Nación
Tarkus Pharma Lab: primer laboratorio farmacéutico de cannabis medicinal en una zona franca
La empresa pretende vender productos terminados de CBD y materias primas a nivel internacional.
TARKUS es el nombre del primer laboratorio farmacéutico con énfasis en la producción de materias primas y productos terminados derivados del cannabis, ubicado en una zona franca.
La planta de producción, con más de 1.800 metros cuadrados, fue abierta después de la expedición del decreto de Acceso Seguro e Informado al Uso de Cannabis, que autoriza la producción industrial así como la creación de una licencia de fabricación de derivados no psicoactivos para mejorar el seguimiento y la trazabilidad, entre otras medidas.
“Colombia tiene un potencial enorme para producir y exportar cannabis medicinal. Sin embargo, las empresas deben encarar con seriedad los requerimientos de producción de nivel farmacéutico exigidos por el principal importador del mundo”, señaló Alfredo Pascual, analista internacional del tema.
Por su parte, Alejandro Venegas, CEO de Tarkus Pharma Lab, señaló que el país tiene una regulación muy avanzada con respecto al resto de la región. “Vemos una oportunidad para potenciar la industria farmacéutica y transformar el uso del cannabis en productos medicinales de altísima calidad”, señaló.
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De acuerdo con los empresarios, el laboratorio tiene proveedores colombianos expertos en extracto crudo y flor seca, que han logrado alcanzar el nivel de exigencia que requieren mercados como el europeo y el norteamericano.
Actualmente, están a la espera del certificado de buenas prácticas por parte del Invima y, posteriormente, de uno similar para la Unión Europea, pues una de sus metas de expansión es vender sus productos terminados de CBD y materias primas en el exterior, para convertirse en referente global para el tratamiento de enfermedades huérfanas y dolor crónico, entre otras.
El funcionamiento de la fábrica tiene seis pasos. El primero, extraer una muestra de materia prima donde se hace un análisis completo. Una vez aprobada, se pasa a dispensar el material en lotes de producción para pasar al procesamiento.
Después, en el segundo paso, viene la winterización, que significa la congelación del extracto de cannabis por más de 8 horas. En ese proceso las grasas y ceras se solidifican, para su posterior extracción en la filtración.
El tercer paso es el de filtrado y evaporación, cuando el extracto congelado pasa a ser filtrado en tres etapas, donde las ceras son retenidas en el filtro y se obtiene el extracto limpio, para ser procesado. Esta sustancia ingresa al sistema de evaporación, succionado por una bomba de vacío. En este paso se separa el etanol del extracto, donde se recupera un 95 % del etanol.
Posteriormente, en el número cuatro, viene la descarboxilación y remediación, que consiste en ingresar el extracto sin etanol y luego verterlo en el tanque del reactor. Los equipos auxiliares se ocupan de calentar la mezcla para activar las moléculas de los cannabinoides, cambiándolas de su forma ácida a su forma activa. Además, se remueve el 5 % de etanol restante.
La remediación la hacen con un proceso de separación de las moléculas de THC, generador de efectos psicoactivos, que también tiene beneficios medicinales.
En el paso quinto viene la destilación y el mezclado, pues al remover el THC, la mezcla pasa a un proceso donde se remueven residuos e impurezas, obteniendo el aceite destilado de cannabis libre de THC, la materia prima final, que será el principio activo posterior en la formulación de productos terapéuticos y farmacéuticos.
En un tanque se mezcla y estandariza el producto en fusión con aceites de sésamo, cáñamo, aguacate, oliva, entre otros. El nivel de CBD puede ser desde 5 % de concentración hasta 50 %, sirviendo así para posibles productos de tratamiento dirigidos a pacientes con distintas patologías, como epilepsia, ansiedad, dolor crónico, entre otros. En Colombia solo se permite la venta por fórmula médica y compra directa con el laboratorio.
El sexto y último paso es el envasado, ya que la fábrica cuenta con un equipo de envasado automático, que alcanza a embotellar en goteros de 10 ml hasta 100 ml con una capacidad de 1.000 goteros por hora.