NACIÓN
Un niño de 12 años y su padre murieron al caer 58 metros en una cascada en Santander
El cuerpo del joven ya fue rescatado. Sin embargo, aún sigue la búsqueda del padre del menor.
Una tragedia enluta hoy al departamento de Santander cuando en medio de un accidente un menor de 12 años y su padre resbalaron en una quebrada y cayeron 58 metros agua abajo por una cascada. El cuerpo acuático está ubicado en el municipio de Florián.
Según las autoridades, las víctimas lograron ser identificadas como Javier Ancízar Rincón, de 37 años, y Javier Alexánder Rincón, de 12, y ambos eran originarios de Bogotá.
Iván Santamaría, coronel y comandante de la Policía de Santander, indicó que el doloroso hecho ocurrió en medio de un paseo familiar, a dos kilómetros del casco urbano, sobre el sector de las Ventanas de Tisquizoque.
Freddy Ortiz GomezEL REGIONAL#LoÚltimo Un niño de 12 años identificado como Javier Alexander Rincón y su padre Javier Ancisar Rincón de 38 años murieron al caer en la cascada de las Ventanas de Tisquizoque en el municipio de #Florián.Las víctimas residían en Bogotá. pic.twitter.com/NELHFSG7IU
— luis francisco herreño guevara (@lpacho55) February 8, 2021
“El menor intenta cruzar la quebrada y resbala, su padre trata de auxiliarlo y también resbala”, indicó el oficial.
Por el momento se conoce que los organismos de socorro lograron rescatar el cuerpo del joven de 12 años, pero el de su padre no ha podido ser ubicado, pues debido a la corriente de la cascada pudo flotar más kilómetros río abajo y aún lo siguen buscando.
¿Cómo evitar la muerte por ahogamiento?
Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud, cada hora, de cada día, más de 40 personas pierden la vida por ahogamiento. Bien sean niños pequeños que caen inadvertidamente en una charca, piscina o pozo, adolescentes que nadan bajo la influencia del alcohol o las drogas o residentes de comunidades costeras.
El informe mundial sobre ahogamientos es el primero de la organización dedicado exclusivamente al ahogamiento, un problema de salud pública muy prevenible que nunca se ha abordado mediante un esfuerzo mundial estratégico de prevención.
La OMS resaltó en su informe que ‘‘las estrategias de eficacia demostrada aplicadas en los hogares, la comunidad y el ámbito nacional abarcan desde la enseñanza básica de natación y la instalación de barreras que reduzcan el riesgo de accidentes en el agua, hasta la creación de espacios seguros para los niños, por ejemplo guarderías, y el aprendizaje de técnicas seguras de salvamento”.
Teniendo en cuenta los entornos particulares y los grupos de riesgo, ‘‘los países deberán adoptar medidas para mejorar los datos sobre mortalidad y morbilidad debidas a ahogamientos y establecer un plan nacional de seguridad en el agua”.
Igualmente, señalaron que es necesario “coordinar las actividades de prevención de ahogamientos con las de otros sectores y programas” en zonas costeras o alejadas, teniendo en cuenta que el riesgo de que una persona caiga en algún acantilado es grande.
“También, establecer y aplicar reglamentos para la seguridad de las embarcaciones, el transporte por agua y los transbordadores” y tomar el descuido de las personas como un factor determinante para que se “extienda a las actividades de prevención, las políticas y la investigación” que se realice en cada zona de riesgo de los países.
El informe también resaltó que “en todo el mundo, las máximas tasas de ahogamiento se registran entre niños de 1 a 4 años, seguidos por los niños de 5 a 15 años. Asimismo, los hombres tienen dos veces más probabilidades de ahogamiento que las mujeres”.
La vulnerabilidad de esta población aumenta si no se toman las precauciones debidas por los gobiernos para evitar casos fatídicos que involucren accidentes en lugares turísticos o espacios en los que las personas no conozcan qué medidas usar para evitar ahogarse en caso de accidentes o descuidos.