ELECCIONES 2018

La puja por los conservadores y La U, los votos que podrían poner nuevo presidente

Los candidatos que puntean en las encuestas han ‘coqueteado’ de todas las formas con estos partidos. A pesar de que decidieron no tener aspirante presidencial propio, su caudal electoral puede ser definitivo para inclinar la balanza del poder. Sumados tienen poco más de 4 millones de votos.

5 de febrero de 2018
| Foto: SEMANA

Es un un hecho que el ajedrez político se reacomodará el 11 de marzo tras las elecciones del nuevo Congreso, ya que a partir de ese día se sabrá qué candidatos presidenciales en verdad tienen músculo electoral para hacerse con el poder en las presidenciales de mayo. El país vivirá una especie de primarias.

Si en algo hay consenso en el mundo político es que los comicios legislativos son la primera verdadera encuesta de cara a la elección presidencial, pues es justo ahí cuando se muestra el verdadero respaldo que tienen los aspirantes a llegar a la Casa de Nariño y comienza a decantarse, precisamente, el tarjetón para la primera vuelta.

Las encuestas que se han venido conociendo reflejan lo que podría llamarse el voto de opinión. Pero no alcanzan a descifrar ese llamado voto "amarrado" o de maquinarias, que es el que garantizan las estructuras políticas, especialmente los partidos. 

Por esto es que las colectividades -cuestionadas a diario- en esta época se vuelven organizaciones apetecidas, lo que las lleva a jugar con calma y mucho cálculo sus cartas. Es que, incluso, pueden ser cruciales para inclinar definitivamente la balanza en favor de algún candidato y siempre buscan quedarse con el mejor postor.

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En esta posición se encuentran los partidos Conservador y La U, dos de los partidos que no conocen el camino de la oposición desde el gobierno de Álvaro Uribe. Por el contrario, han sido socios de coalición y han compartido también posiciones en el Gobierno en la administración de Juan Manuel Santos. 

Para 2018, ninguno de los dos tiene candidato propio a la Presidencia, pero sí cuentan -de acuerdo con el histórico electoral de 2014- con por lo menos 4 millones de votos que  consideran tener asegurados. Falta ver si se ratifican el 11 de marzo, pero en todo caso votos son amores, y muy buenas razones para seducirlos. 

La U, el partido de Juan Manuel Santos y hasta hace poco con la bancada mayoritaria en la Cámara Alta -eligió 21 senadores pero perdió 3 curules por problemas jurídicos de quienes las ocupaban-, realizó en octubre de 2017 su convención y en ella decidió que, por ahora, no apostaría por una carta presidencial. Por lo menos de forma directa.

En su momento sonó con fuerza Juan Carlos Pinzón, militante de La U durante los dos mandatos de Santos, pero a su regreso de la embajada en Washington renunció al partido, entregó el carné y se lanzó por firmas. Era la única carta visible de la colectividad de Santos que, ante el rechazo y la falta de figuras, decidió irse sin candidato.

La U es el partido de Juan Manuel Santos y hasta hace poco tenía la bancada mayoritaria en la Cámara Alta: eligió 21 senadores, pero perdió 3 curules por problemas jurídicos de quienes las ocupaban.

El senador Roy Barreras, quien tuvo una fugaz precandidatura de la que se bajó tras petición directa de Santos en la Casa de Nariño, acuñó en su momento la fórmula “mesi” para describir su situación: elegirán candidato mes y medio antes de la primera vuelta, o sea después de que sepan cómo quedan en términos de curules en Cámara y Senado.

Con esta colectividad han ‘coqueteado’ varios candidatos. Por un lado, está Germán Vargas Lleras, quien tiene como su principal alfil en La U al senador Mauricio Lizcano. Y, por el otro, está Humberto de la Calle, cercano a congresistas como Barreras y Armando Benedetti por su trabajo en el proceso de paz con las Farc y que son de extracción liberal.

En estas toldas tienen como principal preocupación no reducir tanto el número de curules logradas en 2014, cuando obtuvieron 2’230.208 y 21 senadores. En ese trabajo se encuentra el presidente de la colectividad, Aurelio Iragorri, también cercano a Vargas Lleras y con quien ha dialogado informalmente en varios oportunidades.

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Benedetti, ante este panorama, es pragmático en sus posturas. No se tendrá candidato propio, pero, según dijo recientemente, La U “va a decidir el nombre del próximo presidente de los colombianos en virtud de la gran votación que vamos a obtener en todo el país”. Esperan lograr, por lo menos, 1,7 millones de votos este 11 de marzo.

En la otra banda ideológica, mas no burocrática, está el Partido Conservador. Esta colectividad no tiene candidato presidencial propio desde Andrés Pastrana -quien, no obstante, se eligió por coalición- y en estas nuevas elecciones no fue la excepción. Eso sí, han tenido participación en todos los gobiernos y, por supuesto, también quieren tenerla en el que se posesiona el 7 de agosto.

Por ahora tiene como precandidatos a Ubeimar Delgado y al exministro Rubén Darío Lizarralde, pero ninguno tiene suficiente respaldo en las toldas azules. De hecho, esperaban medirse entre ellos en la convención de la colectividad prevista para los primeros días de febrero, pero por pragmatismo político se decidió aplazarla y se espera que sea antes del 9 de marzo (fecha de inscripción de los presidenciales) y de forma virtual.

“Mi voto es por Vargas, pero todo depende de qué decida todo el partido para saber a quién apoyaremos": Efraín Cepeda.

Fue pragmatismo político porque de hacer la convención se habría tenido que elegir a alguno de esos dos precandidatos, pero al no precipitarse a hacerla ganaron tiempo para seguir deshojando la margarita. Se han reunido con Vargas Lleras, con Alejandro Ordóñez, con Juan Carlos Pinzón, con Marta Lucía Ramírez y hasta le propusieron a Luis Alfredo Ramos que volviera a su filas para enarbolar la candidatura oficial.

El senador Hernán Andrade, presidente de la colectividad y quien se ha reunido personalmente con todos ellos, le contó a SEMANA que lo que decidieron fue hacer una consulta virtual con los directivos del partido, los actuales congresistas y los nuevos aspirantes al Legislativo para determinar quién de ellos tiene tiene más fuerza. De acuerdo con lo que hasta el momento han contestado, Vargas y Ramírez llevan la ventaja.

Y Efraín Cepeda, presidente del Congreso y militante ‘azul’, le confesó a esta revista que “mi voto es por Vargas, pero todo depende de qué decida todo el partido para saber a quién apoyaremos”. El representante David Barguil también se inclina por el exvicepresidente.

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En 2014 los ‘hermanos godos’ -como también se les llama en el argot político- obtuvieron 1’944.284 sufragios y 19 curules en el Senado, y para este 11 de marzo esperan por lo menos sumar 1,5 millones se votos. Cifra nada despreciable para quien quiera ser presidente.

Estas dos colectividades son criticadas con fuerza por los líos judiciales y disciplinarios de varios de sus militantes y candidatos, también por su falta de coherencia ideológica que los lleva a no tener candidato propio a la Casa de Nariño, pero serán dos partidos que si obtienen los votos que calculan podrían perfectamente decidir quién será el nuevo jefe de Estado. Por eso es que todos quieren con los ‘godos’ y La U. Cuestiones de política.