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Trabajo, crecimiento y desarrollo económico

SEMANA.COM presenta a sus lectores la propuesta sobre empleo en Colombia hecha por Sabas Pretelt de la Vega en la primera audiencia pública de San Vicente del Caguán el domingo pasado.

8 de mayo de 2000

La economía colombiana está superando la más profunda crisis de su historia reciente. Algunos indicadores así lo demuestran: el crecimiento del PIB por habitante en los últimos dos años fue negativo, la inversión privada se redujo drásticamente y la tasa de desempleo alcanzó niveles alarmantes, al tiempo que se deterioró notoriamente la calidad del empleo. El Consejo Gremial Nacional, así como numerosas asociaciones empresariales, considera que el país debe abocar inmediatamente una estrategia que nos permita recuperar una senda de crecimiento sostenido a tasas superiores al promedio de los últimos 50 años, para mejorar de una vez por todas la calidad de vida de los colombianos y resolver al mismo tiempo el problema de la desocupación.



Este documento recoge las propuestas del sector privado acerca del tema de empleo y ratifica la convicción del Consejo Gremial de que sólo mediante el diálogo y el debate de las ideas es posible contar con una propuesta concertada de desarrollo y empleo para el país. La presentación ha sido dividida en cuatro secciones. En la primera se caracteriza el problema laboral en Colombia. En la segunda se examinan las principales causas del desempleo. En la tercera se muestra la estrecha entre el crecimiento económico y el empleo. Por último, el Consejo Gremial presenta una propuesta de agenda hacia el futuro.



El Empleo en Colombia: el desempleo nos afecta a todos



Después de haber logrado tasas inferiores al 8% hasta mediados de la década de los noventa, el desempleo se elevó a 18.1%, cinco años después.





En este breve lapso, el número de personas sin ocupación, en las siete principales ciudades colombianas, se duplicó. Las cifras nacionales tienen un comportamiento similar y es así como al finalizar 1999, el país contaba con 2.5 millones de desocupados en las áreas urbanas y cerca de 500,000 en las áreas rurales.



Si bien el problema de desempleo es generalizado, los grupos más vulnerables de la población lo constituyen las mujeres, las personas con bajos niveles de educación y los jóvenes. La calidad de empleo también se deterioró: las estadísticas muestran una menor participación de los asalariados privados, en tanto que aumentan los trabajadores informales. Igualmente inquieta la prolongación del tiempo que, en promedio, permanecen desempleadas las personas.



No obstante este complejo panorama laboral, Colombia ha logrado importantes avances en su política social. En efecto, el indicador de necesidades básicas insatisfechas prácticamente se redujo a la mitad entre 1985 y 1998; las expectativas de vida al nacer, la tasa de alfabetismo, los años promedio de educación mejoraron significativamente entre 1973 y 1997. De igual forma son muchos más los colombianos con acceso a la vivienda, acueducto, alcantarillado, y, en general a los servicios públicos. Los logros anteriores son resultado de un mayor gasto social.



Causas del desempleo: no es sólo lo económico



El crecimiento económico en Colombia se ha venido rezagando en los últimos años al compararse con sus promedios históricos y también en el contexto mundial y latinoamericano. Pero, no sólo el crecimiento insuficiente ha obstaculizado la generación de nuevos puestos de trabajo. El fin de la confrontación armada y de la violencia se constituye, hoy, en el principal reto para lograr mayores crecimientos y, por supuesto, generar más empleos.



El empleo también se ha visto afectado por el ingreso de nuevos grupos al mercado laboral, la insuficiente modernización en este mercado y, en una perspectiva más amplia, la imposibilidad de ajustar rápidamente la capacitación del recurso humano a las necesidades de un aparato productivo moderno.



El problema del desempleo es enorme. Exige una estrategia de largo plazo que debe abordarse en forma inmediata. Para reducir el desempleo al 8% por ciento en el 2005, es necesario que Colombia crezca a tasas del 5.6 por ciento anual, en promedio.



