NACIÓN
Termales del Otoño se aferra al fútbol para sobrevivir
El hotel campestre ubicado en el Eje Cafetero baraja una serie de opciones para hacerle frente a esta crisis económica derivada de la pandemia. El regreso del balompié colombiano sería un salvavidas.
Al hotel Termales del Otoño en Manizales, muy cerca del nevado del Ruiz, la pandemia lo golpeó en el momento en que el viento soplaba a su favor. El crecimiento de hasta el 43 % en enero y febrero fue frenado de tajo a mediados de marzo, cuando la covid-19 asomó en este lado del mundo. Hoy se aferran a dos opciones disparejas para poder sobrevivir: los bancos y el fútbol.
La primera ya está en marcha, pero es un proceso bastante largo. La idea es hacerse a un préstamo con plazo a diez años y un periodo de 24 meses muerto; es decir, sin intereses, ni pagos al capital desde el momento en que se reactive la industria.
Termales del Otoño es uno de los preferidos por los turistas en el departamento de Caldas. Foto: Luz Piedad Herrera.
La segunda opción representaría un ingreso más rápido, pero menos rentable. Con el anuncio de la posible reanudación del fútbol profesional colombiano —y la idea de realizarse en una sola ciudad o departamento— el Eje Cafetero (Caldas, Risaralda y Quindío) presentó su candidatura para albergar la nómina de los 20 equipos, organizadores, prensa y árbitros. Las tres ciudades cuentan con sendos estadios para garantizar un buen toque de la pelota.
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“El fútbol sería la salvación en estos momentos para el Eje Cafetero, porque son 20 equipos que estarían aquí por más de dos meses. Eso movería una cantidad de hoteles, restaurantes, transporte, logística y otras cosas”, dice Carlos Arturo Gallego, gerente y propietario de Termales del Otoño.
Él recorre las cabañas donde el agua caliente contrasta con el viento helado que baja del páramo, y explica que esas instalaciones —con una soledad abrumadora— están listas para un evento de esa magnitud. “Aquí estuvo el mismísimo Radamel Falcao García”, señala una de las habitaciones del hotel incrustado en la montaña. Termales del Otoño fue la casa de la Selección Colombia sub-20 hace 15 años, cuando conquistaron el Sudamericano de esa categoría realizado en el Eje Cafetero.
Esas mismas instalaciones también albergaron a Abel Aguilar, Hugo Rodallega, Cristian Zapata, Fredy Guarín, y a un desconocido jovencito argentino: Lionel Andrés Messi. “Fueron años maravillosos, pero ninguno como el inicio de este”, cuenta.
El hotel Termales del Otoño tiene una infraestructura campestre. Cada cabaña se asemeja a una pequeña casa con minipiscina de donde brota agua tibia. Hay una gran cancha de fútbol con medidas exactas al estadio Palogrande de Manizales, salones para conferencias de hasta 500 personas y una vista envidiable de la pasividad del nevado ante la marea verde que lo bordea.
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El hotel llevaba 35 años operando sin interrupciones. Foto: Luz Piedad Herrera.
“Nosotros veníamos con cifras bastante altas de crecimiento en ventas y ocupación, y lo que fue enero, febrero y marzo (hasta el 16) íbamos con hospedajes full, más de 200 personas cada fin de semana. De hecho, estábamos construyendo 120 habitaciones más y pensábamos en la otra empresa, Ecotermales, hacer 100 habitaciones más. Pero hoy las pérdidas rondan los 1.500 millones de pesos”, afirma Carlos Arturo.
Las obras, muy avanzadas, están suspendidas. Esa es, de lejos, la menor preocupación. Ahora la puja es para mantener a los 60 empleados de planta e igual número de contratistas en las construcciones. La plata se agota y la situación llegó al punto de desprenderse de algunos activos para no incumplir con la obligación mensual.
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La suspensión de actividades en el hotel fue dolorosa, subraya Carlos Arturo. “En el sentido de que sí, se pierde mucha plata, pero me dolió más el tema de la gente que nos colabora. Todavía me duele. Con algunos que estaban de licencia hicimos planes sociales y les llevábamos el almuerzo todo los días a la casa”.
El hotel tiene estas cabañas con minipiscina de donde brota agua tibia. Foto: Luz Piedad Herrera.
La mayoría del personal ha estado en ese lugar desde que el hotel abrió sus puertas hace 35 años. Acompañaron a Carlos Arturo en el proceso de crecimiento, remodelación, alegrías, tristezas, y, ahora, en tiempos de pandemia, se siguen respaldando, pero esta vez a la distancia.
El caso del Otoño es una radiografía de la angustia del sector turístico en Caldas. Luis Carlos Velásquez Cardona, gobernador de ese departamento, calcula pérdidas de hasta tres mil millones de pesos solo en alojamiento desde que inició la cuarentena nacional. “Esto es un coletazo muy fuerte para nuestra economía”.
Así luce la infraestructura interna del hotel Termales del Otoño. Foto: Luz Piedad Herrera.
Para evitar un descalabro más grande en sus finanzas, Termales del Otoño le prende veladoras al regreso del fútbol y que la propuesta de unificar las sedes en el Eje Cafetero tenga buena acogida en el Gobierno. Si eso no ocurre, será imposible mantener todos los empleos.
“Yo veo la cosa muy incierta, porque no se sabe cuándo vamos a empezar a recuperarnos y así es muy difícil. Son empresas que han crecido durante 36 años y ver que de la noche a la mañana estén en riesgo es muy doloroso”, puntualiza Carlos Arturo, quien tiene otras ideas menores para paliar el salario de algunos empleados.
Esta es una de las vistas que ofrece el hotel Termales del Otoño. Foto: Luz Piedad Herrera.
Por las características campestres y de aislamiento social del hotel, una familia podría hacer uso de una cabaña sin usar lugares comunes, ni tener contacto con otros huéspedes, solo con el personal de servicio que estaría equipado con estrictas medidas de bioseguridad. El hotel se ofrecería a recogerlos en su casa, llevarlos en un vehículo desinfectado y retornarlos a su lugar de origen, cuando finalicen su estadía. Este sería el nuevo modelo mientras la pandemia sea una amenaza.
“A esto hay que ponerle todas las ganas y seguir trabajando. Y si nos tenemos que endeudar, nos endeudamos hasta donde se puede para sacar esto adelante”, dice Carlos Arturo con cierto positivismo que siempre aflora en las adversidades. El viento hoy ya no sopla a su favor, pero quizá mañana vuelva a cambiar su rumbo y Termales del Otoño quiere estar preparado para cuando eso ocurra.