POLÍTICA
"Somos de derecha; pero ni fachos, ni godos, simplemente nacionalistas"
La derecha radical en Colombia está constituida por jóvenes estudiantes de universidades privadas en su mayoría. La patria, la familia y la religión son sus banderas. ¿Quiénes son y qué buscan?
Son jóvenes universitarios. En su mayoría del Rosario, los Andes, el Externado y la Militar, entre otras en Bogotá, aunque también tienen conexiones con universitarios de Medellín, Cali, Popayán. Se califican a sí mismos como “ultranacionalistas”. No están de acuerdo con la supremacía de la raza blanca, enfatizan, pues no quieren que se les confunda con los movimientos neonazis. De hecho, hay un grupo que trabaja con negritudes. Ellos son la nueva generación de colombianos que reivindican las banderas de la derecha, que tras las dictaduras habían caído en el descrédito.
En Colombia hay varios movimientos juveniles, pertenecientes a los partidos Conservador, Cambio Radical y La U, que proclaman valores como la familia, la tradición y la religión. Algunos salen a las calles a protestar en coyunturas específicas, otros prefieren el activismo en contacto con la gente y los hay quienes profesan su militancia publicando en la web. Se identifican con nombres como Vanguardia Nacional, Restauración Nacional, Juventudes Alzatistas, Reparación Nacional, entre otros.
La mayoría pide la libertad del coronel retirado Alfonso Plazas Vega, quien fue condenado en primera instancia por las desapariciones del Palacio de Justicia. Consideran que las condenas a los militares socaban la institucionalidad, y que el aparato judicial se ha politizado persiguiendo a militares y aliados del uribismo.
“Es un asunto de justicia elemental. No es justo ver a Navarro o Petro haciendo campaña política, mientras quienes le han servido a la patria son tratados como criminales”, dijo a Semana.com Alfredo Mesa*, quien perteneció al movimiento Alianza Patriotas.
Uno de los movimientos que más ha sonado en los medios de comunicación en los últimos días ha sido Restauración Nacional. ¿La razón? Tras la columna de María Jimena Duzán titulada “Cuando la mano negra se indigna”, publicada en Semana, y de las declaraciones del presidente Juan Manuel Santos quien dijo que “la mano negra” estaba detrás del atentado al busto de Laureano Gómez, el movimiento anunció, a través de LaSillaVacia.com, que revelaría sus nombres. No obstante, al cierre de la edición aún no lo habían hecho.
En respuesta a la columna de Duzán, publicaron un editorial titulado “La derecha indignada” en el que califican de “mano siniestra” a “los sectores y familias que por años han manejado el poder político, económico y de medios de comunicación”. Esa mano, dicen, “alimentada por la pluma liberal, punzante, calumniadora y mentirosa, es la que quiere endosar el atraso de nuestro país que ellos mismos causaron, a los conservadores, a los militares y a los católicos piadosos, a quienes no creemos en la voluntad de paz de las narco guerrillas…”
A propósito de los 20 años de la Constitución, en su página web, este grupo lanzó una diatriba contra la Carta a la que calificó de “ilegítima e inmoral”. En su criterio, el procedimiento usado por la Corte Suprema de Justicia de entonces para permitir la convocatoria constituyente no fue legal. Para ellos, con esa figura se acabó con “105 años de la gloriosa constitución de la Regeneración”. En el ideario de la mayoría de estos grupos se defiende la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
Las conexiones virtuales
En los blogs de estas organizaciones se replican las columnas de Fernando Londoño Hoyos, José Obdulio Gaviria, Plinio Apuleyo Mendoza, entre otros columnistas de derecha. También replican los artículos del periodista Ricardo Puentes Melo, quien ha cuestionado el papel de la justicia en varios casos contra militares y escritos en el blog Periodismo Sin Fronteras, y los del blog Atrabilioso, creado por Jaime Ruíz, un asiduo visitante de la web dedicado a difundir opiniones en contra de periodistas como Daniel Coronell, o de la fiscal María Ángela Buitrago (quien investigó el caso del coronel Plazas) o del padre Javier Giraldo (defensor de Derechos Humanos).
Estos medios entre sí también replican aquellas informaciones de los medios masivos de comunicación en los que se hace eco de sus posiciones ideológicas.
