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Tik Tak: tiernas ideas del minJusticia del Gobierno Petro
Al ministro de Justicia, Néstor Osuna, hombre bien intencionado, no termina de cuadrarle su reforma carcelaria. Está llena de ideas románticas, como por ejemplo, que los atracadores de viejitos en las calles luego los acompañen cariñosamente a hacer sus vueltas; y otras ternuras semejantes… Escuche a María Isabel Rueda.
Suena el segundo Tik Tak el 18 de enero en SEMANA, y suena por los lados de otra reforma, que ojalá se piense mejor y no se improvise de parte de este gobierno improvisador.
No hemos podido ni siquiera con los brazaletes electrónicos para que los presos domiciliarios no se salgan a delinquir por las calles, y ahora el ministro de Justicia pretende, inspirado seguramente en un propósito altruista como aliviar la asignación carcelaria y permitir que los castigos tengan un efecto resocializador, trasladar la justicia restaurativa a nuestro sistema penitenciario.
Pero yo creo que no lo ha pensado muy bien, con mucho detalle. Y todo lo que propone suena muy bonito, para qué. Que a toda persona en la cárcel le sirva esa esa reclusión para aprender un oficio que antes no sabía, que pueda conseguir trabajo y que a su vez indemnice a su víctima.
Tan bonito como cuando propuso que los ladrones de celulares se los devolvieron a sus víctimas y les pagarán de paso seis meses de sus servicios en celular. Pero pocas bolas le han parado los ladrones de celulares a esa recomendación del ministro, porque más bien han preferido matar a su víctima, que es más rápido y sale más barato.
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Ahora, el ministro quiere aplicar su fórmula en las cárceles, como lo propone en entrevista con El Espectador, pues da este ejemplo: “Si a mí me estafa una persona, pues que el estafador trabaje por ejemplo, seis meses en reparar el parque de mi barrio y además hacer un curso de prácticas empresariales para aprender a no volver a estafar. Que si un joven de 20 años asalta violentamente un viejito y lo deja tumbado en la calle, pues obligar al joven, no solo a que devuelva lo robado, sino que acompañe a otros viejitos a hacer diligencias con vigilancia del Estado”. Entonces no será raro ver en un banco al viejito al ladrón y al policía reclamando la pensión. ¿Se imaginan?
Pero luego de acompañar al viejito al banco deberá el joven irse a la biblioteca a prestar cuatro meses de labores, no dice el ministro si leyendo o barriendo. Ah, y que pida perdón, con eso ya no pagará diez años de cárcel, sino cinco. También dice que “fue muy mala fe” que inventaran que su reforma es para que los presos salgan a trabajar de día y vuelvan a la cárcel de noche, porque eso está vigente desde hace 20 años para personas que han cumplido las cuatro quintas partes de su pena.
Lo que propone su proyecto de ley, aclara, es que eso puede suceder para las personas que ya han pagado solo la mitad de su pena y no aplica para todo tipo de delitos. Para eso el ministro, explica, se necesita platica, porque se van a necesitar brazaletes electrónicos fortalecidos, no como los de ahora que permiten pasear por las calles. Aunque reconoce que en un supermercado o una panadería seguramente no va a ser tan fácil que quieran contratar a un preso que vuelve a la cárcel por la noche.
Finalmente, reitera que el cambio de política de este gobierno con respecto al narcotráfico será que el enfoque policial y punitivo irá exclusivamente hacia la cocaína y lavado de activos y no contra la hoja de coca. Mientras tanto, Estados Unidos no deja de reclamarle a Colombia que persiga esos cultivos con todas las herramientas de las que disponga.
En resumidas cuentas, no termina de convencer la reforma carcelaria del ministro de Justicia. Parece más bien una lista de ideas tiernas y muy humanas que en la vida real no parecen, por ahora, realistas.
En el siguiente Tik Tak conozca la opinión de María Isabel sobre la coyuntura entre Guatemala y el ministro Iván Velásquez
Tik Tak: el favor de Curruchiche, que le está haciendo Guatemala al ministro Iván Velásquez
La solidaridad que el ministro de Defensa, Iván Velásquez, no ha podido despertar por su mediocre labor en su cargo, se la está ganando por las acusaciones oscuras del fiscal guatemalteco. Una recomendación, sin embargo, a nuestro funcionario: no se defienda como ministro de Defensa de Colombia, ni con sus símbolos, porque aquí el acusado es el ciudadano Iván Velásquez. Escuche a María Isabel Rueda.
