Tik Tak: la visita del secretario general de la ONU en Colombia, ojalá lo dejen escuchar la verdad

A las 7:16 a. m. suena el primer Tik Tak de hoy lunes 22 de noviembre en SEMANA por los lados de la visita al país del secretario de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quién no siempre ha demostrado tener las suficientes fuentes objetivas de información de lo que ocurrió en Colombia con la implementación del Acuerdo de Paz.

Pero vamos a los detalles. Primero, el señor Guterres ha puesto a revolar en cuadro a su comité de protocolo de bienvenida, porque atenderlo como se merece no es fácil por sus condiciones de salud, que tienen unas exigencias muy estrictas; no consumir alimentos lácteos, no consumir tomate, no consumir pescado, que constituyen Colombia una dieta bastante común y corriente.

Pero los informes que le hagan además los tendrá que recibir casi todos de pie, pues no puede, según información de la sección En secreto del diario El Tiempo de este domingo, permanecer mucho tiempo sentado.

Y vamos a lo de fondo: ¿entonces cuál es la información que el señor Guterres debe recibir de pie sin tapujos, sin engaños, con la verdad? Pues tres años de este Gobierno en que se ha ratificado la voluntad política por la búsqueda de los recursos necesarios y la articulación del Estado para consolidar más bien ese acuerdo de paz. Lo explica Emilio Archila, que es quien ha insistido como consejero de Paz de esta visita en el último año de Gobierno.

Y esa insistencia radica en que el testimonio de Guterres es la única posibilidad de que el presidente Duque se retire del Gobierno en seis meses con la boleta de cumplimiento de sus deberes con el acuerdo de La Habana y con su promesa de campaña de una paz con legalidad.

Porque frente a estadísticas gravísimas como asesinatos de excombatientes, este ha sido uno de los pocos procesos de paz en el mundo que no sean desbaratado en escasos cinco años, pero no sabemos a estas alturas si tenemos posibilidades de que nos vaya bien o mal con la visita del señor Guterres.

Las agencias de la ONU en Colombia, que no dejan de tener sus sesgos y sus núcleos típicos de la burocracia internacional, no son objetivas en analizar la realidad del Acuerdo de Paz; la JEP poca o ninguna justicia ha aplicado; las Farc nunca cumplieron con su compromiso de resarcir a las víctimas, y el hoy partido de los Comunes sigue esquivando su responsabilidad en el reclutamiento de menores en los delitos sexuales y hasta en el secuestro bajo el cual tuvieron a tanto colombiano arropado en sus camitas y en sus cambuches.

Al actual Gobierno le entregaron un acuerdo apenas firmado para recibir un premio Nobel de Paz, pero sin el apoyo nacional de la opinión obtenido mediante un plebiscito que fracasó y sin la financiación asegurada para su implementación, que no la había desfinanciado, y con los cultivos de coca disparados, pues la guerra no se ha podido parar desde entonces.

Lo cual no significa que no sean muchos los avances que se pueden llegar a palpar si lo dejan, el señor Guterres en su visita, y traviesamente ya se hace la pregunta en los corrillos políticos: ¿quién, entre el presidente y su vicepresidenta, aparecerá más veces retratado al lado del señor Guterres?