La contribución aumentaría cada año de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC) | Foto: Archivo SEMANA

MOVILIDAD

Aumento en la tarifa de estacionamiento en Bogotá: ¿cura o enfermedad?

La Secretaría de Movilidad propone y defiende una contribución adicional para ayudar en el financiamiento del transporte público. Las críticas no se han hecho esperar: se cuestiona la efectividad de la medida, el control de parqueaderos ilegales y la afectación al bolsillo de los ciudadanos.

18 de enero de 2018

Otra medida impopular para oxigenar el sistema de transporte público de Bogotá fue propuesta en el Concejo. La Secretaría de Movilidad presentó un proyecto con el cual pretenden establecer el cobro de la contribución por el servicio de los garajes o zonas de estacionamiento de uso público, incluyendo el estacionamiento en vía.

Esto -en plata blanca- quiere decir que las personas que usan el automóvil darán más dinero al momento de usar los estacionamientos. Se cobraría por minuto un incremento de un promedio de 15 pesos, máximo en las dos primeras horas; en caso de que las personas usen el servicio más tiempo no pagarán la contribución en ese tiempo. Este va creciendo proporcionalmente en el tiempo: si la contribución es de 10 pesos por minuto en la primera hora paga 600, en la segunda 600 y después no paga más.

Puede interesarle: Pasajes de Transmilenio subirán 100 pesos

Tal como explicó la Secretaría de Movilidad, el costo de la contribución variará dependiendo de de la zona del parqueadero, según qué tan congestionada sea. Puede llegar a ser entre 7 y 12 por ciento más de lo que se paga hoy en día. Según la norma vigente, el límite del incremento será el equivalente a dos pasajes de transporte público.

La contribución aumentaría cada año de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC)

¿La ‘cura‘ del sistema?

El argumento principal de la Secretaría de Movilidad es que esta contribución, que al año generaría 300.000 millones de pesos, servirá para el financiamiento del transporte público en varios frentes: renovar la flota de transporte; completar el sistema; hacer nuevas obras de infraestructura ligadas al transporte público; cubrir parte del impacto financiero que genere la operación del metro cuando entre en funcionamiento.

"Lo que estamos haciendo es que el medio de transporte más ineficiente y contaminante que genera más externalidades, ayuda a mejorar el modo más sostenible y el que usan los más pobres", le explicó a SEMANA el Secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo.

La administración sustenta el cobro de la contribución en la posibilidad que da el Gobierno Nacional de que las ciudades busquen fuentes complementarias de financiación para sus sistemas de transporte, lo cual incluye la aplicación de sobretasas a estacionamiento. No es un secreto la crisis que atraviesa el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP). El déficit presupuestal es de aproximadamente un billón de pesos al año, y algunos operadores se han declarado en Ley de Quiebra.

"Estamos aportando recursos de la ciudad de más de $600.000 millones en subsidios y son básicamente para el SITP, porque los rojos de Transmilenio cubren costos", explicó el alcalde Enrique Peñalosa.

Sin embargo, la propuesta ha recibido críticas. La principal es que esta contribución no resolvería el problema financiero que tiene el sistema de transporte. "Bogotá tiene un hueco financiero estructural. Cuando pago la tarifa del Transmilenio, la administración tiene que pagar 10 pesos para cubrir lo que vale prestar el servicio, pero cuando uso el SITP tiene que poner más de 1.100 pesos por persona. Hasta que no se resuelva eso no hay ninguna medida que pueda ayudar al sistema, son pañitos de agua tibia", le informó a esta revista Fernando Rojas, experto en movilidad.

Para Rojas, lo que la nueva medida hará será "castigar demasiado fuerte a las personas que tienen carro (…) y eso va a generar un malestar ciudadano sobre todo porque quienes usan el carro no tienen un transporte público de calidad que les permita dejar el carro en su casa y utilizar otro sistema".

Contrario a esto, el secretario de Movilidad ve como algo positivo que se desestimule el uso del carro en Bogotá. "Entendemos que este es un tema complejo, que aumenta los costos de movilidad algunos bogotanos. También entendemos que es una herramienta de alguna manera de control de la demanda, yo podría eventualmente subir el costo de estacionamiento en una zona muy congestionada y eso podría eventualmente podría hacer que la gente use menos el automóvil", explicó Bocarejo.

El concejal del Polo Democrático Manuel Sarmiento cree que la nueva contribución será un golpe al bolsillo de los ciudadanos de las clases medias y bajas, una jugada que, según él, pretende "no tocar las jugosas ganancias de los operadores privados".

Durante la presentación del proyecto de acuerdo en el Concejo otra duda salió a atizar el debate. El concejal Emel Rojas advirtió que muchos parqueaderos del Distrito están evadiendo el impuesto de industria y comercio. "¿Cuál es la acción de la Alcaldía para controlar a estos futuros agentes retenedores de la sobretasa?", cuestionó.

Según Bocarejo, el plan contra los parqueaderos ilegales es que las secretarías de Movilidad y de Gobierno establezcan un registro de parqueaderos, así como reforzar todo el tema de control que ya hacen las alcaldías locales. "La idea es que estos recursos sean declarados por los estacionamientos públicos, es un retenedor que después le tiene que traspasar ese recurso a la secretaría de Hacienda, la cual debe tener todos los elementos para hacer ese control", aseguró el funcionario.

El debate sigue abierto, no solo en el Concejo sino en la ciudad. Los bogotanos se quejan de un alza en las tarifas y temen que esto no se vea reflejado en la mejora del sistema de transporte público de la ciudad. De llegar a ser aprobado el proyecto, Bogotá se convertiría en la primera ciudad del país en utilizar este tipo de contribución para ayudar a oxigenar su sistema de transporte público.