Nación
Tras 20 años, alias El Tío, punta de lanza armado de los paramilitares en Soacha pagará por sus crímenes
Luis Alejandro Alfonso Salamanca, alias El Tío, un señalado exintegrante del Bloque Centauros de las extintas Autodefensas Unidas fue enviado a la cárcel como responsable de una ola de homicidios ocurrida en Soacha (Cundinamarca), entre abril y noviembre de 2002.
Hace más de 20 años, pese a ser una ciudad grande y cercana a Bogotá la guerra arreciaba en Soacha. Su estela de sangre no solo dejaba jóvenes asesinados para presentarlos como bajas en combate, delito conocido como famosos positivos, sino que además los paramilitares llegaron a tomarse la pequeña ciudad a sangre y fuego, silenciando a bala a quien pensaba diferente.
De esa época se conoce la violencia con la los emisarios de las autodefensas operaban en Soacha, como es el caso de Luis Alejandro Alfonso Salamanca, alias El Tío, un señalado exintegrante del Bloque Centauros de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), a quien por fin, luego de dos décadas, la fiscalía le impuso medida de aseguramiento de detención preventiva en establecimiento carcelario como presunto responsable de una ola de homicidios ocurrida en Soacha (Cundinamarca), entre abril y noviembre de 2002.
Aunque hoy luce como un adulto mayor, el prontuario de Alias El Tío es aterrador, habría sido designado en su momento como cabecilla armado y financiero de una estructura paramilitar denominada Bloque Capital.
Luis Alejandro Alfonso Salamanca, alias El Tío, era la cabeza de los paras en Soacha, y en cumplimiento de ese rol criminal, presuntamente, ordenó el asesinato de 34 personas en el sector de altos de Cazuca y, por lo menos, 10 barrios ubicados entre Soacha y la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá. En su mayoría las personas masacradas eran en su mayoría jóvenes.
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Lo que protagonizó El Tío en Soacha fue una auténtica operación de lo que se denominaba “limpieza social”, que no era más que aniquilar al contrario o al que pensaba diferente.
Señala la Fiscalía que “el material de prueba indica que el hoy procesado, al parecer, le pagó a cada sicario 400 mil pesos por homicidio selectivo perpetrado. En el curso del proceso se acreditó que las víctimas correspondían a personas señaladas de estar vinculadas a actividades delictivas, habitantes y líderes comunales que tenían ideas contrarias a los grupos paramilitares, y una menor de edad que identificó a algunos de los agresores y los denunció”.
Este criminal, de alto perfil, quien estuvo evadiendo el peso de la justicia por dos décadas no solo
sembró el terror en el municipio de Soacha, además, las pruebas lo hacen responsable de otro aterrador crimen, esta vez en los llanos orientales.
“Alias El Tío estaría involucrado en un crimen ocurrido el 20 de julio de 2003, en Villavicencio (Meta). Un hombre fue interceptado por una estructura del Bloque Centauros, trasladado a un inmueble, torturado, desmembrado, envuelto en bolsas plásticas y arrojado al río Negritos, en la vereda Las Mercedes”, señala el grueso material probatorio de la Fiscalía.
Este criminal durante años burló a la justicia, nunca se sometió en el proceso de desmovilización, se mantuvo impune y en silencio, pero una serie de declaraciones en justicia y paz empezaron dar a conocer el nombre de Luis Alejandro Alfonso Salamanca como un peligrosos criminal encargado de cometer asesinatos y todo tipo delitos para las autodefensas.
Por eso durante varios años mantuvo el perfil de comerciante del sector turismo y pasó desapercibido para las autoridades; sin embargo, versiones entregadas por varios postulados a la Ley de Justicia y Paz, y nuevas evidencias obtenidas por la Fiscalía pusieron al descubierto lo que sería su pasado delictivo.
Desde el ente acusador señalan que por estos hechos una fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos vinculó formalmente a alias El Tío por los delitos de homicidio agravado y concierto para delinquir agravado.
Como parte de esta investigación, que avanza en atención a los parámetros de la Ley 600 de 2000 (anterior Sistema Penal), funcionarios el CTI, con apoyo del Ejército Nacional, capturaron al procesado en el barrio Unir, en la localidad de Engativá, en el occidente de Bogotá.