Nación
Tik Tak: adiós a un verdadero nobel de Paz
Ese sí fue un premio nobel de Paz que cambió al mundo. Pero Putin lo despedirá sin honores, porque históricamente lo culpa de la desaparición de la Unión Soviética. Escuche a María Isabel Rueda.
Suena el primer Tik Tak de hoy miércoles 31 de agosto en SEMANA y suena por los lados del desplante del presidente ruso Putin con un héroe mundial: Mijaíl Gorbachov. No le hará funerales de Estado porque Putin lo culpa de la desintegración de la Unión Soviética, pero el señor Gorbachov está por encima de esos homenajes mundanos.
Este hombre recibió en vida el Premio Nobel de Paz, ese sí por haber dado un paso fundamental con repercusiones mundiales. Fue un histórico acuerdo de paz con el entonces presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, en el que se acordó desmontar la escalada nuclear que, con sede en Cuba, casi nos lleva a cerrar este tipo de guerra, con la famosa crisis de los misiles, que entre el 14 y el 28 de octubre de 1962 tuvo en vilo al mundo, hasta que finalmente se retiró la Unión Soviética de Cuba, evitando la aniquilación de la humanidad.
También tenemos que despedir a Gorbachov como el hombre que inició el proceso de desmonte del comunismo, que rigió siete décadas y terminó en un rotundo fracaso en la Unión Soviética; según Gorbachov, este sistema carecía de un factor fundamental: la motivación. Es decir, se le garantizaba a la gente la comida, pero los anaqueles de los supermercados estaban casi desocupados, salvo por el vodka.
Esa motivación y el interés del ser humano por cuidar, impulsar y trabajar en algo que le perteneciera era el ingrediente que le faltaba al comunismo y por eso no funcionó. La propiedad estatal exclusiva resultó un desastre económico; por esa vía se abrió el camino para la caída del Muro de Berlín, uno de los monumentos a la miseria humana. Familias y connaturales fueron divididos durante décadas, separados más de 18 años, sencillamente por una pared.
Gorbachov adoptó en su apostolado los famosos principios del Glásnost y de la Perestroika, y acabó con el período conocido como Guerra Fría; de esta manera, transformó el mapa europeo. Pocos dirigentes como este han tenido un efecto tan profundo en su era, en menos de seis años de un tumultuoso gobierno.
Es decir, la grandeza de este hombre y sus repercusiones mundiales es lo que valora el Premio Nobel que le concedieron a él, y no al revés; desde que Gorbachov fue honrado, ha sucedido con otras generaciones de premios Nobel que no le llegan a Gorbachov ni a los tobillos.
Él no tenía en su mente la disolución de la Unión Soviética, pero inevitablemente implosionó el sistema comunista desde el Báltico hasta los Balcanes, en países que ya eran muy débiles por la corrupción de sus sistemas de gobierno y por sus moribundas economías.
Pero, precisamente por eso, no tendrá funerales oficiales: para Putin y sus compañeros veteranos de la KGB, ahora en el poder, el final de la Unión Soviética fue un momento de vergüenza y de derrota histórica, que precisamente hoy pretende corregir Putin con su invasión a Ucrania.
Antes de su muerte, a los 91 años, Gorbachov alcanzó a dar su opinión sobre esa invasión, comentando que estaba dirigida a minar su obra de vida, pero su transparencia, su visión y su gran vitalidad lo trasciende y lo ponen muy por encima, como dije al principio, de todo honor mundano.