DENUNCIA
Derrumbe en Rosas: ¿Tragedia o negligencia?
En el alud de tierra que mató a 33 personas en este municipio de Cauca, todo apunta a que se trató de una emergencia invernal que se pudo evitar. SEMANA investigó y esto fue lo que encontró.
La tragedia ocurrida en la madrugada del pasado domingo 21 de abril en la vereda Portachuelo de Rosas (Cauca), estaba tan anunciada, que ese mismo día y desde el sitio del siniestro el propio presidente Iván Duque se aventuró a argumentar lo siguiente: “Esta es una comunidad que ha sido afectada por la falla de Romeral, una falla geológica que pasa constantemente facturas ante fenómenos climatológicos”.
Pero en esa misma rueda de prensa soltó otra perla que si bien fue interpretada como un simple vainazo contra el Gobierno anterior, en el fondo escondía una grave denuncia, “como parte de las acciones para atender a los damnificados por deslizamiento en Rosas, Cauca, corregiremos las fallas inaceptables, que nuestro Gobierno denunció, al proyecto del Fondo de Adaptación del año 2015, para la construcción de 92 viviendas en esta población”.
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Aunque el mandatario no lo dijo tajantemente, era evidente que sus palabras deslizaban la idea en el sentido de que el siniestro se pudo evitar, no solo porque el problema ya estaba diagnosticado, sino porque el proyecto de vivienda al que se refirió, eran justamente las casas donde serían reubicadas varias de las familias que murieron en el deslave. ¿Cómo se pudo llegar a semejante negligencia?
SEMANA encontró que lo sucedido en Rosas sería una suma de errores, omisiones, falta de planeación y desidia administrativa. Para empezar, se supo que desde marzo de 2018 existe un estudio de riesgo elaborado por el Comité Departamental para la Gestión del Riesgo, en el que se advierte la amenaza de un deslizamiento en el mismo sitio de la tragedia. Si bien las autoridades locales intentaron reubicar a esas familias en un albergue temporal, las familias no aceptaron.
Lo irónico es que el problema se quedó ahí y un simple barrido al Plan de Acción Municipal demuestra que la alcaldía no destinó recursos ni programas de mitigación para atender la amenaza o prevenirla. Ni siquiera mencionan el riesgo de Portachuelo dentro los objetivos a cumplir, ya sea en Planeación, Infraestructura, Vivienda o Gestión del Riesgo. “Negligencia no hubo en ningún momento, como Municipio actuamos a nuestro alcance en la parte legal y económica”, explicó el alcalde Jesús Díaz.
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Sumado a ello, aparece en escena el famoso proyecto habitacional Los Rosales y que nunca se terminó. Ese caso es insólito porque era una obra para atender a las familias afectadas por la ola invernal de 2010, pero se contrató en 2015 y por 4.279 millones de pesos y entregaron un anticipo por 1.030 millones. Lo insólito es que a la fecha el proyecto está inconcluso y el avance de obra es de apenas el 9,7 por ciento y por esa razón el propio Fondo de Adaptación demandó al contratista por incumplimiento.
Esa obra fue adjudicada a una firma caleña llamada Codiseño SAS, representada legalmente por Jairo Vergara Torres. Esta revista intentó hablar con él, pero en los teléfonos que aparecen en el registro no responden. Álvaro Rodríguez, exdirector de obra de Los Rosales, aseguró que “me retiré porque no había plata”, pero no quiso dar más explicaciones.
Para empeorar, ese proyecto habitacional solo obtuvo la licencia de urbanismo y construcción en julio de 2017; es decir casi dos años después de ser adjudicado el contrato. Luis Carlos Pineda, contralor delegado para la Participación Ciudadana, reveló que ese contrato ha tenido dos suspensiones, tres prórrogas, una modificación y una adición.
Un dato hasta ahora desconocido y que logró confirmar esta revista, es que varios de los muertos eran damnificados de otras emergencias invernales ocurridas en ese municipio, sus nombres aparecían en el listado de familias detectadas en alto riesgo y además eran beneficiarios de la urbanización Los Rosales.
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Diego Álvarez Piamba es uno de ellos. Él residía en la vereda Las Hierbas, de Rosas, fue afectado por la ola invernal en 2010 y luego de vivir en albergues o alojado en casas de familiares y amigos, compró con sus ahorros un rancho ubicado en la vereda Portachuelo. Hace cinco meses Diego alojó a su primo Edward Álvarez Piamba y su esposa, también damnificados por la emergencia invernal de 2010 y además beneficiarios del proyecto de vivienda Los Rosales. En la tragedia del domingo pasado Diego se salvó, pero a su primo y la esposa los sepultó la montaña que se desgarró.
Ese dato es fundamental porque confirmaría que la tragedia se pudo evitar, ya que hasta el momento ningún ente oficial había confirmado que entre las víctimas fatales había beneficiarios del programa de vivienda que denunció el presidente Duque.