Secuestro
Un año clamando por la libertad de Evangelista Bohórquez
El agricultor fue secuestrado junto a su esposa y un hijo el 19 de marzo de 2020. Horas después dejaron libres a la mujer y al hijo, pero a Evangelista aún no lo liberan.
Mary Cristina Bohórquez Zapata recuerda llorando que no quería soltar a Evangelista. Aunque él le decía que se fuera tranquila, que pronto regresaría, que cuidara las cosas en la casa, ella prefería quedarse con él. Es que llevan 40 años de casados y por cuenta del secuestro es la primera vez que se separan.
Los llamados y pedidos a quienes tiene al agricultor no han parado por parte de la familia. Y hoy, un año después, siguen latentes para que la familia pueda seguir compartiendo con este amante del campo que siempre se soñó pasar los últimos años de su vida dedicado a la agricultura.
“Él nació en el campo, le encanta eso. Pensó que sus últimos años de vida los iba a pasar en el campo porque cuando nos casamos nos fuimos para la costa, donde trabajamos duro, nos fue bien y logró ahorrar para comprar su casita y su tierra”, cuenta Mary Cristina.
Don Evangelista Bohórquez
— Albeiro Paez Echavez (@albepaez) March 18, 2021
A un año de su secuestro nada se sabe de él, un año de dolor, de ausencia y desesperanza para su familia y la región.
No más infamia, No + olvido,
Ni Don Evangelista ni su familia merecen vivir esta tragedia.
Libérenlo Ya.@DefensoriaCol @Diego_Molano pic.twitter.com/jbSVSEgv78
Yohanna Bohórquez Bohórquez, hija de Evangelista, cuenta que la oración es la que les ha dado fortaleza durante este tiempo. El sueño se les alteró por la ‘pesadilla’ que están viviendo y cuando se despiertan en la madrugada la lectura de la Biblia es la que les permite continuar firmes insistiendo en la liberación de su padre.
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Tiene 72 años, problemas de salud como la presión arterial alta, es diabético y tiene problemas de columna. “Y según lo que tenemos entendido a él lo someten a unas caminatas muy grandes”, comparte la esposa, y agrega que esa es una de las preocupaciones porque puede agravar su salud.
El anhelo de este agricultor es disfrutar de casa que logró construir en el campo gracias a sus ahorros; sueña, por ejemplo, con coger plátanos grandes y poder venderlos, cuidando los pollos a los que les dedicaba hasta horas de sueño, pues se quedaba pendiente y organizando los corrales hasta la medianoche, o más si tocaba.
Mary Cristina clama para que lo liberen, “que le concedan la libertad, por piedad. Es un adulto mayor, está enfermo y en el último audio que nos enviaron nos dijo que se sentía muy solo y que no hacía sino llorar, que se sentía muy triste”, comparte.
La última prueba de supervivencia la recibieron en julio pasado, en ella, además de manifestarle la tristeza, le dijo a la familia que vendieran todo. Pero la suma que piden sus captores es de 10 mil millones de pesos.
La familia ha pedido ayuda a la Presidencia, al Comité Internacional de la Cruz Roja y a la Defensoría del Pueblo para que medien y Evangelista sea liberado. La fuerza pública también está acompañando a la familia para encontrarlo y lograr su liberación. La semana pasada adelantaron una labor en la que arrojaron volantes ofreciendo una recompensa de 200 millones de pesos por quien brinde información que permita encontrarlo.
El Gaula Militar en Norte de Santander, además, continúa adelantando acciones para evitar que este delito se siga presentando. La labor preventiva se ha centrado en campañas como “Yo no pago, yo Denuncio” con el ánimo de que la población denuncie a las agrupaciones y estructuras que cometen este tipo de delitos. Tienen disponibles la línea gratuita 147 y el número de celular 321 972 0148, números a los que también se puede brindar información que permita liberar a Evangelista.
La fortaleza de la familia ha sido la oración y en ella han permanecido para lograr llevar este año que Mary Cristina define como tremendo. “Y uno cuando está muy triste, pues va a buscar la Biblia, se pone a leer salmos y el señor lo va fortaleciendo. Igualmente, Juancho –a él le decimos Juancho– tiene que estar orando muchísimo, porque él predicaba la palabra, salía a predicar”, agrega la esposa.
La familia insiste en el llamado y espera que pronto se termine la pesadilla, que Evangelista pueda estar de nuevo con ellos compartiendo y disfrutando su sueño en el campo.