Premio
“Tenemos que soñar, tenemos que creer”: Jaime Gilinski, tras recibir prestigioso premio iberoamericano como empresario
Al obtener el Premio Enrique V. Iglesias al Desarrollo del Espacio Empresarial Iberoamericano, por las inversiones que ha hecho en tiempos de incertidumbre, Jaime Gilinski, presidente del Grupo Gilinski, invitó a los empresarios a generar un mejor desarrollo social y la posibilidad de crear más y mejores empleos.
Incertidumbre. Esa es la palabra que lidera las agendas políticas, sociales y económicas hoy en el mundo. Se viven vientos de recesión global en medio de la guerra, apenas se sale de una pandemia y, en el panorama nacional, un proceso electoral que aún no se define.
Estas circunstancias tienen en jaque decisiones de inversión y el desarrollo de nuevos proyectos. Sin embargo, no todos han congelado sus planes e, incluso, han ido más allá. Precisamente, por ir contra la corriente en momentos tan complejos, en los que habría sido más sencillo esperar a que las aguas se calmaran, el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (Ceapi) distinguió a Jaime Gilinski, presidente del Grupo Gilinski, con el Premio Enrique V. Iglesias al Desarrollo del Espacio Empresarial Iberoamericano.
En medio de un escenario tan convulsionado, Gilinski ha liderado el proceso de inversión más importante en la historia empresarial colombiana por medio de las ofertas públicas de adquisición (opas) por el Grupo Nutresa, el Grupo Sura y ahora por el Grupo Argos. La distinción, que se entrega por octava ocasión, también destacó el papel en el desarrollo económico y social del Grupo Gilinski en el país y la región.
Se trata de inversiones que superan los 2.800 millones de dólares. Si se añade a eso la potencial operación en Argos, podría llegar a unos 3.800 millones de dólares. A la fecha, su participación en Grupo Sura es de 38 por ciento, y en Nutresa, de 31 por ciento. Y una vez aprobada por la Superintendencia Financiera y la Bolsa de Valores, se avanzará en una nueva opa por Grupo Argos, proceso que comenzará en las próximas semanas.
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Para Núria Vilanova, presidenta del Ceapi, Gilinski demostró que se puede creer en el país en tiempos de incertidumbre. “Ha realizado inversiones por 3.800 millones de dólares en Colombia y va a seguir. Es un claro ejemplo de lo que representa creer en el país y crear empresas que transforman”, advirtió en la instalación del evento Innovación y Oportunidades en Tiempos de Incertidumbre, realizado en Punta Cana, República Dominicana, escenario sede de la entrega del reconocimiento.
A lo largo del evento y durante la ceremonia de entrega del premio, Jaime Gilinski explicó la decisión de invertir en estas coyunturas.
“La pandemia se nos convirtió en un problema gravísimo en nuestros países. Todos tuvimos con nuestras empresas horas difíciles, pero a la vez era una oportunidad para invertir. Todos los valores de las empresas se habían venido abajo, incluyendo las que compramos, que están en bolsa. En 2012, esas compañías valían más de 30.000 millones de dólares; en noviembre pasado, cuando se inició el proceso, estaban del orden de 6.000 a 7.000 millones de dólares. Cuando uno mira, realmente había una oportunidad muy grande de generación de valor, que es lo que el tiempo ha probado. Hoy en día, están en cerca de 14.000 o 15.000 millones de dólares en su capitalización de mercado”, dijo Gilinski durante el panel ‘Creciendo y creando país en tiempos de incertidumbre’. En este compartió con Juana Barceló, presidenta de Barrick Gold Corporation, de República Dominicana, y Omar González, presidente de Grupo Trinity, de Colombia, que acaba de hacer la opa por Acerías Paz del Río.
Ante la inquietud por una decisión tan ambiciosa en medio de un contexto aparentemente adverso, Gilinski fue claro: “Toda la vida he sido contrario. Tenemos que soñar, tenemos que creer. Cuando tomé la decisión de hacer esta gran inversión, y que logré la asociación con la familia real de Abu Dabi, estábamos mirando el largo plazo. La primera clave es que uno no puede mirar el árbol, hay que mirar el bosque. Y, cuando uno piensa en el largo plazo, tendremos ciclos. Hay que creer en la democracia, yo creo que los países nuestros todos tienen cambios, tenemos mucha polarización, pero al final como empresarios tenemos que mirar hacia adelante, hacer las inversiones con la capacidad de pensar a 10, a 20, a 50, ojalá a 100 años. Nuestra contribución a la sociedad y a quien sea que esté en el Gobierno es la oportunidad de generar más empleo, mejor empleo y más oportunidades de trabajo”, agregó.