A las 6:23 a. m. suena el primer Tik Tak de hoy miércoles 18 de enero en SEMANA y suena por los lados del favorsazo que Guatemala le está terminando por hacer al ministro de Defensa de Colombia, Iván Velázquez.
Porque las noticias que no ha logrado producir el ministro, como ministro de Defensa efectivo, con liderazgo, y la solidaridad que no ha podido despertar en su labor, bastante deficiente, las está produciendo y despertando por cuenta del anuncio de un fiscal de Guatemala, Rafael Curruchiche, ya que lo va a llamar a la justicia de ese país.
Pero dicho lo anterior, es que también Guatemala ha dado papaya para que sus anuncios judiciales sean ampliamente rechazados no solamente por Colombia y el presidente colombiano, sino por países como Estados Unidos, donde Curruchiche figura en la lista Engel de actores corruptos y antidemocráticos.
De no ser por ese pequeño gran detalle y en otras circunstancias, que un país donde una persona de otro país ha cumplido una función, como fue el caso de Velázquez y que dejó interrogante sobre su labor y sobre si no extralimitó en sus funciones, pues sería normal e impondría a esa persona la obligación de responder en los estados judiciales con sus abogados, ejerciendo obviamente su legítima defensa.
Pero, irónicamente, quien ha tenido que llamar al presidente colombiano Gustavo a la cordura ha sido el propio presidente de Guatemala Alejandro Giammattei, quien le sugiere al colombiano que no destruyan los puentes diplomáticos entre los dos países, porque ya ambos han llamado sus respectivos embajadores y que más bien los aprovechen para arreglar este entuerto.
Un detalle importante es que el ministro de Defensa colombiano, que apodamos “La nube negra”, no está siendo acusado por la justicia guatemalteca, como tal, como ministro, sino como el ciudadano Iván Velázquez, cuando fungió de jefe de la misión antimafia de la ONU. Luego no se entiende por qué Iván Velázquez le responde a fiscal Curruchiche haciendo uso de las insignias de nuestro ministerio de Defensa, que nada tiene que ver en este lío.
Velázquez no debe, si es acusado como particular, defenderse como ministro de Defensa de Colombia, eso es un abuso. En cambio, Velázquez como jefe de esa cartera que debería estar más bien al frente y bregando para que 300 lugareños no sigan secuestrados desde hace más de 48 horas, a 30 militares en Vistahermosa, Meta, acusados de estar violando el cese bilateral del fuego.
Cómo estarán de deficitariamente redactados los decretos presidenciales que sustentan el cese el fuego, que el argumento hasta ahora esgrimido es que esos militares no estaban por allá en ningún operativo, ni siquiera erradicando coca, porque el presidente ya anunció incluso que se permitirán esos cultivos mientras los propios campesinos esperan como sustituirlos.
Sino que esos militares estaban allá simplemente patrullando y que ese derecho, y a su vez obligación, lo sigue teniendo nuestro Ejército por disposición constitucional. Los decretos de cese al fuego deberían ser adicionados de pronto con esa advertencia, la de que no se han hecho en los territorios excepciones para que la fuerza pública no puedan no pueda patrullar por ellos.
Además, es muy posible que estos 300 campesinos e indígenas estén siendo manipulados por grupos militares. En Colombia no hay territorios de vedados ni zonas de despeje. Ministro, gánese aplausos ejerciendo su labor de manera eficaz y coherente, imponiendo orden en el país y no solo por ser acusado por un régimen, posiblemente corrupto, y lo que ha llevado a muchos a expresarle sus solidaridad por conmiseración.
Por cierto, el presidente Petro le respondió al presidente de Guatemala por el llamado a la cordura que le hizo con estas palabras: “los cuerdos nos llevábamos a la sociedad al matadero”. ¿Y acaso el M-19 del cual fue miembro activo el entonces joven Gustavo Petro no llevó a propósito a la Corte Suprema de Justicia de Colombia allá, al matadero?