Nación
Así se habría cocinado la corrupción en Indeportes Antioquia
La entidad que administra los deportes en el departamento pasó de un modelo de contratación directo a uno tercerizado, lo que ha menoscabado las arcas públicas. La Fiscalía capturó a 13 funcionarios, a quienes acusa de malversación de fondos. SEMANA conoció los testimonios de empleados amenazados y desoídos. Esta es la historia de un desfalco millonario en Antioquia.
Indeportes Antioquia es una entidad descentralizada de la gobernación que, como dice en su página web, tiene como misión “el servir a las organizaciones deportivas del departamento a través de los recursos tecnológicos, físicos, humanos y financieros en su propósito de organizar, financiar, investigar, capacitar y fomentar la educación física, la recreación el deporte y el aprovechamiento del tiempo libre”. Sin embargo, esas premisas cambiaron en estos últimos años, como lo demuestra la reciente captura de 13 funcionarios y exfuncionarios por una presunta malversación de recursos que podría sobrepasar los 5.124 millones de pesos.
Este martes en medio de la imputación de cargos, el ente acusador aseguró que hubo extraños movimientos en la cuenta bancaria en la que se depositaban los recursos del convenio 157 de 2017, contrato que firmó Indeportes con la Asociación de Organizaciones Deportivas en Antioquia (Fedelián) por 10.567 millones de pesos para que se mejorara la preparación de los deportistas del departamento. Al parecer, la Fiscalía encontró consignaciones a terceros, pagos a entrenadores falsos, entre ellos uno que vive y trabaja en Panamá, cuyo testimonio SEMANA conoció hace un mes.
El convenio 157 no es nuevo, y desde 2018 se ha advertido sobre su carácter anómalo. Lo primero que hay aclarar es que Indeportes cuenta con tres subgerencias: Administrativa y Financiera, Deporte Asociado y Altos Logros, y Fomento y Desarrollo Deportivo, estas dos últimas tienen toda la carga prestacional, y hasta hace cuatro años dependían, para contratar, enteramente de la Gerencia General, pero todo cambió con la administración del gobernador Luis Pérez Gutiérrez, donde se le asignó la capacidad de contrato y vigilancia a los subgerentes. Un empleado que ocupó un cargo alto en Indeportes y que prefirió el anonimato, le dijo a SEMANA: “Nada en Indeportes se movía sin el visto bueno de la gobernación, todos los contratos se enviaban a los consejos de gobierno”.
Las autoridades se alertaron tras el convenio 157, pues a finales de 2018 la entonces subgerente de Altos Logros, Lina María Posada —que antes había sido subgerente administrativa y financiera—, encontró que había 2.378 millones de pesos no ejecutados, un descubrimiento que muchos empleados se esperaban, pues por los pasillos de la entidad se había regado como el fuego que el desfalco era de miles de millones, pese a que otros supervisores no habían encontrado irregularidades por más de 500 millones de pesos.
En su momento, Posada fue felicitada por el mismísimo gobernador, sin embargo, a los pocos días le pidieron la renuncia al cargo, “me dijeron que Luis Pérez me tenía otro contrato, sin embargo, los días pasaron y pasaron y yo estaba desempleada, por fin me dijeron que tenían algo pero todo parecía un castigo: era un cargo de menor rango y de menos retribución salarial, yo no acepté”.
Lina María Posada le dijo a esta revista que uno de los entrenadores de Indeportes le recomendó que se cuidara porque había tocado los intereses de poderosos, y por este consejo cambió las rutas que usaba para llegar a su casa. Un día, cuando volvió, se encontró con que la habían saqueado, un hombre con argucias llamó a la empleada de la casa, desde entonces Posada vive en el extranjero. Pero este no es el único caso, SEMANA conoció los testimonios de otras cuatro personas vinculadas al sindicato de Indeportes, Adea, que han sufrido amenazas en la calle y acoso laboral. Estas cuatro personas, representantes de Adea ante Indeportes, enviaron seis cartas al gobernador Pérez advirtiéndole lo que estaba sucediendo con el deporte de Antioquia, sin embargo, nunca obtuvieron una respuesta.
Para muchos empleados la corrupción en Indeportes empezó con los cambios en la forma de contratación, que pasó de ser directa en un modelo en el que la entidad contrataba a los municipios o a los técnicos, a un modelo tercerizado en el que apareció Fedelián —ligado a la junta directiva—, quien a su vez contrató a Cuatro por Cuatro, una compañía que hasta hace muy poco tenía como razón social representar modelos. De esta manera, el dinero empezó a quedarse en el camino.
La mayoría de estos convenios fueron firmados por Luis Felipe Jiménez, quien ahora está bajo medida de aseguramiento y renunció a su cargo antes de que Posada descubriera el millonario desfalco, a finales de 2018, pues llegaron anónimos a la gobernación y a la asamblea señalando sus presuntos actos de corrupción. Se supo que Luis Pérez lamentó mucho la renuncia, incluso meses después el mismo gobernador felicitó a Jiménez por la publicación del libro Su Asesor Electoral, un tratado político para enseñarles a los debutantes cómo lograr sus aspiraciones electorales. En varios testimonios, SEMANA encontró que este exfuncionario se nombraba a sí mismo como el primo del excontralor de Antioquia, Segio Zuluaga —hoy en medio de un juicio por presunta corrupción—, y que los dos se reunían largas horas a puerta cerrada para examinar contratos.
Esta revista trató de hablar con la actual gerente de Indeportes, Lisana Sofía Sánchez, y desde hace un mes entabló comunicación con la oficina de prensa, sin embargo, tras reiteradas peticiones, fue imposible concretar una cita. SEMANA supo que luego de pedir la entrevista, la gerencia convocó a una reunión en la que se les dijo a los empleados que debían “pasar” la hoja de corrupción, mensaje que cayó muy mal.
Y es que la posible corrupción es alarmante, pues después de 2015 la contratación tercerizada de Indeportes incrementó de manera acelerada. Según testimonios de Adea, esta tercerización ha causado que el costo de los eventos se aumente hasta en más del 300 por ciento, “causando un gran deterioro en la inversión que se podría lograr con esos costos adicionales”.
Para entender la magnitud, hay que entender que cada año Indeportes Antioquia realiza 21 zonales conocidos como los Juegos Deportivos Escolares, Juegos Deportivos Intercolegiados y Regionales, con final nacional en los juegos Deportivos Intercolegiados; también realiza zonales de Juegos Campesinos, 7 zonales por cada categoría, 7 Escolares, 7 Intercolegiados con zonal Nacional y final Nacional y 7 juegos regionales con final departamental, todos por subregiones —Valle de Aburrá, Nordeste y Magdalena Medio, Norte y Bajo Cauca, Urabá, Suroeste, Oriente y Occidente—. Para dichos torneos, Indeportes paga todos los gastos en los que incurren los equipos: transporte, hospedaje y alimentación.
En el caso del zonal de Urabá —solo por poner un ejemplo que se repite en cada subregión—, regido bajo el convenio 164, costó en el último año de la administración de Sergio Fajardo, 85 millones de pesos, valor que creció vertiginosamente en los años subsiguientes: 118 millones de pesos para 2016, 169 millones de pesos para 2017, 206 millones de pesos para 2018, los dos primeros años contratados con Fedelián y el segundo con Metroparques, entidad descentralizada de la Alcaldía de Medellín.
Así tenemos que en 2015, los 8 eventos escolares en todo el departamento costaron 549.663 millones de pesos, mientras que en 2016, los mismos eventos costaron 1.190 millones de pesos, en 2017 fueron 1.344 millones de pesos y en 2018 a 1.516 millones de pesos, un incremento final del 300 por ciento, como han advertido en Adea.
Además de los convenios para los juegos, también se subcontrató la administración de la Villa Deportiva, lugar donde los atletas del departamento encuentran techo y alimentación. Según explicó un funcionario de Indeportes, hasta hace cuatro años los administradores eran empleados de planta de la institución, pero este trabajo se le entregó a Fedelián y, estos a su vez, a Cuatro por Cuatro. Antes, se pagaba dinero por ración de comida a la empresa que vendía las minutas, así, si estaban concentradas 100 personas, se pagaban 300 raciones por día, cifra que variaba por las diversas concentraciones, entrenamientos y campeonatos, los administradores llevaban la cuenta exacta, por lo que no pagaban dinero de más. Esto cambio con la tercerización, pues se pagaban cifras globales sin contar que se prestara el servicio o no.
“La ración de comida vale más o menos 20.000 pesos, lo que en cien beneficiarios son 6.000.000 de pesos, pero muchas veces solo se entregan setenta raciones o menos, eso quiere decir que esta gente se ganaba la diferencia, que podía ascender a 2.500.000 pesos por día”, le dijo a SEMANA uno de los miembros de Indeportes que ha seguido los casos de corrupción.
La olla podrida de Indeportes apenas se está destapando, y entre las cartas que tiene la Fiscalía a su favor se encuentran el diseño de Ciclorrutas que se están haciendo en el departamento y hasta el convenio de construcción del famoso Central Park, que había empezado sin la compra de las pólizas necesarias, razón por la que habría renunciado el gerente Javier Mauricio García, mano derecha de Luis Pérez. El caso está abierto.