DEBATE
“Sobre el agua de Bucaramanga no hay nada técnico, es una postura ideológica”: Brigitte Baptiste sobre Santurbán
El cuestionamiento de la exdirectora del Instituto Humboldt le apunta a una de las banderas que tiene el movimiento social contra la megaminería en cercanías del páramo. El exministro Manuel Rodríguez y la vocera del Comité de la Defensa del páramo rebatieron los argumentos de Baptiste.
Desde hace más de una década, en Santander se ha escuchado la consigna “agua sí, oro no”, durante las protestas contra la megaminería en el páramo Santurbán o a sus alrededores. La idea colectiva es que con la extracción de oro en el páramo se afectaría el agua de 2,5 millones de personas, incluidas las de Bucaramanga. Sin embargo, Brigitte Babtiste, rectora de la Universidad EAN y exdirectora del Instituto Humboldt, cuestionó esta premisa en Semana en vivo.
“El tema del agua, Bucaramanga, Minesa, yo creo que ahí no hay nada técnico, hay una disputa ideológica, que es prácticamente imposible de discernir qué es lo que pasa y en mi visión personal creo que el proyecto debe ser resuelto en franca ley en la evaluación del impacto ambiental, porque tiene el potencial de afectar el páramo, pero no tiene en absoluto el potencial de afectar la ciudad de Bucaramanga, como lo ha planteado el Comité de la Defensa. Ahí tengo una posición divergente”, aseguró la experta.
Alrededor del tema de Santurbán hay un gran apoyo y debate político. La crítica que hace Baptiste no es nueva, en Santander los políticos saben que estar a favor del proyecto tiene un costo político enorme, una especie de “linchamiento social”, como lo describió uno de los congresistas santandereanos consultados, que tiene reparos.
La vocera del Comité por la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán, Mayerli López, rebatió el argumento de Baptiste, considera que no es “una posición ideológica” porque según el estudio que hizo el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, el proyecto de Minesa “afectará de forma directa diez nacimientos de agua que son afluentes del río Vetas y Suratá, fuentes hídricas importantes en el abastecimiento del agua de Bucaramanga”.
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Sin embargo, Baptiste reiteró su postura, porque considera que así como hay estudios a favor, hay en contra. Incluso aseguró que “sí asumiría” el riesgo de llevar a cabo el proyecto minero de Sotonorte de Minesa, después de estudiarlo durante años.
“El único llamado a lo que plantea Mayerli es mirar los estudios, las cifras, la consistencia de las cosas y con el máximo de ilustración y participación tiene que ser. El hecho de que hayan diferencias ideológicas no invalida el debate, tenemos todos derecho a pensar distinto. Decidir si asumimos el riesgo o no. En el caso de esa mina yo sí lo asumiría, después de muchos años de darle vueltas. No tengo nada que ver con el proceso ni el licenciamiento”, recalcó.
Actualmente la Agencia de Licencias Ambientales (Anla) decide si otorgarle o no la licencia ambiental a Minesa para que extraiga polimetálicos durante 24 años, debido a que el cierre de la mina iniciaría en 2045. El Comité de la Defensa del Páramo, ONG, y las Asambleas y Concejos de Norte de Santander y Santander están pidiendo mediante una acción popular que se suspenda el proceso de licenciamiento. Mientras que el Gobierno, a través del ministro de Minas, Diego Mesa, apoya el proyecto porque lo ve como un factor clave para la reactivación de la economía golpeada por la pandemia.
El exministro de Ambiente, Manuel Rodríguez, asegura que este proyecto minero no se debería llevar a cabo por varias razones. La primera de ellas es que el Gobierno colombiano no cuenta con un estudio hidrogeológico que permita determinar con exactitud si los acuíferos se afectarían. “Tenemos que depender de los estudios de impacto ambiental de la empresa. Se sabe en el mundo que los estudios de las mineras esconden datos fundamentales, porque si el Estado colombiano no tiene la línea base, ¿contra qué compara?”, advirtió.
Rodríguez, quien también hace parte del comité de alto nivel que creó el Partido Liberal para defender el páramo, no está de acuerdo con Baptiste, contrario a esto, asegura que la comunidad de Bucaramanga tiene razón, porque el proyecto “tiene unos riesgos enormes que el Estado ni siquiera sabe cuáles son”.
Advirtió además que en la legislación colombiana no existe ninguna norma sobre los impactos a perpetuidad -que causaría la mina en Santurbán-. “Eso es gravísimo, porque de acuerdo a los estudios que existen sobre el área que han hecho algunas organizaciones, tendría unos potenciales de drenajes ácidos muy complicados. Se sabe hoy en día que hay minas que se han explotado cuyo manejo de los drenajes ácidos ha costado más que todos los beneficios malditos que recibió el país”, aseguró.