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Tik Tak: Chilla la pinochetada de Petro
El destemplado mensaje del Presidente Petro sobre los resultados del plebiscito constitucional chileno, realmente chilló. Porque el Presidente Boric, en contraste, aceptó la derrota, que es en gran parte su derrota, con respeto, humildad y el reconocimiento de que hay que redactar una nueva Constitución que le guste al 80 % de los chilenos. Escuche a María Isabel Rueda.
A las 6:17 a. m. suena el primer Tik Tak de hoy, lunes 5 de septiembre, en SEMANA y suena por los lados de qué fue lo que pasó en Chile con el plebiscito constitucional.
La pregunta es pertinente porque precisamente unos gravísimos choques que terminaron en incendios y destrucción habían forzado a la reacción de un nuevo texto constitucional que reemplazara la carta chilena actual, que era la de Pinochet; y digo ‘era’ porque en su larga vida ha tenido más de 60 modificaciones, pero bueno, se sigue identificando como la constitución de Pinochet.
¿Y cómo fue que el 62 % de los chilenos rechazó el “Apruebo”, que se llama, contra apenas el 38 % que le dijo que sí? Tres años duró el proceso de construir esta nueva Constitución que transformaría a la sociedad chilena y garantizaría más derechos que cualquier otra Constitución del mundo, era récord Guinness en derechos.
Desde el aborto hasta la espiritualidad como parte integral del ser humano, desde la salud universal hasta la obligación de respetar la tradición culinaria de los chilenos. Pero esos cambios que reconstruirían el país más conservador de América Latina en una de las sociedades más izquierdistas, la mayoría de chilenos la rechazó, decidió que eso ya era ir demasiado lejos.
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Tanto la derecha como la centroizquierda conformaron la inmensa masa de votantes que rechazó el nuevo texto constitucional. ¿Por qué? Porque entre los cambios que más ofendieron a la mayoría de los chilenos estaba el de la división del país en un plurinacionalismo, que terminaba concediéndole como al 20 % de los llamados pueblos originarios o pueblos indígenas todo tipo de derechos en justicia, en territorio, en legislativos, como si fueran naciones independientes; mientras el 80 % de los chilenos restantes si los dejaban sometidos al poder presidencial normal.
Llamó la atención la altura en la humildad con la que el presidente Boric aceptó la derrota, que era en buena parte su propia derrota como proyecto político, pero hoy Boric prometió que el país se pondría o se pondrá a trabajar en un nuevo proyecto que reciba el apoyo final del 80 % de los chilenos, que tendrá que arrancar el actual Congreso desde cero.
“La decisión de los chilenos exige que nuestras instituciones y líderes políticos trabajen más duro, dialoguen más, con más respeto y cariño para escuchar la verdadera voz de la gente”, dijo Boric. Para el presidente chileno, su pueblo no quiere que le acentúen las incertidumbres. Buen contraste con Colombia, en momentos en que nosotros no tenemos más que incertidumbres, vamos de una incertidumbre, a otra incertidumbre.
Que allá, dijo Boric, quieren diálogos de encuentro y que eso permitirá que Chile se reencuentre efectivamente alrededor de la redacción de una nueva Constitución que sí guste, punto. Aceptó la derrota con humildad, con realismo y con respecto.
Ante semejante serenidad de Boric, chilló el destemplado trino de su homólogo colombiano, Gustavo Petro, quien opinó que esta derrota era resucitar a Pinochet o revivirlo. Una verdadera falta de respeto con el voto de 8 millones de chilenos que no quieren revivir a Pinochet, que probablemente en una buena mayoría o una buena proporción más bien lo deteste, pero que democráticamente no quiso apoyar una constitución refundacional de este talante.
Es que mientras allá en Chile, humildemente, va a ponerse en marcha un nuevo trabajo constitucional respetando la voluntad popular, aquí ya amenaza el ministro del Interior al Congreso con movilizaciones en las calles si se atreve a no aprobar la reforma tributaria. O sea, mientras en Chile se respira democracia, aquí hasta la respuesta de Petro sobre Pinochet huele a totalitarismo.
Escuche el segundo Tik Tak de María Isabel Rueda de hoy lunes 5 de septiembre:
Tik Tak: Las dudas de Humberto de la Calle sobre la paz total
Al exjefe negociador con las Farc le preocupan varias cosas de la ‘paz total’. Los anuncios de ofrecimientos anticipados del Gobierno, el cese al fuego multilateral sin mecanismos de verificación, y que se vayan poniendo en marcha acuerdos parciales con el ELN. ¿Por qué este racimo de preocupaciones de De la Calle? Escuche a María Isabel Rueda.
A las 6:31 a. m. suena el segundo Tik Tak de hoy lunes, 5 de septiembre, en SEMANA y suena por los lados la nobleza ante las críticas y las adversidades políticas obliga, como lo demostró el presidente chileno Boric ante la contundente derrota de su plebiscito constitucional, hasta el senador Iván Cepeda acepta con humildad las críticas que el jefe del equipo negociador con las Farc en la Habana, Humberto de la Calle, le hizo ayer en entrevista con el diario El Tiempo sobre el proyecto de la paz total.
Le criticó al Gobierno que esté haciendo anuncios de concesiones anticipadas. Cuando el otro lado no hay siquiera una mesa de diálogos funcionando, ni se conocen cuáles serán los temas, que a lo mejor como dice de la calle, pues terminan tirándose la Paz Total porque son innegociables
Dos, critica De la Calle que se apliquen de manera inmediata los acuerdos parciales que se vayan logrando. Porque el riesgo es que los antagonistas, pues cojan las ofertas parciales, las conviertan en acuerdos, luego se las echan al bolsillo y chao pescado, se pisan. Cosa bastante usual con el ELN
Tercero, De la Calle critica la oferta de cese el fuego multilateral, porque es una decisión muy compleja y difícil de verificar, y que la clave de un cese fuego efectivo es la verificación. Lo cual de entrada complica mucho las negociaciones. A eso se unen las preocupaciones de los alcaldes, ahora autorizados a realizar acercamientos humanitarios en sus regiones. Lo cual les deja muchas dudas, porque quedan atados a temas jurídicos que les impide que esos acercamientos se conviertan o deriven en acuerdos de paz que comprometan al Estado, o sea, en acuerdos regionales de paz.
Pero, al mismo tiempo, tampoco pueden ordenar operativos policiales concretos que los hagan intervenir a la fuerza pública o retirarse de los espacios de esos acercamientos humanitarios. Eso coloca a los alcaldes entre inmensos ambigüedades y riesgos de pasarse la raya de sus autorizaciones y competencias.
En fin, desde De la Calle para abajo, la ‘paz total’, como está planteada, deja preocupaciones expresadas que el senador Iván Cepeda, muy activo en las mesas exploratorias, especialmente con el ELN, acepta unas como consejos útiles y otras como diferencias que se pueden dialogar.