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Tik Tak | La alcancía de los Mayorquín-Váquiro
María Isabel Rueda piensa que, a juzgar por sus explicaciones, la pareja que se encariñó con las arcas del Estado todavía no entiende que no podía hacer lo que hizo: tráfico de influencias, puro y simple.
A las 7:09 a. m. suena el segundo Tik Tak de hoy miércoles 19 de enero en SEMANA y suena por los lados de la pareja Mayorquín-Váquiro, que en un típico contubernio que tiene todas las características del tráfico de influencias para aprovechar la alcancía del Estado, ha prendido todas las alarmas de la falta de control y de información de la contratación.
Ayer el presidente, preocupado por este punto, emitió una circular presidencial, una directiva exigiendo a las entidades públicas un mejor manejo de esa información que se consigna en las plataformas públicas, que deben alimentarse con todos esos aspectos de la contratación estatal. Pero el episodio Mayorquín-Váquiro, lo que demuestra es precisamente que no están funcionando como sería esperable.
Hablemos, por ejemplo, del SIGEP que es el Sistema de Información y Gestión del Empleo Público, que se supone es una herramienta clave al servicio de la administración pública y de los ciudadanos también, que supuestamente es la que permite consolidar, administrar y procesar la información institucional nacional y territorial relacionada con el tipo de entidad, el sector al que pertenece, conformación y planta de personal.
Los contratistas de prestación de servicios, como era el caso de la señora Karen Váquiro, deben estar registrados ahí con todos sus datos. Pero si la pareja pudo eludir consignar información que indicara su conflicto de intereses, precisamente por la vinculación laboral de su marido con una de las oficinas más poderosas y claves del Palacio de Nariño, si pudo reunir 25 contratos aprovechando esta palanca y si nadie se dio cuenta del vínculo Mayorquín-Váquiro, pues ese sistema de información de la contratación pública no está bien diseñado o no está funcionando bien.
Porque el contratista, por lo visto, puede consignar allí los datos que le provoque y omitir los que no le convienen y el destinatario de esa información, tal parece que le da lo mismo que la información sea incompleta, porque por lo visto sirve para muy poco, si el asesor de la jefa del Gabinete Presidencial puede andar buscando con la entrada que le daba su nombre en su cargo contratos en el sector público para su esposa.
Por último, es tan inexplicable lo que sucedió, como lo que explica la pareja, porque según Karen Váquiro ella dice que omitió el nombre de su esposo, no lo puso a propósito, dizque para que no pareciera que se estaba aprovechando de él, cuando precisamente eso fue exactamente lo que hizo la pareja: aprovecharse del cargo que ocupaba el señor en la oficina más importante del Palacio de Nariño.
Escuche el Tik Tak de María Isabel Rueda de este miércoles 19 de enero sobre la resolución del caso de Mauricio Leal: