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“Lo que sé hacer es crear empresa, no sé de política, no sé de mermelada, no sé de Congreso”: Tomás Uribe
En entrevista con SEMANA, responde si será o no candidato presidencial, arremete contra Santos, Fajardo y Petro, defiende la honorabilidad de su papá y aconseja a Duque.
SEMANA: ¿Usted va a ser candidato presidencial en 2022?
Tomás Uribe (T.U.): Soy un empresario, es lo que me gusta hacer, es lo que sé hacer y lo que llevo haciendo junto con mi hermano en los últimos 20 años. No sé de política, no sé de mermelada, no sé de Congreso, y en mis planes no está ninguna candidatura.
SEMANA: ¿Es un no rotundo?
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T.U.: Cuando uno se dispersa termina siendo un mediocre. Tenemos unos compromisos empresariales, unos socios, unos clientes que han confiado en nosotros, y salir corriendo a buscar candidaturas sería una falta de integridad con todas estas personas.
SEMANA: La estrategia de muchos candidatos es decir no, pero al final es sí…
T.U.: La vida da muchas vueltas, pero yo le puedo decir genuinamente que no tengo planes de meterme a la política. La prioridad mía y de mi hermano es la defensa de mi padre, su honorabilidad y su libertad.
SEMANA: ¿Para usted qué significa el cargo de presidente de la República?
T.U.: Cuando recién encarcelaron a mi papá, fui a contarle al presidente Duque cómo estaba la familia y tuve sentimientos encontrados: por un lado, me dio mucha alegría saludar a las personas que trabajan en el Palacio de Nariño, son los mismos que estuvieron cuando pasamos por allá. Por otro lado, me sentí feliz de no estar viviendo allá. Dije: qué rico estar viviendo en mi casita, no tener que venir todos los días al centro de Bogotá a vivir en una casa ajena, en un palacio, sino vivir en un apartamento en Medellín que es mi hogar.
SEMANA: Sergio Fajardo dice que en 2022 el uribismo no ganará la presidencia.
T.U.: El Centro Democrático ha sido el muro de contención del socialismo en Colombia. Yo difiero del doctor Fajardo, que a propósito escogió nuevas compañías. Él hace dos años se fue por el lado del neosocialismo, y ahora se está yendo por el lado del santismo.
SEMANA: ¿Eso piensa usted de Fajardo?
T.U.: ¿De cuál Sergio Fajardo me están hablando ustedes? ¿Del mismo que cuando perdió las elecciones pasadas dijo que no iba a volver a aspirar? ¿O del Sergio Fajardo que dice que es la renovación de la política, pero tiene casi 70 años? ¿El que dice que promulga una política de transparencia, pero lleva manejando los hilos del poder en Antioquia hace 20 años? ¿O del que dice que es la renovación y se gastó 200.000 millones de pesos en publicidad cuando era gobernador? Sergio Fajardo es una persona que un día dice una cosa y otro día dice otra.
SEMANA: Usted le dice santista a Fajardo, pero otros le dicen uribista tapado...
T.U.: Hay que ver las columnas que escribió Fajardo en El Colombiano cuando mi papá era gobernador. En mi familia le tenemos cariño personal.
SEMANA: ¿Qué cambió entonces?
T.U.: Fajardo un día es candidato independiente, al otro día es candidato de la izquierda, como hace dos años. Al otro día es el candidato de Santos. El que ha cambiado es el doctor Fajardo, porque la línea de Uribe lleva siendo la misma los últimos 20 años.
SEMANA: ¿Cómo se imagina a Fajardo de presidente?
T.U.: Una versión académica de Santos: burocracia, mermelada, discusiones y discursos teóricos que no resuelven los problemas reales del país. Hipocresía.
SEMANA: Algunos dicen que el único mérito que usted tiene para ser candidato es ser hijo de Uribe. Petro dice que su caso es el ejemplo de una democracia hereditaria.
T.U.: Yo creo que Petro tuvo un lapsus. Él estaba refiriéndose a su hijo, a quien ha impulsado a la política en el Atlántico. Mi hermano y yo hemos estado totalmente apartados de la política. Ser el hijo de Álvaro Uribe no es mérito; ser hijo de nadie es mérito. Mérito es el de mi papá que ha conseguido las cosas con esfuerzo. Mérito me atribuirán cuando juzguen mi vida y vean que ha sido una vida de esfuerzo. Creo que al doctor Petro lo traicionó su subconsciente.
SEMANA: ¿Su papá quiere que usted sea candidato?
T.U.: Cuando se lo han planteado, ha dicho: ellos tienen unas responsabilidades empresariales que no pueden dejar tiradas.
SEMANA: ¿Cuál de todos los precandidatos del Centro Democrático le gusta más?
T.U.: Paloma Valencia es una mujer de un valor infinito. Difícil que haya mujeres en Colombia con su valentía. Paola Holguín es una mujer de una consistencia ideológica de décadas. Óscar Iván Zuluaga es un estadista. Edward Rodríguez tiene una historia de superación impresionante. El hijo de un papero de Aquitania es hoy representante a la Cámara. Todos tienen que foguearse porque se aprende a bailar es bailando, en la pista, no por ahí en clases por Zoom.
SEMANA: ¿Cómo se imagina un gobierno de Petro?
T.U.: Ya lo vivimos en Bogotá, fue un pequeño experimento chavista. Acuérdese cuando la ciudad se llenó de basura, el despilfarro, la nómina paralela. Más allá de la lucha ideológica, miremos la capacidad administrativa. Su paso por Bogotá fue bastante decepcionante.
SEMANA: ¿Pero usted cree que Petro va a ser presidente?
T.U.: Es difícil hacer vaticinios. Pero sí queremos evitar el camino del chavismo, del neosocialismo, del socialismo disfrazado. Ventilan unas banderas muy sexis porque hablan de la protección animal, del medioambiente, de la tolerancia a la diversidad. Pero esas banderas no deben ser ni de Petro ni de Uribe, deben ser de todos los seres humanos correctos. Entonces el doctor Petro se ha arropado con esas banderas, ha construido una imagen que conecta, que ilusiona a la juventud, pero que detrás esconde un proyecto socialista que busca fortalecer la burocracia para que se convierta en el soporte de un régimen totalitario que dure décadas como el proyecto de Hugo Chávez. Un fracaso.
SEMANA: ¿Para 2022, el uribismo seguirá con el discurso del castrochavismo y el miedo al socialismo?
T.U.: Hay que llamarlo neosocialismo porque es diferente. No necesariamente confiscan la propiedad, pero sí suben los impuestos a un nivel que confisca las rentas de la propiedad, que es peor aún. Crece la burocracia, para no ir muy lejos el ejemplo es Fecode. Es un monopolio y los ciudadanos más pobres de Colombia están sometidos a una educación que le imparte un monopolio.
SEMANA: En los círculos políticos dicen que Duque le está haciendo la campaña a Petro.
T.U.: El Gobierno Duque está haciendo un excelente trabajo. Imagínese cómo estaría este país si no hubiera ganado Duque. Cierre los ojos y haga ese experimento mental.
SEMANA: Pero ¿cómo estaríamos?
T.U.: Estaríamos mucho peor. El presidente bajó los impuestos, acabó la mermelada, frenó el crecimiento de los narcocultivos. Duque lleva varios meses dándole golpes contundentes a la criminalidad.
SEMANA: ¿Qué fallas le ve usted al Gobierno Duque?
T.U.: Hay que ejercer un liderazgo más asertivo, que se sienta la contundencia, porque, por ejemplo, se han dado golpes estupendos a la criminalidad; qué bueno sería ver al presidente celebrando esos golpes y parado allí donde se dan. Donde hay muertes de líderes sociales, hay que ver al presidente y a los ministros respaldando a la población. Yo creo que son más falencias en el estilo de liderazgo que en el fondo de la gestión.
SEMANA: ¿Qué significaron los ocho años del Gobierno de Santos para Colombia?
T.U.: Un retroceso absoluto. Colombia venía derrotando a los grupos criminales, se desmovilizaron 13.000 guerrilleros y 39.000 paramilitares sin necesidad de premiarlos con curules en el Congreso. La cocaína se redujo de 200.000 hectáreas a 60.000 hectáreas. El secuestro se redujo en un 90 por ciento y Colombia pasó de tener 28.000 asesinatos a 14.000 asesinatos. Íbamos por una senda ganadora. El Gobierno que elegimos en 2010 se aburrió del éxito y le dio por probar otras fórmulas, nos llevó a un proceso de paz que tiene algo destacable porque desmovilizó a 11.000 personas. ¿Pero cuál fue el costo? Fue volvernos nuevamente un narcoestado, fue llenar nuestro Congreso de delincuentes. Hoy un ladrón de bicicletas paga cárcel y no puede ir al Congreso, pero un señor que mató y violó está sentado en una curul. Un mal ejemplo para nuestros hijos. Santos fue un retroceso porque también llenó al país de burocracia, de mermelada, subió impuestos y el IVA al 19 por ciento.
