ENTREVISTA
Liquidaciones de Saludcoop y Caprecom aportarían 2 billones de pesos
En entrevista con Semana.com, el superintendente de Salud, Norman Julio Muñoz, aseguró que espera que el próximo año el sistema de salud se estabilice con esos recursos. Habló de la situación actual de Cafesalud y su venta.
En diciembre pasado la Superintendencia de Salud decidió pasar 4,6 millones de usuarios de la liquidada Saludcoop a Cafesalud. Como era de esperarse, la decisión ha sido muy cuestionada e incluso la misma EPS dice no poder con toda la responsabilidad que tiene, pues cuenta con más de 5,4 millones de afiliados.
El Superintendente Nacional de Salud, Norman Julio Muñoz explicó a Semana.com las razones que tenían para tomar esa decisión, contó cuál es la situación actual de Cafesalud y cómo va el proceso para su venta. También aseguró que espera que el próximo año, cuando se terminen las liquidaciones de Saludcoop y Caprecom, ingresen al sistema de salud 2 billones de pesos, sobre todo, para oxigenar a las IPS.
Semana.com: ¿Se arrepiente de la decisión que tomó cuando trasladó a los usuarios de Saludcoop a Cafesalud? ¿O cree que fue acertada?
Norman Julio Muñoz: Solo eran tres escenarios posibles, pero uno el más viable. El primero, era devolver la empresa. Después de todo lo que hicieron los administradores de Saludcoop, eso no era posible. Dos, hacer lo que hacemos en todas las liquidaciones: distribuir todos los afiliados del grupo, decretar la liquidación e iniciar el proceso.(...) Esa hubiera sido una solución fácil. Sin embargo, en el caso de Saludcoop había tres puntos críticos que lo inviabilizaban.
Semana.com: ¿Cuáles?
N. J. M.: Primero, si liquidabamos todo el grupo Saludcoop se afectaban las EPS receptoras, pues no había cómo distribuirles los casi siete millones de usuarios. Eso las hubiera llevado a colapsar financiera y operativamente. Dos, detrás de esto había 40.000 trabajadores. Si entraba en liquidación la matriz, la holding, el resto de las instituciones se acababan. ¿Sabe qué son 40.000 empleos? Creo que estaba entre los 5 o 10 principales empleadores del país. Ahora solo hay 600 en problemas y ellos son los que fustigan.
Y tercero, 4.000 proveedores: entre hospitales, laboratorios y demás. O sea, tomar la decisión de una liquidación completa hubiera generado una crisis sistémica. Era imposible.
Semana.com: ¿Y cuál era la tercera opción que tenían con Saludcoop?
N. J. M.: La misma contralora Sandra Morelli nos dio pistas. En un control de advertencia que envió (creo que en 2014) advertía que la empresa ya estaba en causal de liquidación. Y dijo en un párrafo: ‘busquen un vehículo, ojalá dentro del mismo grupo, que permita garantizar la continuidad de afiliados‘. (...) Esa fue la decisión responsable, sino hubiéramos colapsado a todas las demás. En Caprecom se distribuyeron un poco más de un millón, acá eran casi siete millones de todo el grupo. No era tan fácil.
Semana.com: Pero Cafesalud sufre los mismos males de Saludcoop, hacían parte del mismo grupo.
N. J. M.: Al contrario, una de sus bondades es que era de la misma holding. Eso nos aseguraba que íbamos a garantizar gran parte de la operación del grupo y de sus empleados. Segundo, era una sociedad comercial. Es decir, que se puede vender. Saludcoop como cooperativa no se podía vender.
Tercero, tenía presencia nacional. ¿Qué necesitábamos? Alistarla para que recibiera a los afiliados. (...) Cafesalud es un vehículo transitorio, y nunca se pensó como vehículo definitivo. Pero claro, hay muchos a los que les hubiera fascinado volver esto público.
Semana.com: Pero las cosas no han salido del todo bien. ¿Qué se hizo mal?
N. J. M.: Hubo un problema de crisis de confianza. Todo estaba pensado para que se hiciera en línea y que todos los pagos se hicieran bien, lo mejor y más rápido posible, pero no. No todo salió bien y las facturas empezaron a quedar en manos de los prestadores. (...) Cuando usted no recibe pagos, usted queda en desconfianza. ¿Y cómo se cobra eso? Cobrando por anticipado y subiendo tarifas. Por eso, en muchos casos, pese a que se paga se niegan servicios.
Hay un segundo punto, y fue el que llevó a tomar la decisión de sacar a Cafesalud de los municipios donde habían pocos afiliados, hasta 7 o 10. Desplegar una operación hacia esos municipios, era difícil. En cifras era así: el 2 % de los afiliados les demandaba el 20 % del tiempo de operación.