Mesa, sin embargo, aduce que “no conocemos ni a José Obdulio, ni a Miguel Gómez ni a Londoño, en persona. La información que se publica en esas páginas es producto de la afinidad con el pensamiento de algunas personas”.
¿Más que una moda?
Una encuesta hecha en Bogotá por la Universidad de la Sabana a finales del año pasado parece advertir el auge de las ideas que profesan estos grupos.
Por ejemplo, según la encuesta, el 85 por ciento de de los bogotanos dijo estar de acuerdo con que a los menores de edad se les judicialice como a adultos cuando cometen delitos graves. En el mismo sentido, el 74 por ciento dijo no estar de acuerdo con la legalización del consumo de droga; y el 71 por ciento de los encuestados expresó su rechazo a la despenalización del aborto.
Carlos Medina*, un joven de 24 años estudiante de derecho que pertenece al movimiento Respuesta Nacional, explica que la mayoría de los jóvenes que ingresan a esos movimientos lo hacen porque está de moda. Admite que estos grupos sí han crecido, a pesar de que siguen siendo una minoría.
En su caso, considera que se trata de ser consecuente con ideales, por esta razón su grupo no tiene página web, sino que se dedica a la discusión en reuniones cerradas. “No nos interesa que nos sigan, porque nuestra defensa es a la Patria. Creemos que la restauración institucional empieza por la restauración social”, dice.
Medina confiesa que en algunos puntos de su ideario coinciden con la Tercera Fuerza. “Pero muchos de nosotros creemos que podemos luchar sin ser skinheads (cabezas rapadas)”, agrega.
El ideario de Respuesta Nacional, al igual que los de la mayoría, considera enemigos a los “drogadictos” y homosexuales. En sus páginas en internet se advierten esas fobias con símbolos de prohibido y en el fondo una bandera de colores, entre otros íconos. “El argumento de los homosexuales es que es un asunto genético. Si eso fuera así, la humanidad estaría condenada a desaparecer, porque la reproducción es heterosexual”, dice Medina.
Por el contrario, Restauración Nacional dice no considerar enemigos a estos grupos poblacionales, pues se declaran respetuosos de la dignidad humana.
La defensa de la familia es otro de los caballos de batalla de estos jóvenes. Mesa cuenta que hubo dos factores determinantes en su pensamiento: el asesinato por parte de la guerrilla de un tío y la pertenencia de su familia a un movimiento católico llamado obra de María de donde provienen sus creencias religiosas. “La restauración social empieza por la familia. Es ahí donde la sociedad comienza a cambiar”, dice.
A propósito del actual gobierno coinciden en que ha aflojado en materia de seguridad, “pues no hay otra forma de explicar que las emboscadas a policías y los ataques a patrullas den resultados”.
La participación política
Estos grupos, a pesar del ruido que puedan generar en Internet, aún no tienen una representación significativa. Todos actúan por su cuenta. “La derecha está muy desorganizada porque, aunque tenemos objetivos comunes, actuamos de manera distinta”, reconoce Medina. Sin embargo, a sus militantes sí les gustaría que la organización trascendiera. Jóvenes como Mesa, quien cuenta que hizo campaña por Juan Manuel Santos, trabajan directamente con partidos políticos. “Tenemos que pasar de la queja y actuar, tenemos que organizarnos. Y en aras de crear una disciplina de partido, pues decidimos trabajar con La U”.
Él prefiere el debate político y considera que la interacción con otros movimientos contrarios es necesaria. “Creo en las instituciones, y por eso en la democracia”, dice.
Otros como Medina consideran que primero hay que actuar en el barrio: “generar conciencia sobre la pertenencia a la comunidad, enseñar a respetar los público. No es tolerable permitir la existencia de una “olla” o la permanencia de un vago en el parque. Después sí pensamos en cambiar las instituciones, primero lo primero”. Es lo que se podría llamar un “radical”.
Restauración Nacional, por su parte, aspira a convertirse en un movimiento con representación política. Sus integrantes dicen no pertenecer a ningún partido.