SEMANA: Pero Santos fue obra de Uribe. ¿No cree que es hora de pasar la página?
T.U.: Creo que hay que mirar hacia adelante. Tuvimos un problema, aprendimos, nos dimos un golpe, página doblada y vamos para adelante.
SEMANA: ¿Uribe se equivocó con Santos al apoyarlo en 2010 para la presidencia?
T.U.: Nos equivocamos todos, nos engañaron. El día que ganó Santos hubo una celebración en Bogotá, en el restaurante El Techo. Él pasó saludando y yo me emocioné cuando vino. Le dije: presidente, gracias por defender a mi papá en campaña. Estaba realmente agradecido como hijo porque en esa campaña todos le daban a mi papá, y Santos defendiendo a Uribe, diciendo que era el mejor presidente después de Bolívar... Entonces a mí me dio mucha emoción, y le dije: presidente, gracias por haber defendido a mi papá. ¿Y sabe qué me respondió?: hasta la tumba. Imagínese el doble sentido. Ese día quedé feliz. Pensé: este hombre va a cuidar a mi papá. Los años nos mostraron que hasta la tumba era otra ironía más.
SEMANA: ¿Qué significa para usted hoy ese “hasta la tumba”?
T.U.: Me gusta enfocarme en los hechos: durante el Gobierno Santos se libró una persecución judicial que no tiene precedentes en la historia de Colombia en contra de Álvaro Uribe, su familia y el uribismo. El presidente fue quien urdió esa persecución con sus pronunciamientos, con la manera ofensiva y despectiva como se refería a la oposición. Yo no he escuchado al presidente Duque refiriéndose al doctor Petro como rufián de esquina o como ave de mal agüero. Cuando ese es el tono con el que el Gobierno se refiere a la oposición, cuando desde el Gobierno se coopta a ciertos sectores de la justicia, como pasó con el cartel de la toga, eso lastima la democracia.
SEMANA: Si se encuentra en un ascensor con Santos, ¿qué le diría?
T.U.: Lo saludo común y corriente, sin zalamería, porque la verdad no me nace, pero tampoco tendría una actitud hostil.
SEMANA: Iría con distanciamiento social...
T.U.: Hombre, póngame en el ascensor con alguien bien chévere. James, Shakira, Maluma, J Balvin, Camilo, Simón Borrero, David Vélez.
SEMANA: ¿No llevaría a ningún político en el ascensor?
T.U.: Me la pone difícil, no me atrevo a responderle.
SEMANA: ¿Llevaría a su papá?
T.U.: Cada segundo con él le aprendo, el tiempo que Dios me conceda con él se lo agradeceré.
SEMANA: ¿Usted cree que el expresidente Santos está retirado de la política?
T.U.: El senador Jorge Robledo decía que a Santos es difícil cogerlo en una verdad, y lo vimos salir al ruedo a ponerle zancadilla a su primo. Imagínese eso: lo vimos indisponiendo al Gobierno norteamericano con el colombiano. Si Santos dice que no está metido en la política, tal vez lo que debemos concluir es todo lo contrario.
SEMANA: ¿Está de acuerdo con acabar la JEP?
T.U.: Cualquier guerrillero que haya cometido un delito y vaya a la JEP no va a pagar cárcel. La JEP le cuesta al país 300.000 millones de pesos al año. En 15 años son 4,5 billones de pesos, eso equivale a una pequeña reforma tributaria. En Colombia hay 15 jueces por cada 100.000 habitantes, mientras que en el promedio de la Ocde son 30 jueces por la misma cantidad de habitantes. Creo que si las Farc no van a pagar cárcel, es mejor darles una amnistía, ya se desmovilizaron; perdonarles todo, tragarnos ese sapo y ahorrarnos esa platica de la JEP.
SEMANA. ¿Usted está proponiendo amnistía para todos los delitos de la Farc? Esa sí es una sorpresa…
T.U.: En términos prácticos, ya la tienen. Pasaron del monte al Congreso y no van a pagar un día de cárcel. ¿Para qué gastarnos 4,5 billones de pesos?
SEMANA: La oposición asegura que el uribismo quiere acabar con la JEP porque tienen temor a que se conozca la verdad...
