POLÍTICA
Todos quieren con Íngrid Betancourt: ¿al final a quién apoyará a la Presidencia?
Diferentes sectores políticos intentan tener como aliada a Íngrid Betancourt en las elecciones de 2022. Ella, por ahora, ha dicho que busca tender puentes en la centroizquierda. ¿Será candidata?
Trece años después de recobrar su libertad, Íngrid Betancourt promete jugar un papel activo en las próximas elecciones a la presidencia y al Congreso en 2022. Tras vivir un tortuoso secuestro de seis años a manos de las Farc, la excandidata presidencial ha decidido volver de lleno a la política electoral y su nombre se lo disputan hoy la centroizquierda y la izquierda.
Betancourt completa varios días en Bogotá y, cuando faltan apenas seis meses para elegir inicialmente a los próximos senadores y representantes, no ha dejado de asistir a reuniones en las que se habla de política pura y dura. Para ella, el tema electoral estuvo en un segundo plano por años.
Hoy todo parece indicar que Íngrid quiere sumar y, por ahora, su principal interés es ayudar en la construcción de una alternativa de centro y ser un puente en medio de las diferencias que están saliendo a flote. En estos días se reunió con el codirector de la Alianza Verde Carlos Ramón González y con el exgobernador de Nariño Camilo Romero. Ambos, cercanos al petrismo, intentaron persuadirla para que apoyara al Pacto Histórico, de Gustavo Petro, pero la excandidata presidencial no se comprometió y no tomó partido.
Petro está interesado en el respaldo de Betancourt, cuya voz es trascendental en la política colombiana dada su larga experiencia política y la tragedia que vivió en carne propia, lo cual le otorga autoridad. “Estoy seguro de que Íngrid volverá a votar por mí”, dijo el líder de la Colombia Humana. Sin embargo, eso no será tan sencillo como parece. Efectivamente, en 2018, la excandidata presidencial apoyó a Petro en la segunda vuelta frente a Iván Duque, porque logró aglutinar al exalcalde Antanas Mockus y a un amplio sector de la centroizquierda, como Claudia López y Angélica Lozano. Hoy el panorama es completamente distinto.
La controversia entre el Pacto Histórico, de Petro, y la Coalición de la Esperanza, en la que está Lozano y que Íngrid respalda, crece todos los días. “Creo que el Gustavo Petro de hoy no es el mismo del 2018”, manifestó la excandidata presidencial, en un conservatorio en la Universidad Externado. Ella ha dicho que está cansada de los extremos y de la creciente polarización en el país. Por ese motivo, ha buscado que mediante el diálogo se llegue a un gran acuerdo entre la izquierda. Así pues, se reunió con la senadora Lozano y la alcaldesa López. Fue un encuentro privado, de tres amigas, en el que también se habló de política. Lozano trabajó como asistente de Betancourt durante su paso por el Congreso, la considera su mentora, y desde allí empezó a forjar su carrera pública. “Yo me siento cercana a ambas (a Angélica y a Claudia) y las admiro. Angélica comenzó a hacer política conmigo en el Partido Verde Oxígeno. La recuerdo recién egresada de la universidad, trabajando incansablemente en ayudarnos a construir Verde Oxígeno. Angélica representa una nueva era en la política colombiana, con la que se puede empezar a tender puentes para salir de la polarización”, escribió Betancourt en su nuevo libro Una conversación pendiente, en el que comparte reflexiones con el expresidente Juan Manuel Santos.
La pregunta es hasta dónde la mediación de una mujer de la talla de Íngrid puede ayudar a limar las asperezas en la propia Alianza Verde, dada la disputa entre el sector de Angélica Lozano y la corriente petrista liderada por Inti Asprilla. La disputa es de tal nivel que se ha hablado de una escisión de un movimiento que hace una década, con la ola verde y de la mano de Mockus, representó la esperanza para muchos votantes. Lozano es una de las principales defensoras de la división antes que terminar en las toldas de Petro o dejar a las bases en libertad de votar por quien consideren. Un as bajo la manga de Lozano es lograr revivir Verde Oxígeno, el partido que fundó Betancourt. Por eso están a la espera del fallo de la Corte Constitucional que le otorgó de nuevo la personería jurídica al Nuevo Liberalismo. En esas páginas podría estar la clave para la próxima movida política de Betancourt y Lozano.
