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Todo lo que usted debe saber sobre los funerales para las mascotas; no se deje engañar en medio del dolor
Cuando una mascota muere, ¿qué opciones hay para despedirla?, ¿qué tan común es hacer sepelios en su honor?, ¿cuánto pueden costar y qué tan confiables son estos ritos? SEMANA Investigó.
Apollo, un labrador de 28 kilos, que le dio felicidad a la familia Vargas durante ocho años en Bogotá, murió el 21 de octubre por un tumor en el abdomen, el tamaño hizo imposible una cirugía. En la casa se quedó esperándolo Danna, una pequeña que nació por los mismos días en que él fue rescatado de la calle, cuando era un cachorro de dos meses. Crecieron juntos, ella dibujaba sobre su peludo cuerpo con marcadores y él la arrastraba por toda la casa. El perro durmió en el regazo de su dueño casi 3.000 noches y con sus ladridos le hizo sentir, cada vez que abría la puerta, que el amor sincero existe.
Hace muchos años se pensaba que cuando una mascota fallecía era un desecho más que iba a la basura. Incluso, hoy en día, aún se encuentran restos de animales abandonados en bolsas. No solo contaminan el medioambiente, sino que es inconcebible para los que consideran a su mascota como un familiar más. Los Vargas tenían claro que querían una despedida digna para Apollo, pero nunca pagaron un seguro fúnebre para animalitos, que suele cubrir la recogida del cuerpo de la mascota, una sala de velación hasta por tres horas, cofre fúnebre y cremación. Este tipo de seguros ofrecen una cremación colectiva, es decir, meten varios animales al tiempo en el horno, algo que no permite que le entreguen las cenizas de su entrañable amigo. Cobran alrededor de 10.000 pesos mensuales desde el momento del contrato hasta el deceso.
Mientras en la familia de Apollo vivían el duelo de su partida, en redes sociales se viralizó la cruenta imagen del cuerpo de una perrita que tenía en la pata una manilla de la Funeraria Capillas de la Fe y que fue abandonada. La imagen generó indignación. Para los Vargas, también angustia porque pocas horas antes habían contratado un servicio con otra funeraria que les prometió entregarles cinco días después las cenizas de su mascota. Temían que les pasara lo mismo.
Sin embargo, les aseguraron que en el horno solo estaría Apollo. Toda la familia asistió a Funza (Cundinamarca), donde, en una especie de ceremonia de despedida, la familia pudo verificar que cumplían lo prometido, mientras Apollo era cremado. Danna tomó un marcador que estaba en la sala de espera y escribió en un cartel: “Espero que allá estés mucho mejor, te queremos”.
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Las cremaciones individuales están tomando cada año más fuerza, sobre todo tras la llegada de la pandemia, incrementando ese servicio en casi 25 por ciento. El valor está alrededor de los 680.000 pesos y puede superar el millón, según el peso de la mascota. Hay otras familias que prefieren sepultarlas. En La Calera hay un cementerio de mascotas, pertenece a Funeravet. Cada bóveda la arriendan durante cuatro años por un valor que inicia en 400.000 pesos. En las tumbas se ven juguetes, cobijas y platos en los que se alimentaban las mascotas. Es un negocio que nació en la Universidad Nacional hace tres décadas y que deja jugosas ganancias, según lo confirmó el gerente y fundador, Henry Cortés, quien asegura que al mes atiende a cerca de 900 mascotas que fallecen. El 70 por ciento son atendidas con cremación, en su mayoría colectiva, y los canales de contacto más comunes son las veterinarias y empresas aseguradoras.
Los animales para los que más se solicitan servicios fúnebres son perros, gatos, aves y conejos, al igual que animales exóticos como un hurón, según Roberto Estupiñán, fundador de Cremapets, una funeraria que nació tras la muerte de Max, su perro, al que consideraba más que un amigo. “Uno a su mejor amigo no lo deja subir a la cama ni lamerle la cara, a nuestros peludos sí, por eso merecen una despedida digna”, enfatizó. Confiesa que crear una funeraria para mascotas no es fácil, solo el horno vale 800 millones de pesos, el predio tiene que cumplir con unos requisitos especiales y los trámites de las autoridades sanitarias pueden tardar hasta año y medio.
El compostaje es otra opción, consiste en que se acelera el proceso de descomposición, en más o menos mes y medio se convierte en abono que se entrega en una matera para que los restos del animal aporten vida a las plantas. Ese proceso puede estar en unos 500.000 a 800.000 pesos.
Las funerarias para mascotas son reguladas por la Superintendencia de Industria y Comercio, secretarías de salud y autoridades ambientales.
La funeraria Capillas de la Fe dice que la investigación de cómo resultó el cadáver de la perrita abandonada se está adelantando.
Sin importar qué despedida le den, existe la leyenda del puente del arcoíris en la que se cree que los animales llegan a un paraíso, por lo que Danna espera que Apollo esté allí.