T.U.: Si es por la verdad, se logra lo mismo diciéndoles a los guerrilleros: cuenten todos sus crímenes, sin necesidad de una JEP, llenen un formulario en internet y nos ahorramos 4,5 billones de pesos.
SEMANA: ¿En qué van las investigaciones en contra suya y de su hermano?
T.U.: No hay personas en el mundo del emprendimiento que hayan sido más investigadas que nosotros dos. Durante la Fiscalía del doctor Montealegre, hubo 14 diligencias de legalización de pruebas cuando nos estaban investigando a Jerónimo y a mí. Nos revisaron del pie a la coronilla. Siempre nos han investigado y nos investigarán. No es necesario que el doctor Petro nos increpe a dar explicaciones porque entendemos que es parte de nuestra responsabilidad con la opinión pública.
SEMANA: ¿Sienten temor ante las investigaciones?
T.U.: Tuve a un tío dos años en la cárcel. Tuve a mi papá dos meses privado de su libertad. A mi hermano y a mí, dicho por el doctor Jaime Lombana, nos trataron de llevar a la cárcel en el Gobierno anterior. Obviamente uno mantiene con esa preocupación. Al final la verdad prevalece.
SEMANA: Sus críticos dicen que usted y su hermano se dedicaron a enriquecerse aprovechando el gobierno de su papá.
T.U.: Construimos una compañía de artesanías que vendió más de 3 millones de pulseras y productos artesanales colombianos a más de 70 países. Construimos la principal compañía de residuos industriales de Colombia. Reciclamos 200.000 toneladas al año. Hemos construido cuatro centros comerciales en zonas vulnerables, no propiamente en el Chicó o en La Cabrera, sino en Apartadó, Antioquia; Cartago, Valle; Montería, Córdoba, y en Soledad, Atlántico. Ahora estamos concentrados en construir la inmobiliaria tecnológica líder en Colombia y México. Provenimos de una familia que, más que de políticos, es de empresarios. El único político de mi familia es mi papá. Fuimos empresarios antes de que Uribe fuera presidente, lo fuimos durante su presidencia, durante la de Santos, durante la de Duque y esperamos seguirlo siendo.
SEMANA: Ustedes fueron mencionados en el escándalo del zar de la chatarra, James Arias. ¿En qué va eso?
T.U.: El señor no era ningún delincuente. Tenía una de las 100 empresas más grandes de Colombia. Todas nuestras operaciones fueron lícitas, debidamente facturadas y pagadas por medio del sistema bancario. Entregamos copia de nuestra contabilidad a la Fiscalía y contratamos una auditoría de Estados Unidos. Nuestra contabilidad salió impecable, no hay ninguna irregularidad. Es importante recordar que este tema fue movido desde el Palacio de Nariño por un alto funcionario del Gobierno Santos.
SEMANA: ¿Qué funcionario?
T.U.: Es un señor que se refiere en ámbitos sociales en términos muy despectivos de mi hermano y de mí. Dejémoslo ahí.
SEMANA: ¿Quién es ese funcionario del Gobierno Santos?
T.U.: Envió cinco derechos de petición a la Fiscalía, impulsando investigaciones en contra de Jerónimo y de mí.
SEMANA: ¿Pero quién es? ¿Está hablando de Camilo Enciso, el exzar anticorrupción?
T.U.: Dejemos las cosas ahí. Ustedes ya lo dijeron.
SEMANA: El otro escándalo es el de la zona franca, donde unos lotes de Mosquera se convirtieron en terrenos industriales cuya valorización se disparó. ¿Qué pasó en este caso?
T.U.: Ese negocio que tanto caricaturizaron consistió en que mi familia compró unos terrenos que tenían el uso industrial desde el año 2000, antes de que mi papá fuera presidente. Así reza una sentencia de un magistrado de la república: el uso industrial en estos terrenos proviene desde el año 2000, cuando los hijos de Álvaro Uribe eran estudiantes universitarios. Mi familia compra esos terrenos y luego la Zona Franca de Bogotá, que es una entidad privada, nos propone entregarle los terrenos para hacer ahí su expansión. Todos los trámites de calificación los hizo la Zona Franca de Bogotá, directamente su representante legal y presidente, Juan Pablo Rivera Cabal. La caricatura no se compadece con la realidad.
SEMANA: ¿Qué es la Ñeñepolítica para usted?