En 1998, Verde Oxígeno logró más de 160.000 votos, lo que les garantizó las curules en el Senado a Betancourt y a la vallecaucana Margarita Londoño. Luego, en 2001, Betancourt, conocida por su frase “La corrupción es el sida de nuestra sociedad”, renunció al Senado, diciendo que el Congreso era un nido de ratas, y se lanzó a la presidencia. En 2022 fue secuestrada por las Farc, y su movimiento político prácticamente desapareció. SEMANA estableció que Íngrid está a la expectativa de conocer el contenido del fallo de la Corte sobre el Nuevo Liberalismo, el movimiento fundado por Luis Carlos Galán, para pedirle al Consejo Nacional Electoral que reviva la personería jurídica de Verde Oxígeno. Si la obtiene, Angélica Lozano y algunas fichas del Verde, entre ellos el senador Antonio Sanguino y la representante a la Cámara Juanita Goebertus, podrían terminar allí, aunque el trámite resultará engorroso.
Pero si la Corte se demora otras semanas más en notificar su decisión a los hermanos Galán Pachón, los tiempos son apretados y el reloj corre en contra de cara a las elecciones de 2022. Asimismo, hay que tener en cuenta que contar con un partido político no es prenda de garantía para alcanzar el umbral y obtener curules en el Congreso. En el caso de Verde Oxígeno, habría que volver a posicionar su nombre entre el electorado.
Con Verde Oxígeno o sin él, Betancourt no jugará como candidata en 2022, pese a que en los mentideros políticos no descartan que encabece una lista al Senado. Si termina por convencerse de no tener aspiraciones, se convertirá en una figura simbólica importante para las elecciones parlamentarias y presidenciales; encarna a una dirigente que el país conoce, que vio sufrir, una política capacitada, preparada académicamente y quien simboliza la historia de miles de víctimas. Íngrid es un ícono de valentía y coraje no solo en Colombia, sino en el mundo. Cuando estuvo secuestrada, una fotografía suya, gigante, fue colgada en el edificio del Ayuntamiento de París y otra, en la plaza principal de Milán. “Íngrid está diciendo cosas sensatas. ¡Quédate!”, le pidió el exjefe negociador del Gobierno con las Farc, Humberto de la Calle.Betancourt es, ante todo, una líder política y le gusta el servicio público.
Antes de su secuestro dio una batalla incansable contra la corrupción, y hoy su principal bandera es avanzar hacia el camino de la paz y la reconciliación. Por eso, habló con todos los sectores de la Alianza Verde tras su paso por Bogotá. Se la escuchó pausada, serena, reflexiva e interesada en hacer política. Tanto es así que el pasado 27 de septiembre, cuando Cifras y Conceptos reveló una encuesta de los verdes que le dio una victoria a Carlos Andrés Amaya, ella iba a leer el resultado, pero la conexión de internet falló. “Íngrid es un símbolo clave para preservar la paz y una inspiración para el centro y, en especial, para la Coalición de la Esperanza”, resumió Amaya. “Vuelve pronto Íngrid Betancourt”, aseguró el senador Sanguino. La excandidata presidencial también dialogó con Antonio Navarro Wolff, Antanas Mockus y Adriana Córdoba.
Íngrid regresará a Francia, pero promete volver a Colombia, según dijo en varias de sus reuniones. Aunque no se radicará en el país, al menos por ahora, sí podría pasar más tiempo si al final Verde Oxígeno, su partido, revive, tal como lo está haciendo ella en política.