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Tik Tak: el ELN juega de nuevo
Lo que ya se había avanzado con el ELN en anteriores negociaciones, es un valioso punto de partida para un nuevo intento de pactar una paz. Empezando porque se conocen varios secretos de lo resabiados que son para negociar. Escuche a María Isabel Rueda.
A las 8:06 a.m. suena el primer Tik Tak de hoy viernes 12 de agosto en SEMANA y suena por los lados de la velocidad con la que el nuevo gobierno arrancó los preparativos para reanudar las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Muy seguramente, el punto de partida será en el que quedaron las anteriores negociaciones bajo el gobierno Juan Manuel Santos, que fueron suspendidas por el gobierno Duque en el 2019 cuando resultó inaceptable, para decir lo menos, que una guerrilla con mesa de negociación abierta se hubiera comprometido con un acto terrorista brutal: el que realizó con un carro bomba en la escuela de cadetes del General Santander, que dejó un saldo de 13 estudiantes muertos.
A partir de ahí fue la debacle. El gobierno Duque consideró que era tal la gravedad de la agresión, que ni siquiera consideró factible respetar la cláusula que establecía que, en caso de romper los diálogos, los negociadores del ELN en Cuba tendrían un tiempo prudencial para regresar a Colombia.
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Sí se tropezaba con la lógica, en ese momento, que con los cadáveres de 13 jóvenes cadetes a cuestas tuviera el Estado que desplegar toda su ayuda y protección para que los asesinos regresaran a casa, sanos y salvos.
Sería bastante prudente que en este nuevo esfuerzo por la paz con esa guerrilla no se incluyeran cláusulas tan alcahuetas, pero el ELN ha comenzado este acercamiento precisamente exigiendo eso, que se respete lo acordado anteriormente, en caso de rompimiento de las negociaciones.
Pero eso sería absurdo: que se desplace una delegación a La Habana encabezada por el canciller Leyva y el senador Iván Cepeda y lo primero que produzca esa visita sea que los negociadores del ELN regresen a Colombia en el mismo avión del canciller.
De resto, este nuevo esfuerzo es un gana-gana, pues con Cuba aceptando a ofrecerse nuevamente como sede de las conversaciones y Colombia, a través de su canciller, expresándole a Estados Unidos su desacuerdo con que Cuba haya regresado a la lista de países que auspician el terrorismo, este ofrecimiento demuestra lo contrario.
Pero eso, a la vez, condiciona al ELN a no hacerle esa marranada a su anfitrión, de estar conversando allá y aprovechándose de su generosidad como anfitrión y andar metiendo carros bomba en las escuelas de cadetes acá.
Si el punto de partida es el que dejó avanzado el gobierno Santos bajo la sabia dirección del exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo, el asunto tiene horizonte, había unos acuerdos previos sensatos en la medida en que lo permite esa resbaladiza guerrilla del ELN.
Falta por escoger a los nuevos negociadores, pero no sobra el buen consejo del exministro Restrepo, que conoce muy bien a los elenos y sabe lo difícil que son, empezando por los secretos de cómo les gusta negociar. En primer lugar, porque detestan dejar compromisos por escrito, lo que es un esfuerzo que prácticamente se parece a un parto.