Justicia
Juan Carlos Granados: ¿Un magistrado impedido?
Aunque Juan Carlos Granados no ha sido condenado, su llegada a la Comisión Nacional de Disciplina Judicial envía un pésimo mensaje.
La elección del excontralor de Bogotá Juan Carlos Granados como magistrado de la recién creada Comisión Nacional de Disciplina Judicial desató una verdadera tormenta. No es para menos. Granados fue imputado por la Fiscalía por supuestamente recibir 200 millones de pesos de Odebrecht cuando era candidato a la Gobernación de Boyacá y por aparentemente haber favorecido a esa multinacional cuando llegó al cargo. El caso ya está en la Corte Suprema de Justicia.
Que una persona con un proceso de esas características encima vaya a ser el disciplinador de los jueces y fiscales del país no tiene presentación. Además, se ha interpretado su llegada a esta instancia como una jugada para evadir la acción de la corte, pues su caso con seguridad pasará a manos de la Comisión de Acusación, en la que lo político prima sobre lo jurídico.
Granados, que tiene conexiones de antaño con Cambio Radical y Germán Vargas Lleras, arrasó en su elección en el Congreso, en el que obtuvo 186 votos, a pesar del escándalo de Odebrecht que lo rodea desde hace dos años. El magistrado, en diálogo con SEMANA, dijo que es inocente hasta que no le demuestren lo contrario en los estrados. Señaló que por eso decidió aspirar a ser magistrado, una condición que lo convierte en aforado y lo blinda de la corte. A Granados lo investigan porque presuntamente llegaron 200 millones de pesos a su campaña provenientes de Odebrecht, tras ser pedidos al parecer por el excongresista Plinio Olano. Ese aporte, según el testigo Federico Gaviria, sería compensado después por Granados en la Gobernación asignándole contratos a la multinacional Odebrecht. Asimismo, de acuerdo con Gaviria, Granados tendría la misión de ayudar a precalificar a Odebrecht para quedarse con el contrato de la planta de tratamiento de aguas residuales PTAR Salitre.
Granados ha dicho que durante los cuatro años durante los que ejerció como gobernador, de 2012 a 2015, no contrató un solo proyecto con Odebrecht. El magistrado enfrenta una investigación por los delitos de concierto para delinquir, tráfico de influencias e interés indebido en la celebración de contratos. Este último cargo, porque él se habría interesado, supuestamente, en la alianza público-privada para la construcción de la vía Duitama-Charalá-San Gil. Frente a este tema, Granados ha dicho que ese proyecto nunca se realizó y que Odebrecht nunca presentó propuesta.
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¿QUÉ PASÓ EN LA CASA DE NARIÑO?
Lo que se preguntan los más críticos por la elección de Granados es por qué el presidente Iván Duque lo ternó sabiendo que enfrenta graves cuestionamientos por posibles hechos de corrupción. Una fuente de la Casa de Nariño afirmó que “no encontraron antecedentes inscritos que legalmente impidieran su aspiración”.
Aparte del Gobierno, ¿hubo alguna mano poderosa que se movió para lograr que el Congreso se uniera en torno al nombre de Granados? ¿Cómo es posible que una persona llamada a juicio por un escándalo de tal magnitud, como el de Odebrecht, logre un apoyo aplastante por parte de los congresistas cuando había otros candidatos sin líos judiciales?
Ante la inhabilidad por lo menos ética, Granados le dijo a SEMANA: “No queda mal, porque, si no se pudiera investigar a los magistrados, no existiría un juez natural para ellos. Que un magistrado tenga una investigación y eso genere inhabilidad o incompatibilidad ética o legal, estaríamos en un escenario en el que ningún juez podría ser juez. Hay investigaciones para los jueces, tanto es así que hay una Comisión Nacional de Disciplina Judicial”.
Según Granados, en Colombia hay 829 investigaciones contra magistrados de las altas cortes. “Podría yo decir que quien me investiga no es legítimo”, aseguró. En el ambiente político ha quedado la duda de hasta dónde el caso Granados forma parte de un acuerdo político entre el exvicepresidente Vargas Lleras y el presidente Duque. La fotografía de una cena en un restaurante de Bogotá entre Granados, el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, y otros alimentó esa teoría de una alianza secreta para respaldar al excontralor.
La amistad de Granados con Vargas Lleras es de vieja data. En 2006, el actual magistrado fue elegido representante a la Cámara de Representantes por Cambio Radical y se ganó la confianza de su mentor. Granados negó que su llegada a la Comisión sea fruto de un acuerdo con Vargas Lleras y simplemente dijo que lo admira. Sobre las críticas del senador Gustavo Petro, el magistrado afirmó que forman parte de una retaliación. “Me ataca (Petro), porque, después de un proceso con pruebas, lo sancionamos desde la Contraloría de Bogotá porque afectó los recursos públicos de la ciudad”. SEMANA pudo establecer que entre los magistrados de la corte hay molestia a tal punto que le han exigido a Granados que defina su abogado en un tiempo razonable o de lo contrario le nombrarán a un defensor de oficio.
Este año el caso Granados entra en una pausa por la vacancia judicial y se reactivará solo hasta después del 11 de enero cuando regresen los magistrados. Coincidencialmente, ese día se posesiona Granados en la Comisión Nacional de Disciplina Judicial. En consecuencia, ya habría una razón más para argumentar que la corte perdió la competencia en este caso, que terminará en manos de la Comisión de Acusación. Sin embargo, Granados le confirmó a esta revista que a finales de diciembre le enviará a la Procuraduría, y por escrito, su versión libre sobre el caso Odebrecht.
El mayor temor de quienes ven con asombro su elección es que, desde su nueva posición de magistrado, pueda influir política y jurídicamente en el resultado de las investigaciones que afronta. Granados nació en Nobsa, Boyacá. Estudió Derecho y Ciencia Política en la Universidad Nacional y luego llegó a especializarse en Gobierno Municipal en la Universidad Javeriana y en Derecho del Transporte en la Universidad Externado.
Además, cuenta con una maestría en Seguridad y Defensa Nacional y un doctorado en Derecho de la Universidad Santo Tomás. Inició su carrera política a muy corta edad. En 1998, con apenas 24 años, llegó a ser concejal de Nobsa. Uno de los principales argumentos de defensa de Granados se relaciona con la suerte que corrió Plinio Olano, absuelto por la corte en diciembre de 2019.
Luiz Bueno, directivo de Odebrecht en Colombia, dijo que Olano nunca le pidió plata y que su firma nunca le giró un peso. En ese mismo testimonio, Bueno confesó que le habían girado 6,5 millones de dólares al exviceministro de Transporte Gabriel García por adjudicarle el contrato de la Ruta del Sol. “En otro proceso, en el del congresista Olano, la corte ya dijo que estos hechos no eran delito. O sea que yo gozo no solo de la presunción de inocencia, sino que la suerte al final será la misma en mi proceso, son los mismos hechos y las mismas pruebas”, concluyó el magistrado. El debate jurídico apenas empieza.