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Tik Tak: por fin la alcaldesa Claudia López tiene la razón
Que la inseguridad crece exponencialmente en ciudades como Bogotá, por cuenta de la impunidad, es una de las pocas veces en que la evidencia le da la razón a tal afirmación de la alcaldesa, quien, además, le mandó tremendo sablazo al Gobierno, acusándolo de que en lugar de estarse esforzando por proteger a la ciudadanía, tenga más bien como prioridad andar pensando en cómo volver a negociar con el traidor de Iván Márquez. Qué buen momento para que el ministro de Justicia, campeón de la ingenuidad, se apersone de los motivos de tanta impunidad. Escuche a María Isabel Rueda.
Suena el primer Tik Tak de hoy viernes 28 de octubre en SEMANA y suena por los lados de la inseguridad que, en ciudades como Bogotá, nos tiene absolutamente sitiados. Ayer la alcaldesa Claudia López, quien tiene una enorme propensión a culpar al resto del mundo de los problemas que no logra resolver como alcaldesa, salió con unas durísimas declaraciones a culpar a la impunidad del aumento de la inseguridad.
Y hay que admitir que, como pocas veces, la alcaldesa esta vez tiene razón. Porque hace mucho rato que la ciudadanía se queja de que a los delincuentes la Policía sí logra capturarlos, pero hasta ahí llega la cosa porque la justicia no está en la capacidad y a veces ni siquiera en la disposición de, una vez capturado el delincuente, procesarlo.
Pero la alcaldesa Claudia fue incluso más allá, le mandó un doloroso directazo al Gobierno, al que exigió no solo garantías para capturar a los delincuentes, sino concentrarse en lo prioritario, que es defender la vida, honra y bienes, e hizo en énfasis en bienes, de los ciudadanos, como ordena la Constitución, porque a veces parecería como si la protección de ellos estuviera en un segundo plano o en un tercer plano y no mereciera la atención de las autoridades.
Es decir, atracar a un ciudadano poniendo en riesgo su vida para despojarlo de su celular, una herramienta de trabajo y de vida, se volvió algo insignificante, cotidiano y parte del paisaje. Y se vino luego la alcaldesa con este reclamo: que la protección de la ciudadanía es una prioridad, como no lo es la de proponer leyes para volver a negociar con Iván Márquez, que nada se relaciona con el esfuerzo por la encarcelación eficaz a los atracadores que atormentan a diario, por la mañana y por la noche, a la ciudadanía.
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Según ella, los jueces se quejan de que la legislación tiene un bache judicial que muchas veces es lo que impide que los detenidos por hurtos sean procesados. Aunque ella dice que ese es un pretexto, porque la Constitución es clarísima en lo de la protección al ciudadano.
Qué buen espacio, por cierto, para que se apersone del tema el ministro de Justicia, Néstor Osuna, quien seguramente con muy buena voluntad se la pasa proponiendo soluciones, pero que hasta ahora se reducen a una especie de entregas del Estado ante su impotencia frente a temas como el accionamiento carcelario.
Desde la de no construir las cárceles hasta la de destipificar en ciertos casos, como el de la protesta social, los delitos de terrorismo y concierto para delinquir. Pero volviendo a la alcaldesa, dejó abierto, o abrió más aún, otro motivo de controversia de la paz total: el de que contraviniendo lo que quedó escrito en el acuerdo de paz de La Habana, el Gobierno vuelva a sentarse a conversar otra vez con Iván Márquez, que después de ser nada menos que negociador del acuerdo, lo traicionó.
Porque hay mucha preocupación de que este tipo de reversas acerca de lo que los acuerdos establecen, que en este caso era que el incumplimiento de lo pactado producía cárcel, lo tomen como motivo de relajo o de recocha los del ELN, con quienes el Gobierno inicia negociaciones y ellos dirán: “Qué caramba, qué vamos a cumplir, si es que estos vuelven y se sientan y conversan con nosotros”.
Conclusión de la alcaldesa totalmente válida, sin que eso la libere de sus propias responsabilidades. Ninguna democracia es estable ni legítima si ciudadanos tienen que tolerar que se agreda a sus gestores de convivencia, que se agreda a la policía y que se atraque a los ciudadanos, y sus autores queden libres e impunes.