Elecciones 2022
Un país muy dividido: así es la Colombia que recibe el próximo presidente
Quien gane las elecciones tendrá que brindar respuestas inmediatas en medio de un ambiente de desconfianza en las instituciones y de polarización.
Este domingo se vive una jornada definitiva. El país elige entre la baraja de candidatos presidenciales al sucesor de Iván Duque. La expectativa es total y los ánimos están caldeados. La tarea de quien resulte ganador en la jornada de este fin de semana o en una segunda vuelta no será fácil.
El próximo presidente tendrá que lidiar con un país convulsionado por una ciudadanía que exige soluciones prontas a los estragos generados por la pandemia, una sociedad que no encuentra respuestas a los problemas estructurales que envejecieron mal y una polarización política que podría hacer estallar de nuevo la movilización social.
El nuevo jefe de Estado tendrá que enfrentar los retos apalancados en unas instituciones con niveles históricos de desconfianza y un panorama internacional en el que las tensiones han escalado hacia la violencia.
Desconfianza institucional
Según la más reciente Encuesta de Cultura Política publicada por el Dane, apenas el 8,5 por ciento de los ciudadanos siente confianza en los partidos políticos y solo el 10,6 por ciento confía en el Congreso.
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De la desconfianza no se salva ni siquiera la rama judicial, pues apenas el 11,2 por ciento de los ciudadanos confía en los jueces y magistrados. Tampoco la Fuerza Pública, ya que únicamente el 18,8 por ciento de los consultados siente tranquilidad con la Policía y únicamente al 26 por ciento le inspiran confianza las Fuerzas Militares. En el caso de la Presidencia, el panorama es similar: la cifra no supera el 17,9 por ciento.
Adicionalmente, apenas el 12,4 por ciento de los encuestados manifestó estar satisfecho con la forma en que la democracia funciona en Colombia. En 2019, esta cifra era de 16,5 por ciento, es decir, disminuyó cuatro puntos porcentuales.
Movilización social
Tal como lo demostró el caso de Chile, donde el presidente Gabriel Boric enfrentó una movilización social a los pocos días de su posesión, el nuevo mandatario tendrá poco tiempo para responder a los reclamos de la ciudadanía. Y el regreso de las movilizaciones podría darse rápidamente.
En 2019, personas de todo tipo de orientaciones políticas decidieron protestar. En ese año se concretó un movimiento social muy diverso pero masivo y cohesionado. El año pasado, cuando el país apenas estaba saliendo de la pesadilla de la pandemia y los sectores se estaban reactivando, la protesta social volvió a tomar vida.
El Comité Nacional del Paro (CNP) –que no agrupa a todos los sectores– recogió en su momento 104 peticiones al Gobierno, lo que refleja la diversidad de reivindicaciones que tienen los ciudadanos, pero también aprovechó la iniciativa de una reforma tributaria presentada por el Gobierno que exacerbó los ánimos.
Esta movilización social se ha visto impulsada por la dura polarización. El próximo mandatario tendrá una de las oposiciones más feroces de los últimos años.
Seguridad
A pesar de que el gobierno de Iván Duque reveló que este periodo electoral del 2022 ha sido el más tranquilo que ha vivido Colombia en materia de homicidios, con una tasa promedio de 25,2 asesinatos por cada 100.000 habitantes, el indicador más bajo de los últimos 32 años, la percepción de inseguridad que tienen los ciudadanos está desbordada. “Ya no se puede salir a la calle”, es el pensamiento de muchos.
Y no es para menos. De acuerdo con cifras de la Policía, el hurto a personas creció 18 por ciento en los primeros cuatro meses de este año con respecto al 2021. De hecho, entre enero y abril, se reportaron 72.600 atracos, un promedio de 800 por día. Y se ha incrementado el uso de sustancias como la escopolamina para cometer robos. Solo en Bogotá, este año creció en 76 por ciento la utilización de esta sustancia en hurtos.
En materia de lucha contra las organizaciones criminales, si bien se ha logrado la captura de peces gordos como Darío Úsuga, ‘Otoniel’, jefe máximo del Clan del Golfo y quien fue extraditado a Estados Unidos, los grupos armados ilegales siguen haciendo de las suyas en varias zonas del país. Hace apenas tres semanas, 11 departamentos del país vivieron días de terror por cuenta del paro armado del Clan del Golfo. El ELN, las disidencias de las Farc y los demás grupos armados ilegales son una amenaza.