T.U.: El uso de unas comunicaciones interceptadas ilegalmente a una persona muy cercana a mi papá, que habla cosas que no tienen fundamento verídico. Que se llena la boca diciendo cosas que no son reales. Gracias a esas conversaciones tratan de generar la idea de que la campaña del presidente Duque se financió ilegalmente. Para mí es una ficción que han construido desde la oposición. Han salido los audios de Luigi Echeverri y es tan estricto que hasta parece antipático.
SEMANA: Pero hay investigaciones andando en la Corte Suprema y en la Comisión de Acusaciones.
T.U.: A los uribistas nos investigan hasta por estornudar.
SEMANA: ¿Qué sabe hoy de Caya Daza?
T.U.: No sé de Cayita desde hace mucho tiempo. Para mí fue una gran sorpresa escuchar todos esos audios, porque en ellos era diferente a la persona que yo conocía.
SEMANA: ¿Qué piensa cuando llaman paramilitar, asesino y genocida a su papá?
T.U.: La verdad ya poco me afecta. Conocemos su ejemplo, su ética, su rectitud. Mi mamá no habría estado casada con Álvaro Uribe durante 40 años si tuviera la más mínima reserva de su integridad.
SEMANA: ¿Qué espera de la Fiscalía frente al caso de su papá?
T.U.: Espero que haya una investigación a fondo y que practiquen todas las pruebas. ¿Usted puede creer que a mi papá lo puso preso el magistrado Reyes, que fue contratista de Santos, sin haberle permitido a los abogados de mi papá contrainterrogar al testigo Monsalve? Eso es increíble. Espero transparencia, que se conozcan todas las pruebas y se publiquen para que los colombianos tengan la película completa. Un columnista por ahí sacaba un pedacito y lo adornaba como a él le convenía, lo mejor es que se conozca todo. Yo soy hijo y adoro a mi papá, pero también hago un esfuerzo por ser objetivo, por ser riguroso y hago honor a mi santo, santo Tomás: hasta no ver no creer. Esos audios me los escuché todos con sentido crítico y no hay una sola conversación en la que mi papá hable con un testigo o dé una instrucción de torcer la verdad.
SEMANA: ¿Hoy sigue pensando que la corte tuvo secuestrado a Uribe?
T.U.: No podemos generalizar, pero el hecho es que un magistrado que fue contratista del Gobierno Santos en el proceso de paz con las Farc no contó ese conflicto de intereses y puso preso a Uribe.
SEMANA: ¿Usted mete las manos al fuego por el abogado Diego Cadena?
T.U.: Yo no meto las manos en el fuego por nadie. Confío en mi papá, en mi hermano, en mi mamá y en mi esposa. No conozco la primera prueba en la que el doctor Diego Cadena le proponga a un testigo cambiar su versión.
SEMANA: ¿Qué significó tener a su papá preso?
T.U.: El episodio más doloroso de mi vida. En lo anímico, tuve dos o tres momentos de lágrimas: la primera y la segunda noche, sentado en la cama, y mi papá en Montería privado de su libertad, con coronavirus, separado de mi mamá... Me puse a llorar. Desde lo anímico, me levantaba con un peso encima, como que no estaba viendo el mundo de color, sino que lo veía en blanco y negro. Una tristeza que oprime el espíritu. Desde lo físico, me dio una gastritis tremenda y se me descuadró el sueño. Un episodio bastante traumático.
SEMANA: El uribismo quiere reformar las cortes. ¿Está de acuerdo?
T.U.: Creo que es un debate que se debe dar desde la ecuanimidad, no desde las pasiones: Uribe quiere acabar con las cortes o las cortes quieren vengarse de Uribe. Creo que el gran problema es que, como dice el dicho, hay mucho cacique y poco indio. Mucha alta corte que cuesta mucho y un déficit de jueces.
SEMANA: Cuando le nombran a Iván Cepeda, ¿qué se le viene a la cabeza?
T.U.: En lo fáctico, Iván Cepeda es el líder más importante de la nueva generación de las Farc, eso es objetivo. En los computadores de Raúl Reyes, el secretariado de las Farc se refiere a Iván Cepeda como el camarada Iván. Fue quien recogió a Jesús Santrich a la salida de la cárcel; pueden googlear la foto de Cepeda y Santrich y se ve la ternura en los ojos de Cepeda. Ha sido un defensor de las Farc, cruza o cruzó comunicaciones directas con Iván Márquez. Hay un frente de las Farc que lleva el nombre del papá de Iván Cepeda. ¡Imagínese que un frente de los paramilitares llevara el nombre de mi padre! En lo anímico, con Iván Cepeda pongo en práctica una meditación que se llama la bondad amorosa, que consiste en desear el bien a sí mismo, a las personas que uno ama, a las personas que le han hecho daño a uno y a todo el mundo. Le he deseado el bien a Iván Cepeda y lo tengo en mi meditación. Si el señor halla paz, seguridad, salud y bienestar, va a cesar sus ataques tan desenfrenados contra nuestra familia.
