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Tik Tak: Arranca el leguleyismo contra la obligatoriedad de las vacunas
¿Cuántos derechos saldrán a decir que viola esta medida que anuncia el gobierno colombiano? Escuche a María Isabel Rueda.
Suena el primer Tik Tak de este jueves 4 de noviembre en SEMANA y suena por los lados de una polémica que se veía venir hace rato.
A saber, como el libre desarrollo de la personalidad, sin más limitaciones que ponen los derechos de los demás, la libertad de locomoción, la igualdad ante la ley; que en sus derechos, libertades y oportunidades no podrán ser discriminados por razones de sexo, raza, origen, nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
También la libertad de conciencia, por lo que nadie podrá ser molestado por sus convicciones o creencias, se garantiza la libertad de cultos, la libertad a toda persona de expresar y difundir su pensamiento y opinión. Pero claro, según el artículo 19 de la Constitución, aunque son libres, las opiniones deben tener responsabilidad social.
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También se garantiza el derecho a la libre asociación para realizar las actividades que las personas en sociedad. En fin, la anterior es apenas una lista de derechos que la Constitución le garantiza a sus ciudadanos y que algún leguleyo de los que abunda aquí en Colombia considerarán que entran en conflicto con las nuevas disposiciones anunciadas por el presidente Duque, que comenzarán a operar el próximo 16 de noviembre para mayores de 18 años que quedan obligadas a mostrar su carnet de vacunación en determinados eventos y para mayores de 12 a partir del 30 de noviembre.
Estos operará para el ingreso a bares, gastrobares, cines, discotecas, conciertos, casinos, bingos, eventos deportivos, iglesias, parques de diversiones, museos, ferias y etcétera, etcétera, porque cada vez más se irá agrandando la lista. Y esto porque la población no vacunada sencillamente, porque no se le da la gana, incrementa el riesgo del contagio.
El derecho de una persona termina cuando inicia el de los demás y la mayoría del pueblo colombiano tiene el derecho a que se proteja su salud contra una minoría reacia a la vacuna por la razón que sea. Por escepticismo, por ejemplo, o por ser afecto a las teorías de la conspiración, que sugieren que la vacuna es una forma de dominar el cuerpo humano, o que la pandemia es un invento de las farmacéuticas para hacerse millonarias, o porque su religión no se lo permite, o porque cualquier otra disculpa que se le ocurre.
Otros países ya han entrado por el mismo camino, sin hacer categórica la obligatoriedad de la vacuna, pero sí van haciendo gradualmente obligatoria para ciertas actividades colectivas como ha sucedido en Estados Unidos, España, Alemania, Italia, Francia, República Dominicana, Israel, Hungría, Austria, Costa Rica.
La meta es la ansiada inmunidad de rebaño que en Colombia se calcula que podría lograrse con un mínimo de 35 millones de vacunados, pero apenas vamos en 21 millones. Se trata de evitar un nuevo gran pico con las fiestas de fin de año en las que la gente afloja las precauciones por estar mirando lucecitas.
A esta disposición del Gobierno, que se sepa, sólo se opone un candidato presidencial, el doctor Alejandro Gaviria, quien hace unos días preguntado por su opinión respondió: “La vacuna obligatoria es discriminatoria, afectaría a muchos colombianos pobres que no se han podido vacunar y se les negaría el acceso de servicios sociales y al ejercicio pleno de su ciudadanía”. Pero que se sepa, en Colombia no le piden a nadie declaración de renta para vacunar a sólo los ricos, tampoco se cobra un solo peso por las vacunas, lo cual sería una disculpa para que los menos pudientes no se hubieran vacunado aún.
Las vacunas en Colombia son gratis y son universales, y todo el que quiera vacunarse tiene la posibilidad de hacerlo en el momento que quiera. De manera que, como ya lo había opinado en un anterior Tik Tak, me deja muy pensativa esta opinión del doctor Alejandro Gaviria sobre que la obligatoriedad de las vacunas perjudica a los pobres.
Escuche el Tik Tak de María Isabel Rueda de este jueves acerca de la investigación de la CPI en Venezuela: