JUSTICIA

Juez de Medellín deja en libertad a Santiago Uribe

El juicio en su contra por supuestos nexos con grupos armados ilegales continuará. La decisión se produce porque cumplió dos años privado de la libertad sin que se haya producido sentencia.

15 de marzo de 2018
| Foto: Pablo Andrés Monsalve / SEMANA

El juez que adelanta el juicio contra Santiago Uribe consideró que el empresario cumplió el tiempo máximo de detención preventiva -dos años- sin ser condenado. Por esta razón revocó la medida de aseguramiento que existía en su contra y ordenó su libertad inmediata. 

La decisión fue firmada por el juez Jaime Herrera Niño, quien dispuso la prohibición para que Uribe salga del país y le impuso una caución equivalente a 30 salarios mínimos mensuales legales. Deberá firmar un acta en donde se comprometa a tener buena conducta y presentarse periódicamente al juzgado. También tendrá restricción para comunicarse con ciertas personas.

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La próxima audiencia del proceso está programada para el próximo 9 de abril, en el complejo judicial de La Alpujarra, en Medellín. Santiago Uribe asistirá a esa diligencia como lo ha hecho en todas las que se han llevado a cabo hasta ahora, aunque no es obligatoria su presencia.

La Fiscalía acusa al hermano mayor del expresidente Álvaro Uribe de ser el supuesto comandante de Los Doce Apóstoles, el grupo paramilitar que existió en Yarumal, Antioquia, entre 1993 y 1998. Su huella de sangre y terror ha sido amplia y minuciosamente documentada en al menos 533 asesinatos que la Fiscalía le adjudica a esa organización.

En el expediente de la Fiscalía se señala que el grupo criminal inicialmente perpetró un plan de “limpieza social” en la cabecera municipal contra vagos, borrachos y ladrones, y más adelante desplegó su accionar en la zona rural cumpliendo un plan antisubversivo. También que Los Doce Apóstoles operaron en complicidad con la Policía. 

Este grupo paramilitar fue la trágica pesadilla de Yarumal hace 20 años. El hermano del expresidente fue capturado en febrero del 2016 por el orden del fiscal Carlos Ibán Mejía, quien decidió llevarlo a juicio por dos cargos: concierto para delinquir (por la conformación de grupo paramilitar) y el homicidio de Carlos Barrientos Durán, ocurrido hace más de 24 años.

La tesis de la Fiscalía gira en torno a la hacienda La Carolina. La propiedad está ubicada en zona rural de Yarumal y se trata de una extensa propiedad que adquirió en 1981 Alberto Uribe Sierra, padre de Santiago y Álvaro Uribe. Tras su asesinato, la hacienda pasó a manos de Santiago. La Fiscalía asegura que en La Carolina los jefes de los Doce Apóstoles se reunían para planear operativos, definir blancos y resolver asuntos de financiación, mientras que en las inmensas explanadas de la propiedad –de 3.250 cuadras de extensión en 1983–, los gatilleros del escuadrón practicaban en el polígono.

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Dentro de los numerosos testimonios que tiene la Fiscalía en el expediente, hay dos particularmente significativos. El primero es el del mayor retirado Juan Carlos Meneses, excomandante de la Policía en Yarumal, quien asegura que cuando fue nombrado le recibió la zona al capitán Pedro Manuel Benavides, quien le explicó que allá trabajaban con los Doce Apóstoles y lo presentó ante Santiago Uribe al que debía obedecer y proteger.

A la declaración de Meneses se sumó, desde España, la de Eunicio Pineda Luján, el segundo testigo clave. Pineda asegura que era un peón en la finca El Buen Suceso que colindaba con La Carolina y que pertenecía a Álvaro Vásquez, otro de los jefes de los Doce Apóstoles. El campesino dice que se fugó cuando escuchó que la próxima víctima sería él mismo porque había visto demasiado. Agrega que, tras huir por varios meses, regresó a Yarumal y que cayó en manos de alias Pelusa y Rodrigo, quienes le sacaron los dientes con un alicate y le ordenaron que corriera para dispararle por la espalda, momento en el que milagrosamente logró eludir la muerte. Escapó y permaneció ocultó para luego marcharse a Medellín y más tarde salir del país.

Jaime Granados, defensor de Santiago Uribe, asegura que el de Pineda es un testimonio alucinante, “el relato traído de una historia en donde como superhéroe logra escapar de todos los peligros”. Además, descalifica al testigo con una abultada carpeta con su historial psiquiátrico que daría cuenta de que no está en sus cabales. Pero la Fiscalía asegura que Medicina Legal conceptuó que el testigo no tiene perturbaciones graves, apenas “síntomas de trastorno de estrés postraumático” por cuenta de lo que vivió y está denunciado.

Respecto a las afirmaciones de Meneses, la defensa de Santiago afirma que la grabación es manipulada, que hay cuando menos 22 mentiras en el relato y que se trata de un testigo fletado por los enemigos del expresidente Uribe. Granados asegura que una de las falacias de Meneses es decir que en enero de 1994 tuvo una reunión con Benavides y Santiago Uribe. “Tenemos ampliamente documentado que la semana en que Meneses dice que ocurrió esa reunión en La Carolina Santiago estaba en la Feria de Manizales con cientos de personas, y allí permaneció como lo demuestran los periódicos”.