MOVILIDAD

Taxistas tienen bloque de búsqueda para detectar carros de Uber

Los conductores de los amarillos dicen que pueden hacer detenciones porque existe una ilegalidad de parte de Uber.

7 de septiembre de 2015
La plataforma multinacional resume a UberX como un servicio de bajo costo que impulsa a los ciudadanos a compartir su vehículo. | Foto: Archivo SEMANA

En vídeo quedó registrada la forma como un grupo de taxistas amedrentan a una usuaria de UberX. Las imágenes despertaron una fuerte controversia. Un grupo de taxistas literalmente interceptó un vehículo particular, para luego increpar tanto al conductor como a la pasajera el uso de la plataforma UberX -proveída por Uber-, que ellos consideran ilegal y que les quita clientes.

Lo que más sorprende de la secuencia es la anuencia de la Policía que, en vez de defender a la pasajera de los señalamientos de los taxistas, se quedaron casi que congelados ante la escena. El grupo de enfurecidos  conductores intentaba obligar a la usuaria a bajarse del carro particular, no sin antes increpar al dueño del vehículo acusándolo de “pirata”.

En menos de dos días, el video publicado en YouTube se tomó las redes sociales. Los usuarios se han indignado por el comportamiento del grupo de taxistas. De hecho, la Policía luego señaló que podrían ser acusados de secuestro simple. Pero este episodio podría ser una simple anécdota. Los taxistas están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias y ya han tomado decisiones.

Los integrantes de los amarillos conformaron 20 grupos de búsqueda para encontrar a los conductores y carros que prestan el servicio de Uber. La idea es no solo reportarlos, también solicitar a las autoridades la retención del carro y si esto no se presenta, “hacer justicia con mano propia”.

“Nosotros podemos hacer retenciones en flagrancia mientras llega la Policía y los entregamos”, dijo Ospina quien destacó que esta decisión está amparada en la carta política y el código penal en su artículo 302 el cual permite la retención de ciudadanos en flagrancia.

El representante del gremio le dijo a Semana.com que desde la semana pasada les hicieron advertencias a las autoridades por lo que estaba ocurriendo: cierres de vehículos en vía, riñas, insultos, choques entre los carros y a pesar de esto no se ha hecho nada.

Se sabe que los conductores de los dos sistemas de transporte ya portan armas neumáticas que disparan balines para agredirse en las calles.

El verdadero enemigo

Por otro lado, el video también abrió una fuerte controversia frente a la modalidad de negocio de UberX. La plataforma vende este modelo como la posibilidad de compartir un carro particular y ganar dinero. Sin embargo, las autoridades consideran este servicio como ilegal (por incumplir el artículo 9 de la ley 105 de 1993, según la SuperTransporte) y los taxistas comienzan a dimensionarlo como su verdadero enemigo.

La plataforma multinacional resume a UberX como un servicio de bajo costo que impulsa a los ciudadanos a compartir su vehículo para llevar a otras personas a sus sitios de trabajo o estudio y ganar dinero. De hecho, la empresa inició una fuerte campaña para que cualquier conductor se inscriba en la aplicación y comience a prestar el servicio.

Uber asegura que los conductores y sobre todo los vehículos que vayan a prestar el servicio en UberX deben cumplir varios requisitos de seguridad, técnicos y hasta de presentación. La plataforma se compromete a brindar un transporte de calidad similar al que tiene en su servicio premium (el que prestan los carros blancos o especiales).

El tema de fondo es ¿cómo regular un servicio como UberX? Por un lado, los taxistas tienen razón en señalar que el servicio es abiertamente ilegal, -al menos mientras no sea completamente regulada-, hoy y tiene varios puntos que deben ser considerados al momento de tramitar una regulación. El tema central es en esencia la seguridad de los usuarios y calidad del servicio que les vayan a prestar.

Uber insiste en que los conductores que acceden a la plataforma UberX deben pasar por una serie de pruebas para certificar que pueden prestar el servicio. En cuanto a la seguridad de los usuarios en caso de un accidente, señalan que además del SOAT tienen una póliza propia que ampara no sólo al vehículo sino que también a todo viaje que se hace en la plataforma. Ante esto, tanto los reguladores como los taxistas han mostrado su desacuerdo.

El gremio de los taxistas es enfático en su reclamo. Señalan que ellos deben pagar una serie de licencias y pasar una serie de condicionamientos para entrar al mercado del transporte público, mientras que un particular solo debe tener carro, autorización de la plataforma y seguro para entrar en un mercado cada vez más competido. Aunque sus métodos de protesta son más que repudiables, los taxistas tienen un argumento válido.

En manos del Gobierno

La batalla tiene que ser dirimida por el propio Gobierno en cabeza del Ministerio de Transporte. Será esa cartera la que deba decidir si UberX es una iniciativa ilegal o una plataforma de consumo colaborativo. La decisión que tome el Ejecutivo será histórica.

Se trata de dirimir una disputa que se da en todo el mundo. Por un lado, la tendencia del ‘car sharing’ (compartir el carro) que plantea UberX es muy valiosa para mejorar el medio ambiente, reducir los trancones y mejorar la calidad de vida de los usuarios. Pero en el momento que se genera un lucro por hacerlo o promoverlo se convierte en un servicio público, que debe cumplir unas condiciones específicas para funcionar.

¿Hay solución? Sí. El gobierno mexicano logró estandarizar el servicio de Uber. Los carros deben pagar 100 dólares por un permiso anual y Uber debe cancelar una cuota de 1,5 % de la tarifa por cada trayecto que la ciudad destinará a un fondo para financiar obras públicas de movilidad. El costo mínimo de una carrera será de 12,70 dólares.