Estas organizaciones criminales tienen como principal combustible el narcotráfico. De acuerdo con los datos de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de Estados Unidos, el cultivo de coca en el país aumentó a 245.000 hectáreas en 2020 (el periodo más reciente de que se disponen datos), en comparación con las 212.000 hectáreas de 2019.
Salud
A pesar de las adversidades que trajo la pandemia, el sistema de salud colombiano, en medio de los aprietos, logró responder y sortear las dificultades. Según cifras del Ministerio de Salud, hoy el 82,8 por ciento de la población tiene al menos una dosis de la vacuna, el 69 por ciento ya completó su esquema con dos dosis y el 22,8 por ciento recibió el llamado refuerzo, es decir, la tercera vacuna.
No obstante, la llegada del coronavirus develó una serie de falencias que el país tiene en materia de salud. Luis Hernández, profesor de la Universidad de los Andes, asegura que ha habido deterioro en la vacunación no covid. Señaló que antes de la pandemia la vacunación contra “la influenza ya era inferior al 20 por ciento en los adultos mayores y el neumococo era menor al 5 por ciento”.
Adicionalmente, aún son billonarias las deudas del sistema. Jorge Alberto Toro, director ejecutivo de la Unión de IPS de Colombia (UNIPS Colombia) afirmó que las deudas alcanzarían los 25 billones de pesos. El Gobierno nacional, por su parte, señaló que ya ha desembolsado 7,1 billones de pesos para sanearlas.
Acuerdo de paz
Frente al acuerdo de paz, el más reciente informe de la Misión de Verificación de la ONU hace énfasis en que la mayoría de los más de 13.000 excombatientes de las Farc avanza en su proceso de reincorporación. El 63 por ciento de ellos ya participan en proyectos productivos.
Sin embargo, el documento también indica que, desde la firma del acuerdo, 315 excombatientes han sido asesinados. Y la violencia contra los defensores de derechos humanos no ha cesado. Según reveló la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los DD.HH., el año pasado fueron asesinados 73 defensores de derechos humanos.
En esta materia, el próximo presidente tendrá no solo que velar por la implementación del acuerdo con las Farc, sino también analizar si se le abre la puerta a una negociación con el ELN, organización que de palabra ha dicho estar interesada en un diálogo, pero cuyas acciones muestran todo lo contrario.
Relaciones internacionales
Frente a Venezuela, los últimos cuatro años estuvieron concentrados en el llamado “cerco diplomático” que buscaba la transición democrática en ese país y para lo cual Colombia rompió relaciones con Caracas y reconoció a Juan Guaidó como presidente interino.
Sin embargo, lo que se ha visto hasta el momento es un fortalecimiento de la administración de Nicolás Maduro. Incluso, Estados Unidos, que tenía a esta nación como uno de los enemigos de la democracia en América Latina, ya empezó a levantar algunas de las sanciones económicas que le había impuesto, lo que deja el reto para el próximo presidente de revisar la relación con Venezuela.
Con Estados Unidos lo que se ha visto, según expertos, es nuevamente una ‘narcotización’ de las relaciones, en buena medida por el inocultable aumento de los cultivos ilícitos, algo que ya venía de años atrás.
También sigue siendo punto central el litigio que se mantiene con Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Si bien este tribunal ya falló una de las demandas que había impuesto ese país, aún está pendiente el proceso por la delimitación de la plataforma continental entre Nicaragua y Colombia, más allá de las 200 millas náuticas desde la costa nicaragüense.
Educación
La pandemia obligó a cerrar por más de un año la planta física de los colegios del país. Se cerraron 53.717 sedes educativas; 82 por ciento (43.853) del sector oficial y 18 por ciento (9.866) del sector privado. Esta decisión perjudicó a 9.928.865 estudiantes de la educación básica y media, quienes tuvieron que pasar a la virtualidad con los efectos negativos que, según expertos, esto genera en su desarrollo.
Empezar a cerrar la brecha que quedó en estos millones de estudiantes es uno de los retos en educación que tiene hoy el país, además de lograr equilibrar los conocimientos y las habilidades que se desarrollan en los principales centros urbanos versus las zonas rurales, por ejemplo llevando conectividad a los sitios más apartados.
En materia de educación superior, la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles (Acrees) reconoce que se ha aliviado el déficit de las universidades públicas en este gobierno con la inversión de más de cuatro billones de pesos en estos cuatro años. Sin embargo, las instituciones de educación del Estado aún enfrentan un desfinanciamiento superior a los 3,5 billones de pesos.