SEMANA: Cepeda rechaza esos señalamientos y dice que no es de las Farc y que eso lo pone en peligro...
T.U.: Si el señor Iván Cepeda sale y dice que las Farc son una organización narcotraficante, que reclutó menores, que secuestró, que exporta droga, que Santrich trató de vender droga, soy el primero que diría: señor Cepeda, usted se desmarcó de las Farc.
SEMANA: ¿Cree que Cepeda odia a su papá?
T.U.: Tuve un episodio con Cepeda hace algunos años en el aeropuerto El Dorado. Hubo varios testigos. Fue hace 6 años, me le acerqué y le dije: senador, yo no conozco al tal Canoso con el que usted me relaciona, nunca he estado con él, y Cepeda me dijo: ¿quién es usted? Yo le dije: pero cómo así, ¿usted me acusa de tener relaciones con un delincuente que se llama el Canoso y no me reconoce? Sentí una energía densa de Cepeda, el señor reaccionó de una manera muy alborotada y me dijo: ni usted ni su entorno me intimidan. Entonces hay algo en su corazón que no está bien.
SEMANA: ¿Odio?
T.U.: Pues fue lo que yo percibí.
SEMANA: ¿Qué opina de que el general Jorge Enrique Mora, quien acompañó los acuerdos de La Habana, ahora critique el proceso de paz con las Farc?
T.U.: Es natural, está diciendo la verdad. Lo anticipó el Centro Democrático y la coalición del No en el plebiscito; era previsible. Yo creo que hay que reconocerle su valor, más que cuestionarlo por la tardanza.
SEMANA: ¿Cómo ve a la alcaldesa Claudia López?
T.U.: La doctora Claudia es una mujer muy meritoria, se ha labrado su carrera a pulso. Creo que su carácter gozaría de mayor respetabilidad si no fuera en ocasiones ofensivo.
SEMANA: ¿Ella es ofensiva?
T.U.: Todos la hemos sentido ofensiva algunas veces. Puede decir las cosas duro, pero sin ofender, créanme, es algo que me ha enseñado la vida.
SEMANA: ¿La ve como candidata presidencial?
T.U.: Seguramente lo va a ser. Es una mujer inteligente, preparada, ambiciosa.
SEMANA: Hagamos un ejercicio de preguntas rápidas con respuestas rápidas. Odebrecht
T.U.: Falta mucho.
SEMANA: Nicolás Maduro
T.U.: Un dictador.
SEMANA: Los jóvenes de Colombia
T.U.: Echaos pa lante.
SEMANA: Las marchas en Colombia
T.U.: Participantes legítimos y saboteadores ilegítimos.
SEMANA: Tomás Uribe
T.U.: Emprendedor hasta el final, junto con mi hermano.
SEMANA: Esmad
T.U.: Necesario, admirable; policías humildes que ganan poco y que le ponen el pecho al vandalismo.
SEMANA: Federico Gutiérrez
T.U.: Una ilusión.
SEMANA: ¿Caviar o fríjoles?
T.U.: Los frijolitos, toda la vida.
SEMANA: ¿Qué quisiera decirles a sus dos hijos?
T.U.: Que los adoro, que son mi ilusión, mi motor, mi esperanza. Que tienen un papá, un abuelo, un tío, una abuela, una mamá que siempre han actuado correctamente y que su única aspiración es dejarles un legado de respetabilidad.
SEMANA: ¿Trump o Biden?
T.U.: Lo importante es que haya apoyo bipartidista, que los Estados Unidos, republicanos y demócratas, sigan apoyando la lucha contra el crimen en Colombia.
SEMANA: ¿Le ofende cuando dicen que su papá se tiene que retirar de la política?
T.U.: Soy el primero que le digo de frente que se retire para que se dedique a mis hijos. Le digo retírese, pero es con egoísmo familiar.
SEMANA: ¿Y cuál es la diferencia entre Tomás y Álvaro?
T.U.: Muchas, empezando porque yo soy hijo de Lina y él es hijo de Laura.
SEMANA: ¿Qué le dice a doña Lina, su mamá?
T.U.: Es el faro moral y el cimiento anímico de nuestra familia.