Judicial
Sin privacidad y vigilados desde un techo de acero. Así son la celdas para pandilleros en la megacárcel de El Salvador. SEMENA las conoció
El Centro de Confinamiento para el Terrorismo se levantó en menos de seis meses y desde ya se convierte en la cárcel más grande del mundo. Vea los videos grabados en este gigantesco penal.
Lo que resulta sorprendente del Centro de Confinamiento para el Terrorismo construido en El Salvador y destinado a más de 40.000 pandilleros de la MS y el Barrio 18, no es la dimensión de la obra, quizá la más grande del mundo, sino el tiempo para tenerla lista: menos de seis meses.
Este gigante carcelario tiene ocho pabellones construidos en una sola planta, con más de 100 celdas cada uno y donde justamente estarán privados de la libertad, confinados y aislados, todos pandilleros que por décadas mantuvieron en zozobra a la comunidad de El Salvador.
Cada pabellón tiene salas de audiencia, espacios de reconocimiento en fila de personas, zona de reseña e identificación y hasta celdas de castigo. Los pandilleros no tendrán más espacio de movilidad que las celdas donde pagarán sus condenas, la mayoría a 40 años de prisión.
”El objetivo es que los privados de la libertad, los pandilleros que tanto atemorizaron al pueblo salvadoreño, no tengan espacio más allá de las celdas donde estarán confinados y aislados; el objetivo es garantizar que no volverán a salir, y al mismo tiempo la seguridad del personal de custodia los estará vigilando las 24 horas del día”, dijo Romeo Rodríguez, ministro de Obras Públicas de El Salvador.
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En las celdas donde estarán los pandilleros hay unos camarotes de cuatro niveles que alcanzan los cinco metros de altura, en los costados son muros de contención; de frente, una reja en acero con una lámina perforada que impide cualquier intento de alcanzar los seguros o candados.
”Se trata de una construcción con todos los requisitos y con tecnología de punta para garantizar que ningún terrorista que ingrese a pagar su condena pueda escapar. Se adoptaron modelos de centros penitenciarios en todo el mundo para construir la que será la cárcel más grande de América”, dijo el ministro de Obras.
Los detenidos serán vigilados desde lo alto de la celda, en una reja troquelada en rombos con filos que incluso pueden arrancar un dedo, si por casualidad los pandilleros intentan colgarse o tratan de arrancarlas. Es sencillamente imposible pretender escapar de este Centro de Confinamiento para el Terrorismo.
”Se trata de una malla especial que no solo tiene una dirección que permite al custodio vigilar a los terroristas, sino que puede incluso mutilar el dedo de quien intente arrancarla, pues cuenta con un filo delgado que garantiza la seguridad del custodio y del mismo espacio”, dijo Héctor Antonio Saldaña, ingeniero de Centros Penales de El Salvador.
Además de los camarotes, los internos tendrán en el mismo espacio, sin puertas, sin nada de privacidad, los baños, que se reducen a una pileta o lavadero -como diríamos en Colombia- que eventualmente recibe agua autorizada por los custodios del penal. Son dos inodoros junto a las piletas que se desocupan con la misma agua.
Las celdas no tienen comunicación entre sí y de frente solo hay un enorme pasillo por donde caminan únicamente los custodios, el personal de vigilancia y seguridad del penal. En otras palabras, no hay espacios de diversión, entretenimiento o siquiera dónde tomar el sol, las condenas las tendrán que pagar confinados.
”Se trata de una construcción con todos los requisitos y con tecnología de punta para garantizar que ningún terrorista que ingrese a pagar su condena pueda escapar. Se adoptaron modelos de centros penitenciarios en todo el mundo para construir la que será la cárcel más grande de América”, dijo Romeo Rodríguez, ministro de Obras Públicas de El Salvador.
De acuerdo con los ingenieros que participaron en la construcción de este penal, el mismo cumple con todo lo que ordena la ley, incluso los derechos humanos de los detenidos. Todos tendrán acceso al debido proceso pero bajo estrictas condiciones de confinamiento y vigilancia. Podrán asistir a las audiencias judiciales y lo harán desde los mismos pabellones.