El músico que interpuso una polémica tutela contra el reggaeton

Una iniciativa poco común es la que promueve Darío González González. El músico busca con una acción de tutela simbólica, en la cual los jueces son los ciudadanos, que el reggaeton no “invada todos los espacios” del diario vivir. 

González aseguró que siente que su derecho fundamental al libre desarrollo a la personalidad está siendo vulnerado porque el género musical se escucha en todo lado. Habla de los buses, taxis, lugares públicos y de las personas que van por la calle con sus celulares o radios obligándolo a escuchar reggaeton.  

El hombre de 28 años, pianista desde los 9, dijo que en su intento de abrirse espacio en el mercado se ha encontrado con personas que le dicen que por qué no se dedica a un género como el reggaeton que es más comercial, situación que lo incomoda y que siente que lo discrimina. 

“Me encuentro un mundo laboral que no me están dando las condiciones óptimas para desarrollar mi carrera como músico y como artista. Estoy hablando un poco de un tema de discriminación social”, aseguró. 

El compositor, profesional además en diseño industrial de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, especialista en gerencia y productos de la música, aseguró que la iniciativa de hacer una tutela simbólica se dio porque sabe que el reggaeton es algo abstracto y no es procedente interponer una acción legal en contra del género.  De allí que los ciudadanos fueran quienes hicieran de jueces votando a través de la página del artista o frente a los Tribunales Superiores de Cundinamarca este lunes. 

“La votación estuvo muy reñida. La gente que estuvo de acuerdo con que yo hiciera esta acción de tutela en contra del reggaetón. Fue el 56 % y el 44 % no estaba de acuerdo. En total votaron en internet 1.573 personas y en la parte física fueron aproximadamente 70”, dijo. 

Este bogotano que ya cuenta con un trabajo discográfico denominado ‘Sinfotronico’, homónimo del género musical que está desarrollando, que es una mezcla entre composición clásica, orquestación sinfónica y música electrónica, no niega que su iniciativa involucre temas comerciales.

“Es evidente que hay un tema comercial. Me interesa que esto suceda, pero no es un tema para mí solo. Estoy tratando de hacer algo así como un vocero de muchas personas que quieren surgir con nuevas propuestas”, manifestó. 

Pero si lo que quería era fama, para bien o para mal, al parecer lo logró, porque despertó muchas pasiones entre los seguidores del género. “Realmente no logré dimensionar, en Puerto Rico y República Dominicana, el tema está muy pesado. He recibido insultos y una que otra cosa salida de tono. No me esperaba ese tipo de reacciones de la gente”, dijo.