El Crecimiento económico y el Empleo



La generación de empleos productivos y permanentes depende, en primer lugar, de un crecimiento alto y sostenido. Colombia en los últimos años creció a tasas inferiores a su promedio y por debajo de las registradas por otros países. A finales de 1998, el PIB per cápita de Colombia fue 15 veces inferior al de Estados Unidos, 7 veces menor que el de España, 3.5 veces el de Corea y la mitad del de Venezuela, entre otros. Recordemos que en 1950 el PIB per cápita de Colombia era igual que el de Corea.



Para crecer se necesita contar con unas condiciones mínimas: estabilidad macroeconómica, reglas de juego claras y estables y un entorno social y político favorable. Se requiere una inversión dinámica y creciente para lograr mayores tasas de crecimiento. Colombia no puede aislarse del resto del mundo. De ahí la necesidad de lograr una inserción competitiva en la economía mundial. La globalización implica mayores oportunidades comerciales, de inversión y tecnológicas. Asimismo, contribuye a un mayor desarrollo del capital humano, exige avances en modernización y competitividad del aparato productivo y conlleva obligaciones con la comunidad internacional.



La Agenda hacia el Futuro



El punto de partida para una política de mayor empleo productivo, debe ser el logro de tasas de crecimiento económico altas y sostenidas. La estrategia debe cubrir diferentes aspectos.



En primer lugar se requiere un ambiente macroeconómico estable, caracterizado por tasas de interés adecuadas, baja inflación, tasa de cambio de equilibrio, disponibilidad de recursos de crédito y finanzas públicas sanas. En un mundo globalizado es necesaria una política comercial activa, orientada a fomentar las exportaciones, ampliar los mercados y desarrollar acuerdos de integración. En este sentido, el país debe prepararse institucionalmente y estimular al aparato productivo para las negociaciones con otros países. Además se debe fortalecer la Política de lucha contra el contrabando y demás prácticas de competencia desleal.



Las empresas deben contar con un entorno favorable, que comprende, entre otros, una infraestructura adecuada, un mercado de capitales desarrollado y un capital humano capacitado para las necesidades del aparato productivo moderno. Fortalecer el capital social y propender por un desarrollo tecnológico que busque la defensa del medio ambiente también forman parte de este entorno favorable. Además, combatir la corrupción y la impunidad deben ser objetivos primordiales en la búsqueda del entorno de paz y seguridad requerido para desarrollar la actividad económica.



También se debe trabajar en otros campos:

Contribuir a la apertura de los espacios que se requieran para la inserción productiva y social de todos los colombianos.

Apoyar y promover iniciativas empresariales competitivas en zonas especiales de producción.

Fortalecer los sistemas de información sobre oportunidades y necesidades laborales.

Propender por una permanente calificación del recurso humano para hacer frente a los retos de la competitividad.



Pero, tal vez lo más importante para salir adelante es: conformar una visión compartida de país que valide la empresa como unidad básica de generación de riqueza; donde empresarios, trabajadores, gobierno y otros actores sociales se vean beneficiados por el diálogo y el trabajo en equipo, enmarcados en un ambiente de justicia, reglas claras y seguridad, para un desarrollo sostenible.



En el diseño de una política de desarrollo y empleo para Colombia encontramos puntos de coincidencia entre empresarios y trabajadores. Estamos seguros que empleadores, trabajadores y gobierno lograremos una estrategia de empleo concertada. Para el Consejo Gremial Nacional es claro que los escenarios de discusión y acuerdos de la política laboral deben ser las instancias institucionales como la comisión de concentración Laboral.



El sector privado reitera su compromiso con la paz de Colombia y reafirma su indeclinable voluntad de contribuir a la generación de las condiciones conducentes a un mayor bienestar colectivo y a un desarrollo con justicia social.