La religión
Para Restauración Nacional cuyo logo es una “s” con una cruz roja encima, la tradición católica es el mayor símbolo de unidad nacional. Llama a su credo “religión benemérita de la Patria y elemento histórico de la nacionalidad”. Así mismo se compromete a defender y promover “la herencia hispánica”.
En Medellín, esta organización tiene una relación estrecha con el “Centro Cultural Cruzada, católicos en defensa de la Civilización Cristiana”. Esta organización “de católicos preocupados por la crisis moral y social que sacude nuestra querida Colombia”, ha trabajado activamente en contra de iniciativas de la administración de Alonso Salazar a favor del aborto o de lo que consideran promoción del homosexualismo.
Pero no todos ponen como bandera su religión. “Mientras que para Restauración Nacional sus principios son Dios, Familia y Patria, para nosotros es Familia, Sociedad y Patria”, explica Medina. En su criterio, la religión es un asunto personal, pero la religión Católica es considerada por muchos de estos jóvenes un símbolo de unidad, que es lo que predican los nacionalismos.
Las fuentes
Los conservadores Laureano Gómez, Gilberto Alzate Avendaño, Augusto Ramírez Moreno, son algunas de las figuras colombianas que inspiran a estos movimientos.
Pero también aparecen figuras como Jorge Eliécer Gaitán. En su primera entrada al blog de Vanguardia Nacional hay una respuesta al artículo publicado por María Valencia el pasado 9 de abril, en el que, según el autor del texto, ella refrenda “la falsa leyenda” de que a Gaitán lo mataron los conservadores y el liberalismo no gaitanista. En el artículo, su autor plantea que detrás de su asesinato estuvo el régimen de Stalin para “abrirle avenidas a los comunistas colombianos, quienes habían sido barridos de la escena política y de los sindicatos por la acción del gaitanismo”. Y es que tanto para Medina como para Mesa, “Gaitán fue un nacionalista y no como han querido mostrarlo, un líder de izquierda”.
El movimiento Restauración Nacional precisa que sus referentes ideológicos son nacionales. Pero para los grupos más radicales las fuentes están en el extranjero. Entre una larga lista de autores se encuentran el propio Hitler, pero también Robert Owen (Inglaterra) y Ramiro Ledesma (España), entre otros.
Qué dicen los expertos
En su artículo ¿Qué tan conservadores somos los colombianos?, publicado en Razonpublica.com, el experto en pensamiento estratégico Jorge Gaitán Villegas, advierte que la “derechización” es un fenómeno que viene de hace rato. En el Estudio Mundial de Valores de 1998, Colombia estaba más cerca de la “dimensión tradicionalista y conservadora”, que de la “secular racionalista”.
Lo nuevo es que los jóvenes, según los resultados de esa misma encuesta en 2005, se enmarcan en valores “tradicionalistas con una aspiración inicial hacia la autoexpresión”.
Para Camilo Herrera presidente de Raddar y del Centro de Estudios Culturales-CENEC, en la población comprendida entre los 18 y los 25 años se ha incrementado la simpatía por valores conocidos como de “derecha”.
En su criterio hay tres explicaciones para ello. “Primero, porque es una generación que ha crecido en el conflicto. Y para la que todo lo que huele a la izquierda se relaciona con la guerrilla. Segundo, porque busca distinguirse de la generación que le lleva más años, para la cual todo es relativo, mientras que ellos buscan otra vez valores absolutos. Y tercero, porque fue una generación que durante la formación de su identidad escuchó durante ocho años una palabra que se había refundido: patria”.
Al respecto de si es un fenómeno global o nacional las opiniones varían. Para Herrera, expresiones políticas de derecha como el Tea Party en Estados Unidos podrían tener alguna incidencia, pero la radicalización de estos movimientos en Colombia es muy particular. “La tendencia mundial es a apartarse de los absolutos”, dice.
No obstante, Medina considera que la derecha en el mundo ha venido creciendo y han obtenido conquistas electorales en países como Italia, Francia, Alemania y España. La diferencia es que allá son movimientos constituidos por personas de generaciones más viejas que “superaron la moda y pasaron ser consecuentes con su ideología. Acá todo es más lento, porque los procesos los vivimos con varias décadas de retraso”.
* Los nombres de las fuentes fueron cambiados por petición de ellas.