Semana.com: Aún así Cafesalud sigue con muchos usuarios, pues solo salieron un poco más de 195.000.
N. J. M.: Pero le permite focalizarse donde hay más. Pueden concentrarse en mirar que los contratos se cumplan y que haya normalización. (...) Y no se puede negar que hay muchos avances, como en el tema de medicamentos. Se ha normalizado y generado confianza.
Semana.com: ¿Cafesalud si está fácil para vender?
N. J. M.: Creo que esta institución en otras manos tiene todas las posibilidades de convertirse en una de las mejores EPS y en condiciones de mucha eficiencia. Tiene el mejor pool de riesgo del sistema.
Semana.com: Pero la imagen de Cafesalud no es la mejor.
N. J. M.: Es una EPS muy importante. Y aquí, como en casos donde hay muchos recursos de por medio, hay muchos intereses. Es claro que ha habido problemas en la operación, pero ahí hemos puesto el énfasis de reactivación de la empresa. (...) Sin embargo, también creo que ha habido una campaña de desprestigio. Y claro, cuando usted golpea la imagen de una empresa, golpea su precio.
Cuando se presentó la situación crítica de las clínicas de Esimed, ningún medio de comunicación sacó que miembros del mismo hospital, habían sido los que dañaron el ascensor. Lo supimos por denuncias de la misma gerente. (...) Es un ejemplo, pero que refleja muy bien lo que está ocurriendo.
Hay un grupo que se resiste a perder su status y que quiere recuperar la EPS por la puerta de atrás. Y hay muchos que quieren que valga menos. Y también hay mucha injerencia política, por eso no queremos que se entienda que esto es público. Esto tiene que seguir siendo privado.
Semana.com: ¿Cómo va el proceso y cuánto vale Cafesalud?
N. J. M.: Aún no se puede dar la cifra porque se está en el proceso. Y tampoco estoy habilitado para hacerlo, la que tiene la responsabilidad es la liquidadora.
Semana.com: ¿Pero la valoración cumple lo esperado por el Gobierno? ¿O les tocó bajar el precio?
N. J. M.: Yo creo que sí. Hay unas deudas que hay que incluir, pero creo que es un precio razonable. Lo que más nos interesa es que pueda tener una buena operación y que se corrijan todos los problemas en prestación. Pese a todo, durante este tiempo, en seis meses, se han prestado 30 millones de servicios. (...) Y bueno, quien tiene la responsabilidad de recibir las ofertas son la liquidadora y la banca de inversión. Ni el ministro de Salud ni yo recibimos propuestas formales. Al final, lo que hemos pedido es que haya la mayor cantidad de oferentes y le pedimos a la Procuraduría que acompañe el proceso.
Semana.com: ¿Qué tanto queda para vender, aparte de Cafesalud?
N. J. M.: Lo que queda me parece más importante que Cafesalud. Un último informe dice que las utilidades se presentan en la prestación (clínicas), no en el aseguramiento (EPS). Entonces la venta grande puede provenir de la prestación. Ahí es donde hay una muy buena fuente para el pago de las acreencias.
Esto está dividido en dos grupos. Hay activos estratégicos, que son Saludcoop, Cafesalud, Cruz Blanca, Esimed y las clínicas. Y hay participaciones accionarias, como la expansión que intentó hacer Saludcoop en México, Chile, Ecuador, que la liquidadora viene recogiendo. Eso pueda dar mucho.
También están los activos normales. El Paralelo 108 (norte de Bogotá) y todos los edificios administrativos, que ya están valorados y en proceso de venta. En esto se va a recoger, por lo menos, medio billón de pesos.
Semana.com: ¿Cruz Blanca también pasará el mismo proceso que Cafesalud?
N. J. M.: Sí, también será valorada y sometida al mismo proceso de venta de Cafesalud.
Semana.com: Este fue un año duro en el que se llevaron a cabo las liquidaciones de Saludcoop y Caprecom. En el 2017 se terminan esos procesos. ¿Cuántos recursos ingresarán al sistema de salud para dar oxígeno?
N. J. M.: Este fue el año de la depuración, así lo llamo yo. Ha estado apretado porque la plata está en la liquidación de las dos EPS. Nosotros le dijimos a los liquidadores que con el dinero que llegue se empiece a pagar lo que se debe. Esa plata se regará en todo el sistema y oxigenará, sobre todo, a las IPS. (...) Más la plata que se recogerá con los impuestos a las bebidas azucaradas y a los cigarrillos. Eso generará un horizonte de estabilidad desde el próximo año.
Semana.com: ¿Pero cuántos recursos esperan que ingresen al sistema de salud por Caprecom y Saludcoop?
N. J. M.: La cifra es dura. Es arriesgado decirlo, pero creo que podría ser cercano a los dos billones. Uno por cada lado. Ese dinero iría para todos los prestadores.