BOGOTÁ
Transmilenio ha dejado de percibir más de un billón de pesos en pasajes durante la pandemia
El contralor de Bogotá, Andrés Castro Franco, llamó la atención sobre el riesgo financiero en el Sistema de Transporte Público de la ciudad
Ante las restricciones adoptadas por la Administración Distrital durante más de un año de la pandemia del coronavirus, el transporte público de pasajeros ha registrado millonarias pérdidas económicas que ponen en riesgo el sistema.
La advertencia fue hecha por el contralor de Bogotá, Andrés Castro Franco, quien se refirió a la situación que enfrenta el sector durante una mesa de trabajo con expertos en movilidad y en la que también se analizaron las opciones que le permitan generar recursos adicionales para apoyar su operación.
Durante la conversación, que hace parte de la serie ‘Diálogos técnicos para un control fiscal’, el jefe del ente fiscalizador hizo énfasis en la crítica situación financiera del sistema, como consecuencia de la disminución de pasajeros, descenso que comenzó en el 2017, la cual se agudizó, recientemente, por la pandemia y las restricciones a la movilidad.
A eso se suma el retraso en la infraestructura y las dificultades para mejorar la frecuencia, tiempos de desplazamiento y cobertura de las rutas, aspectos que terminaron afectando la calidad del servicio y, por ende, la demanda.
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En ese sentido, el jefe de ese organismo de control recalcó que “es de suma importancia alcanzar la sostenibilidad financiera del sistema mediante una revisión del actual modelo tarifario, a fin de generar un equilibrio entre el costo operativo (tarifa técnica) y la tarifa al usuario, diferencial que hoy asume el Distrito a través del Fondo de Estabilización Tarifaria”
Cifras del sistema
⦁ El déficit actual del sistema de transporte público en la capital supera los $2,1 billones de pesos (solo para el año 2020).
⦁ Durante la pandemia, el sistema Transmilenio dejó de percibir más de un billón de pesos en pasajes. En un 50% se redujo el número de pasajeros en Transmilenio durante la pandemia al pasar de 2.348.084 personas a 1.098.914 en 2020.
⦁ Solo 2 de los 18 operadores privados del sistema Transmilenio presentaron reducción de sus costos operacionales durante 2020.
⦁ Se estima que la pandemia puede originar una mayor dependencia del vehículo privado: hoy, por cada 3 habitantes hay un vehículo automotor. La tenencia de auto privado se duplicó en la última década.
⦁ A diario se realizan 1,2 millones de viajes en bicicleta.
⦁ En el año 2000, el Distrito contempló la construcción de 388 km carril de troncales y solo se han construido 125 km de troncales, es decir, el 32%.
Propuestas
Entre tanto, los expertos de las universidades y centros de pensamiento coincidieron en la necesidad de un mejor control fiscal de cara a las nuevas dinámicas de la movilidad en la ciudad. En este sentido, sugirieron:
⦁ Evaluar el impacto fiscal de no incrementar la tarifa en el Fondo de Estabilización Tarifaria.
Analizar las diferentes opciones legales que permitan generar recursos adicionales para apoyar la operación del sistema de transporte, como la cofinanciación del Gobierno Nacional, el parqueo en vía, los cobros por congestión o por contaminación, los cobros de plusvalía y la pauta publicitaria, entre otros.
⦁ Revisar el modelo tarifario y el esquema de subsidios a la población beneficiada.
Revisar las competencias del sistema de transporte teniendo en cuenta la ciudad-región en aspectos tarifarios e integración modal.
⦁ Fortalecer la movilidad no motorizada para que los usuarios que hoy se desplazan en bicicleta tengan mejores condiciones de seguridad vial; en la última década se incrementó en más de un 70% el parque de motocicletas en la ciudad, sin mencionar las ya matriculadas en municipios vecinos que hoy se desplazan en la capital.
⦁ Evaluar la sostenibilidad del sistema en el mediano y largo plazo teniendo en cuenta la migración de usuarios al vehículo privado, la motocicleta y la bicicleta.
Así mismo, durante la mesa de trabajo se planteó la necesidad de tener en cuenta otras opciones de financiación como la redistribución del presupuesto del Distrito, aumento de la inversión en el Fondo de Estabilización Tarifaria o el uso de la deuda pública.
Para Castro Franco “un usuario de transporte público que hoy se pierde, en la práctica, es un ingreso que se deja de percibir vía tarifa y termina profundizando el desequilibrio financiero del sistema”.
El Contralor de Bogotá indicó, además, que “se debe evaluar, de igual forma, adoptar las medidas necesarias para mejorar la calidad del servicio del transporte público de la ciudad en beneficio de los capitalitanos”.
Estas conversaciones técnicas que adelanta el jefe del ente de control buscan fortalecer el control social en el marco de una nueva agenda urbana.