que esperar el reporte de su abogado. El jurista le contó que las partes revisaron 56 bienes de los 140 que tenía declarados antes de morir por un cáncer terminal en abril del 2013.
“Ellos estaban en una audiencia de inventarios y avalúos. Apenas ahora están cruzando las matriculas para que coincidan, esa es la primera fase y luego viene la parte de avalúo”, indicó la hija de Carranza.
Por ahora las partes no tienen un acuerdo, aunque hay un acercamiento para avanzar en el proceso. La idea es que las dos partes lleguen a un convenio que los satisfaga.
El ‘zar de las esmeraldas’ dejó nueve hijos, cinco con su esposa Blanca. Ellos están representadas por el abogado Jorge Alirio Roa. Las otras tres hacen parte de relaciones extramatrimoniales. La representación está a cargo del jurista Juan Carlos Suárez.
Además, existe una mujer que por ahora no tiene el reconocimiento legal, aunque la reconocen como hermana. “Ella está en proceso para tener el apellido y en esta etapa no hace parte hasta que no demuestre que es hija de mi papá”, explicó Catalina.
Por ahora se desconoce el valor de los bienes que dejó Víctor Carranza. Por su cercanía con el esmeraldero solo la viuda y sus hermanos del matrimonio tienen conocimiento de cuál es el avalúo.
“En el inventario que habían presentado a octubre no encontraron semovientes, ninguna esmeralda y hasta ahora esos 140 bienes son fincas, lotes, casas y todavía falta mirar el ganado, las esmeraldas y el efectivo que se presume hay en cuentas en el exterior”, dijo Catalina.
Federman Ocampo, quien hace parte de la bancada que representa las hijas de Carranza por fuera de su matrimonio hizo una petición que podría sumarle un inconveniente más. A un juez le solicitaron que el Ministerio de Relaciones Exteriores ayude a recolectar información de los bienes que Carranza tendría en China, Emiratos Árabes, Panamá y Suiza. Además de unas posibles acciones de una mina de diamantes en Sudáfrica.
El abogado Roa, defensor de la viuda de Carranza, está seguro de que el esmeraldero no contaba con propiedades en Sudáfrica. Hoy se sabe que la defensa de la viuda y los hijos del matrimonio de Carranza han presentado 120 bienes para la sucesión.
Perfil
Carranza llegó a ser uno de los hombres más ricos del país. Su fortuna siempre fue un misterio. Se conoce que entre sus propiedades hay lujosas fincas y haciendas ganaderas en Villavicencio, Puerto López, Puerto Gaitán en el Meta; Armero y Honda (Tolima) y la sabana de Bogotá, junto a lotes, apartamentos, minas de esmeraldas, empresas mineras, ganaderas y hoteles, entre otros bienes.
Desde joven, según publicó en su momento SEMANA, Carranza se enamoró profundamente de su prima Blanca Carranza, quien lo acompañaría hasta su muerte y con la que tuvo cinco hijos: Holman, Víctor Ernesto, Mery, Andrés Felipe y Arturo, este último nacido con síndrome de Down. Sin embargo, el zar de las esmeraldas mantuvo de forma paralela relaciones extramatrimoniales que al final le dejarían otras cuatro hijas más: Vivian Andrea Carranza, Iliana Catalina Carranza, Ginna Juliana Carranza y Sandra Rusinque. Esta última, una mujer de más de 40 años, siempre fue reconocida y presentada como hija del zar, a pesar de que no llevaba el apellido paterno.
La familia Carranza Carranza siempre supo que el zar de las esmeraldas tenía otras hijas, algo que él veía como absolutamente normal. Sin embargo, él mismo se encargó de que cada familia tuviera su propio espacio y los recursos suficientes para vivir de forma cómoda, más no lujosa y sin ostentaciones. Por eso, salvo algunos encuentros casuales en fincas o cuando iban a recoger la mesada, varios hermanos se conocieron durante sus últimos días de enfermedad en la Fundación Santa Fe en marzo pasado o durante su entierro.
Al final de su vida, según varias de sus hijas, Víctor Carranza les pidió que no fueran a pelear por su herencia, pues había suficiente y que ya todo estaba cuadrado. Al frente de la sucesión iba a estar Jorge Alirio Roa, su abogado y persona de confianza. “Eso sí, nos advirtió que no nos fuéramos a dejar robar”, dijo una de las hijas.
El mismo día del funeral, el 5 de abril, en una sala anexa se reunieron por primera vez todos los hijos, quienes acordaron trabajar como una familia, así nunca hubieran estado juntos, y repartir sin problemas la herencia. Al día siguiente, Roa se comunicó con las hijas y les pidió que le firmaran el poder para representarlas en la sucesión, tal y como lo habían hecho Blanca Carranza y sus hijos. Sin embargo, según ellas, la presión del abogado fue tan intensa y los ofrecimientos tan exiguos, que las tres hijas prefirieron abstenerse de hacerlo.
Deberá ser un juez el que decida cómo será la repartición, pero antes es necesario tener claridad sobre cuál fue la fortuna que dejó el polémico esmeraldero.