Nación
Solo el 3% de los empleados que se ocupan en Colombia tienen la misión específica de minimizar el cambio climático
Los llamados empleos verdes, a pesar de ser de los mejores remunerados, tienen hasta el momento muy pocas vacantes en este país y en su mayoría son hombres quienes los ocupan, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad del Rosario.
Con preocupación se analiza que, aunque muchas de las políticas de Estado van ligadas a la mitigación de los efectos que genera el cambio climático, teniendo en cuenta que es esta una prioridad en el ámbito mundial, son pocos los esfuerzos que se están haciendo desde el sector empresarial para lograrlo. A esa conclusión llegaron investigadores de la Universidad Nacional tras realizar un estudio que permite, entre otras cosas, ver “que los empleos verdes permiten entender cómo se va transformando el mercado laboral para mitigar los impactos del cambio climático”, según indicó el mismo equipo del Observatorio Laboral de la institución educativa.
Luego de varios datos concluyeron que son los empleos verdes los que requieren un nivel educativo avanzado, ofrecen salarios altos y se destacan en sectores como la construcción y la minería. Sin embargo, en su mayoría están en manos de hombres.
Se estima que “en Colombia solo el 3 % del total de empleos tiene potencial verde alto; es decir, empleos que se caracterizan por desempeñar actividades que contribuyen a la preservación del medio ambiente”, según resultados preliminares del estudio. Lo anterior refleja un contraste con lo que está sucediendo en otros países del mundo.
En todo el planeta este sector laboral viene en aumento porque de esa manera se garantiza que se esté luchando desde varios frentes para contrarrestar las afectaciones del cambio climático.
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Para Andrés García-Suaza, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y profesor de la Facultad de Economía de la institución, “medir la incidencia de empleos verdes nos permite entender cómo se va transformando el mercado laboral colombiano para mitigar los impactos del cambio climático”.
Por su lado, Pamela Caiza, otra de las investigadoras, dice que “en el país, según datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (Geih), solo hay 1,3 millones de empleos con potencial verde alto en el país, lo que representa apenas el 3 % del total. El 30 % corresponde a empleos con potencial verde intermedio y con el 67 % de participación se encuentran los empleos con potencial verde bajo”.
De acuerdo con el estudio del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, la transición a una economía verde parece demandar trabajadores con altos niveles de educación. Más del 65 % de las ocupaciones con potencial verde alto están ocupadas por personas con niveles educativos avanzados, según explica la entidad educativa en un comunicado.
“En promedio, los trabajadores en empleos con potencial verde alto tienen mayores salarios y se desempeñan en ocupaciones como ingenieros, supervisores en ingeniería de minas, industrias manufactureras y construcción, así como arquitectos, urbanistas, agrimensores y diseñadores”, comentó Alexánder Sarango, investigador del Observatorio Laboral.
También señala que en Colombia los efectos del proceso de transición verde no se distribuyen homogéneamente entre todos los grupos sociales y tienden a acentuar las desigualdades preexistentes, entre ellas las de género. Conforme al informe, más del 75 % de los empleos verdes con potencial verde alto, al igual que los empleos con potencial verde intermedio, son ocupados por hombres.
Para el economista Andrés García-Suaza, es importante acelerar la transición energética, fortalecer la reforestación y la recuperación forestal, y apoyar a las industrias en la reducción de su huella de carbono como parte de la transición hacia economías limpias promoviendo una transición justa.
Más del 80 % de los nuevos empleos en programas de descarbonización se darán en sectores actualmente dominados por hombres, según la Organización Internacional del Trabajo y Comisión Europea, por lo que para el equipo de investigadores hizo un llamado a que tanto el sector público como el privado tengan presente la necesidad de abordar las desigualdades de género en el ámbito de las ocupaciones verdes.