Su mensaje para los empresarios, en especial los colombianos, cuando el país afronta un decisivo proceso electoral, es relevante en este momento: “Creo en Colombia. Tenemos un país fabuloso, un país con 50 millones de personas de alta capacidad de trabajo; personas honestas, trabajadoras, y este es un signo de confianza en el país. Les diría a todos los empresarios que hay que invertir, tenemos que empujar y echar para adelante para poder generar una mejoría en la parte social y la posibilidad de más trabajos, que creo que es lo que va a hacer a nuestro país mejor”, manifestó Gilinski.
Ceremonia inspiradora
El congreso del Ceapi en República Dominicana, que por primera vez se hizo en América Latina, pues tradicionalmente se realiza en España, fue el escenario del homenaje y distinción a Jaime Gilinski.
“Estos congresos también sirven para inspirar. Nos encontramos con personas que nos dan mensajes importantes, pero que también son una lección de vida. Para reconocer esos mensajes importantes y esas lecciones de vida, tenemos el Premio Enrique Iglesias. Y el ganador de este año por toda su trayectoria de vida, por ser un ejemplo inspirador es Jaime Gilinski”, dijo Núria Vilanova, presidenta del Ceapi.
Ante más de 200 líderes empresariales de América Latina y España, Gilinski señaló: “Recibo este homenaje con humildad y como un reconocimiento a mi país y a una vida de 45 años de trabajo continuo, desarrollando empresas y creando oportunidades en los países que operamos, y le doy gracias Dios”.
Le hizo un reconocimiento muy especial a su esposa, Raquel, “quien me ha acompañado 40 años, y con su apoyo incondicional hemos creado una familia que es mi mayor orgullo en la vida”. También, a sus padres, Isaac y Perla, “quienes me guiaron desde niño y me permitieron estudiar y desarrollarme como persona y empresario, y a mis abuelos, Isaac y Luis, que llegaron a Colombia en 1921 y 1935”.
Además, envió un mensaje a las más de 140.000 personas que colaboran con las empresas del Grupo. “Les agradezco su confianza y dedicación, con las que nos han permitido llegar a ocupar una posición de liderazgo en Colombia y en la región”, dijo Gilinski.
Recordó sus inicios y contó que desde niño “siempre quise ser empresario y desarrollar compañías que puedan contribuir a la sociedad. Y a través de múltiples asociaciones con empresas y empresarios pude cumplir mis sueños”.
En medio de la ceremonia de reconocimiento a Gilinski, el empresario panameño Stanley Motta envió un mensaje de felicitación. “Por esta tenacidad continua, por su inagotable curiosidad, por la construcción de tan respetada y unida familia, por su integridad y por mucho más, Jaime es admirado por sus amigos, sus socios y colegas. El reconocimiento que esta noche él recibe lleva el nombre de un gran caballero y personaje, don Enrique Iglesias, que ha dedicado su vida al mejoramiento de nuestra región a través del multilateralismo, el libre comercio y la inversión. Otorgar este premio a nuestro amigo Jaime es un justo reconocimiento a una persona con los mismos valores, dedicación y compromiso por Latinoamérica”, señaló en su mensaje.
Y puntualizó: “También es importante reconocer que nadie llega solo a estos momentos cuando uno es reconocido, como lo estamos haciendo con Jaime esta noche. Los padres de Jaime, Isaac y Perla, son personas, padres y abuelos excepcionales. Siempre han estado allí para sus hijos y nietos, y forjaron los inicios de lo que hoy es el Grupo Gilinski, incentivando siempre a sus hijos a soñar y a volar. Su esposa, Raquel, la panameña, es el ancla silenciosa de la familia, y si le preguntan a su esposo o a sus maravillosos hijos, todos les confesarán que cuando piensan acometer algún proyecto o tienen que tomar alguna decisión difícil, siempre consideran lo que Raquel pudiera opinar. Esa unidad familiar, donde se acepta que cada uno es diferente, pero al mismo tiempo parte importante de la familia, es de admiración”.