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Víctor Escobar permanece 24 horas conectado a respiradores artificiales
Un juez ordena que se le practique la eutanasia a Víctor Escobar, quien la solicitó hace dos años | Foto: Jamir Mina

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Un juez ordena que se le practique la eutanasia a Víctor Escobar, quien la solicitó hace dos años

Este caleño de 59 años ha luchado por su vida por más de 10 años, pero sus días están conectados a dos respiradores artificiales. Ahora celebra que pueda morir dignamente.

12 de octubre de 2021

Han sido 24 meses de lucha constante y esperanza por recibir la noticia que finalmente Víctor Escobar, un caleño de 59 años, obtuvo en las últimas horas: podrá morir dignamente.

Su abogado, Luis Giraldo Montenegro, confirmó a través de sus redes sociales que el juzgado 17 del circuito de Cali ordenó a Coomeva EPS conformar un comité científico para acompañar a este hombre en su proceso de eutanasia. Escobar lleva 11 años conectado a dos respiradores artificiales, con los que toma aliento para hilar tres o cuatro palabras antes de caer presa de su ahogo perpetuo. Dos accidentes cerebrovasculares y los pulmones operando solo al 40 por ciento lo han hecho reflexionar sobre su vida: ahora solo quiere una muerte digna, que estaría cerca de conseguir.

El fallo del juez, según el jurista Montenegro, ordena a la EPS adelantar, acompañar y garantizar el proceso de eutanasia a este paciente en el menos tiempo posible; contando además que en este punto del proceso solo será Escobar quien pueda retractarse y de no ser así, se deberá llevar a cabo la eutanasia.

La sentencia señala que el tiempo para conformar este comité no debe ser mayor a 15 días y además deja manifiesto que este será encargado de brindar “un acompañamiento integral y constante al paciente y a su familia en el proceso de adopción de la decisión de morir dignamente”.

“Recibimos la sentencia donde el juez ordena a Coomeva realizar un comité científico, el cual acompañe a Víctor en su muerte digna. Es una decisión de Víctor, la cual debe ser respetada por ese comité y la única persona que puede decir que no está de acuerdo con la eutanasia es Víctor”, explicó el abogado.

Con respecto a lo anterior, la sentencia es clara al decir: “Una vez surtido lo anterior, y en caso de que el señor Víctor Alfonso persista en su decisión y brinde un consentimiento informado, libre e inequívoco, Coomeva EPS deberá adelantar, acompañar y garantizar el proceso de eutanasia del accionante en el menor tiempo posible, que no podrá ser superior a lo que el paciente indique o máximo 15 días después de reiterada su decisión, con la aclaración de que en cualquier momento el enfermo podrá desistir de su decisión2.

Por su parte, el abogado señaló que “esta sentencia tiene los lineamientos de la Corte Constitucional en su última sentencia C-233, la cual despenaliza el homicidio por piedad”.

Añadió que Víctor Escobar está “feliz” y “está pensando en descansar por fin de esos dos largos años donde ha pedido que se practique la eutanasia y no se ha podido”.

En un emotivo video compartido por su abogado se ve a Víctor recibiendo con alegría la noticia de que recibirá la eutanasia: “Cuanto le agradezco sus esfuerzos, su voluntad para con nosotros (...) no se imaginan qué es por lo que yo estoy pasando tan difícil y tan duro”, son las palabras que logra decir Víctor con poco aliento.

En las noches se acostaba con la ilusión de no levantarse, aunque con seguridad en la madrugada la tos con expulsión de sangre le empeña la máscara de oxígeno. Diana Nieto, su esposa, se levantaba para retirarla, limpiarla y volver a instalarla; esa misma rutina la repiten cada 90 o 120 minutos. No hay paz, hay mucho dolor. Por eso, Víctor llora y ruega por una muerte digna. “Esto es un calvario, esto es muy duro. Cada noche que me acuesto quisiera no despertar. Esto es una vida muy difícil, esto no se lo deseo a nadie”, le contó en ese momento a SEMANA Noticias.

Víctor tiene 59 años. Siempre trabajó como conductor de tractomulas y en una fábrica de cemento donde manipulaban altos niveles de asbesto. Antes de los accidentes cerebrovasculares era un tipo sano, fumador y de poco descanso; tiene tres hijos que no viven con él y conoció a su actual esposa cuando ya la salud le era esquiva. Diana es su ángel de la guarda: lo baña, lo viste, lo lleva al médico, lo auxilia en las noches, limpia la sangre de su ropa, arregla la casa y lo alimenta con los cuidados propios de un bebé de apenas meses de nacido. Víctor come poco y todos los alimentos deben ser semiblandos para poder ingerirlos.

“Mi familia sufre, mi esposa sufre, mis hijos sufren y yo sufro al verlos sufrir a ellos. Estoy cansado de todo esto y quiero que mi Dios se acuerde de mí y dejar tanto sufrimiento. Mi ciclo está cumplido y en las manos de Dios entrego todo. Si esto es malo, él me va a perdonar, sé que él tendrá misericordia conmigo”, dijo en ese entonces Víctor.