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Tik tak: ¿Se están burlando de nosotros?
La ministra de Minas y Energía, Irene Velez, se fue a Davos, se puso su bikini en la pasarela del foro económico mundial, y anunció: “Este gobierno no concederá nuevos contratos de exploraciòn de petróleo y de gas”. A su regreso de Davos, ya en su salida de baño, ahora dice: “No hemos hablado de acabar con contratos de exploración y explotacciòn de petróleo y de gas”. ¿Qué es esto, una burla a los colombianos? Escuche a María Isabel Rueda.
A las 6:00 a.m. suena el primer Tik Tak de hoy lunes 23 de enero en SEMANA y suena por los lados de los más recientes anuncios del Gobierno Petro. Por un lado, no sabemos si algunos de ellos se están burlando de nosotros, y con otros hay fuertes preocupaciones acerca de cómo se pagará tanto subsidio tanto puesto y tanta compra de emergencia de cosechas y de leche en zonas azotadas por el invierno.
A eso sumarle la invitación del Gobierno a unas marchas para socializar supuestamente las reformas que nos esperan, que para muchos es la instalación en el país de una democracia plebicitaria. De manera que, comencemos por el principio, la burla. La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, viene de desfilar en bikini en la pasarela del Foro Económico Mundial en Davos.
Es decir, la ministra empelotó, desnudó su anhelo de adelantar la transición energética del país anunciando, muy claramente, que este gobierno no concederá nuevos contratos de exploración de petróleo y gas. Tan categóricamente lo anunció que llevamos una semana discutiendo en el país las enormes repercusiones de esta medida.
Ella sostiene que es una señal clara del compromiso de la lucha contra el cambio climático, posición que a las pocas horas el presidente Petro ratificó proponiendo que el sustituto de este millonario rubro sería una enorme inversión en turismo, gracias a la belleza del país y a nuestro potencial de generar energías limpias para llenar los vacíos que puede dejar la economía fósil de inmediato.
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Los expertos expresaron su preocupación por el impacto que esto tendrá en los ingresos de la Nación, y el freno sobre la propia inversión que entra al país. Se calcula que en el 2022 los aportes del sector de hidrocarburos a la nación habrá subido de 24 billones de pesos a 58 billones muy pero muy por encima de los recaudos de la reforma tributaria.
La preocupación por el anuncio de pasarela de la ministra empeoró, porque se hizo ni más ni menos que en el Foro Económico Mundial lo cual opacó el ambiente de inversión en el país. No se pone en duda que Colombia debe marchar, debe ir, debe virar hacia una transición energética, pero se le ha insistido al gobierno, se le ha insistido mucho que lo haga con calma, con planeación, responsablemente, que le meta mucho a la adaptación, que a pues a sustituir estos ingresos para no matar a la gallina de los huevos de oro en un país desesperado por los estragos del invierno.
Y estábamos en eso, calculando el daño de los anuncios de la ministra en Davos cuando, ¡plop!, ayer la ministra, Irene, se puso una salida de baño sobre el bikini de Davos, pero ya en Colombia y de alcance local a espaldas del Foro Económico Mundial, como quien dice bien pasito, y tuiteó: “No hemos hablado de acabar con contratos de exploración y explotación de petróleo y gas”.
En Davos ratificamos nuestro compromiso con la transición energética y la política de hidrocarburos. No hemos hablado de acabar con contratos de exploración y explotación de petróleo y gas, pero Colombia se encamina a la transición hacia producción de energías limpias. Explico 🧵 pic.twitter.com/FGZSTWJ3bJ
— Irene Vélez-Torres (@IreneVelezT) January 22, 2023
Seguramente, como se le vino encima la avalancha de críticas, porque seguiremos necesitando los fondos a través de los dividendos, regalías e impuestos que produce la industria hidrocarburos, gasolina, el disel, los petroquímicos y el gas que si no producimos nosotros tendremos que importar, la ministra se afanó. Pregunta, ¿es esto una burla? En el próximo Tik Tak después, de la burla, el bolsillo de Petro que no tiene fondo al parecer.
Tik Tak: el bolsillo de Petro, sin fondo
Qué rico tener el bolsillo de Petro. Le alcanza para regalar plata por todo el país. Y hasta para sacar a los colombianos de su trabajo y convocarlos a una fiesta en la plaza pública, para que le apoyen unas reformas de las que nadie conoce nada. Escuche a María Isabel Rueda.
Suena el segundo Tik Tak de hoy 23 de enero en SEMANA y suena por los lados del bolsillo del presidente Gustavo Petro, que parecería no tener fondo. Primero, él no manifiesta ningún inconveniente en sacar a los colombianos de su trabajo, convocándolos a la plaza pública, a lo que llama el diálogo social, y sus partidarios, la participación ciudadana festiva. La primera cita, el próximo 14 de febrero, día laboral.
Para gente más seria, es una movida de Petro a convocar a una democracia plebicitaria; sacar a la gente a la calle, hacer bulla por una reforma (salud, pensiones y laboral, para comenzar) que nadie en el país aún conoce y que, así conociera, la gente también carece (todos carecemos) de los argumentos expertos para defenderla o para glosarla.
Si la pregunta, por ejemplo, es si los colombianos quieren un mejor servicio de salud, pues nadie en sus cabales va a responder que no. La pregunta es: ¿cuál será la mejor ruta para lograrlo? La ministra Corcho quiere desbaratar lo que hay, está cumpliendo milimétricamente su propósito de asfixiar a las EPS y estatizar del todo la organización en la cadena de salud que ellas prestan.
Y arranca Petro a escarbar en su bolsillo interminable. La salud la asumirá el Estado y ante la dolorosa, muy dolorosa emergencia invernal en el sur de Colombia, ayer anunció que comprará las cosechas de Nariño y más de 400.000 toneladas de leche con el fin de transformarlas, de que el Estado lo haga, en queso y en yogur, y repartir el producido en las zonas más necesitadas del país.
A eso sumémosle los subsidios de 500 mil pesos mensuales a las madres cabeza de familia, el millón de pesos mensuales que les entregará a 100.000 jóvenes, la rebaja en el Soat, el control a los precios de los peajes en momentos en que más se requiere mantener y construir vías —porque a punta del Gobierno produciendo yogurt no se superará la incomunicación del país—, los subsidios y potencial compra de carbón y otros productos de la minería artesanal, echarles mano a las pensiones del futuro para gastar en el presente.
Y si las medidas de emergencia no alcanzan, Petro anuncia que declarará ya propiamente la emergencia económica constitucional en el país, que dejará al presidente con la potestad de seguir gastando a su antojo durante la bobadita de 90 días, donde podrá dictar decretos con fuerza de ley, con los que podrá ordenar nuevos impuestos o modificar los existentes y que el Congreso, además, podrá volver permanentes si se le antoja.
Es decir, un panorama político que se ve como el invierno, como los días de hoy en Colombia: cielo nublado, días oscuros y muy mojados que hacen que a uno le provoque más bien quedarse en cama y ponerse la cobija sobre la cabeza.