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“Un premio nobel de la paz amenazando”: la pulla del Ñoño Elías a Juan Manuel Santos
En entrevista exclusiva con SEMANA, el excongresista asegura que en 2018 esa presidencia ordenó cambiarlo de patio cuando él se ofreció a hablar. “¿Esa es la actitud del nobel de la paz, por el cual yo voté porque creía en la paz de Colombia, o creo en la paz de Colombia? Esas amenazas sobran totalmente”, sostiene.
El Ñoño Elías prendió el ventilador sobre la corrupción de Odebrecht. A pesar de estar condenado desde febrero de 2018 y de haber ofrecido desde ahí su colaboración con la justicia, ningún juez había recogido su testimonio. Habló por primera vez la semana pasada en la audiencia de Luis Fernando Andrade. Lo que dijo estremeció al país político. El exsenador aseguró que la corrupción que se dio alrededor del otrosí del contrato Ocaña-Gamarra tenía una fuerte relación con la reelección presidencial.
“No te preocupes amigo que yo ya tuve una reunión con el mismo presidente Santos acá, la empresa tuvo una reunión con él, tuvo una reunión con los jefes de campaña y tuvo una reunión con el mismo Roberto Prieto y nosotros vamos a ayudar a reforzar para que no perdamos la segunda vuelta”, dijo el Ñoño Elías al juez del caso Andrade.
Desde ahí, las reacciones no han parado. El Ñoño Elías habló con SEMANA, en una entrevista exclusiva para esta edición impresa. Sus declaraciones prometen levantar una polvareda. En su dialogo con la revista, el exsenador confirmó que desde que ha intentado a hablar ha recibido todo tipo de presiones y amenazas.
“Estoy firme; fue la realidad, no le estoy diciendo mentiras a nadie. Todo el mundo pide que uno hable, que diga la verdad, y después salen varios de sus colegas y mucha gente a decir que uno lo que está diciendo es mentira. Entonces uno no entiende. Lo que estoy narrando son unos hechos. ¿Cómo puede ser mentira eso? Si son temas que todo el mundo conoce, de los cuales vengo hablando desde hace rato”, aseguró para responder por la lluvia de reacciones que buscan desacreditarlo después de su testimonio.
El expresidente no ha hablado sobre lo que dijo el exsenador, pero su abogado Alfonso Portela ha dado varias entrevistas en las que ha dicho que el Ñoño se contradice y que tienen con qué confirmar esos giros en su declaración. Para el exparlamentario de córdoba, esos señalamientos son intimidatorios y solo buscan evitar que él siga hablando. “Yo no sé, pero la verdad es que esas amenazas no le hacen bien. Un premio nobel de la paz amenazando... Yo siento que es una amenaza”, sostuvo.
Desde la audiencia de Luis Fernando Andrade el Ñoño ha sido repetitivo en el impacto que han tenido esas amenazas en su contra. En esa diligencia judicial relató como desde un comienzo él había intentado contar lo que sabe, pero siempre se lo han impedido.
“Apenas mencioné el tema de la campaña del presidente me trasladaron de patio”, le relató Bernardo Miguel ‘el Ñoño’ Elías al juez el miércoles en la audiencia contra Andrade. Según él, la primera vez que intentó dar su versión sobre el tema tuvo retaliaciones judiciales. Aseguró que se enteró de que ese traslado obedeció a una “orden que dio la Presidencia de la República”. Y que después recibió la visita de los abogados de Roberto Prieto.
El Ñoño asegura que mientras él quería hablar ,lo pasaron a La Picota, y a Roberto Prieto, que hizo un acuerdo con la justicia, lo llevaron a una guarnición militar. “Prieto está en Cespo. Para unos no, y para otros sí”, dijo. Agregó que frente a lo que contó este miércoles tiene miedo. “Estas declaraciones no son cualquier cosa. Hay muertos. Todo tipo de cosas feas... Aquí están implicado los que mandan en este país”, dijo.
En la entrevista con SEMANA, el Ñoño se reafirmó en esa denuncia. “Estoy rodeado de amenazas desde que comenzó esto. Desde el día que comencé a decir que había entrado plata a la campaña Santos Presidente me trasladaron de celda. Todo el país lo sabe, me han llegado amenazas acá de todo tipo. Ahora me mandan una amenaza judicial. Yo les pregunto a varios amigos o examigos, a Roy, a Juan Fernando Cristo, a Aurelio Iragorri, ¿esa es la actitud del nobel de Colombia? ¿Esa es la actitud del nobel de la paz, por el cual yo voté porque creía en la paz de Colombia, o creo en la paz de Colombia? Esas amenazas sobran totalmente”, agregó.
El Ñoño contó que lo han amenazado muchas veces y que algunas realmente han sido intimidatorias. “Me he encontrado con cosas que asombran. En este caso de Odebrecht ha habido hasta muertos”, dijo.
El ex congresista agregó que no es el único que ha vivido esa presión. “Con gran asombro llego al juicio del doctor Luis Fernando Andrade y resulta que el juez también está amenazado. Así mismo, dijeron ahí en la audiencia que amenazaron al testigo Juan Sebastián Correa; aquí todos estamos amenazados. Hoy dejo constancia: me pasa algo a mí o a mi familia, y son todas las personas que he mencionado en este caso”, sostuvo en el dialogo con SEMANA.
Cuando le preguntaron si detrás de esas amenazas está el expresidente Santos, el Ñoño prefirió no dar ningún nombre en específico pero contestó de manera en que es evidente que piensa que el exmandatario está ahí. “A todos, a todos los que he mencionado en este caso. Sí, yo he mencionado al expresidente Santos en esto”, dijo.
Sobre Juan Manuel Santos, el Ñoño aseguró que siempre tuvo una muy cordial relación con él. “Juan Manuel Santos era una persona conmigo agradable. Recuerdo una imagen de él bajándose del avión en Montería. Yo lo estaba esperando con mi tío, con Musa, con todos ahí. Y él lo primero que hace es que me abraza y me dice: “¿Cómo está la Ñoñomanía? ¿Y la liga Ñ?”. Esa es la liga de fútbol que yo había montado en Sahagún. Santos era una persona agradable conmigo, de buenos tratos. Yo no te puedo mentir. Me decía: “Pongan los votos, vamos con todo, metánsela toda”, después decía: “vamos por la paz”, relató a SEMANA.
Sin embargo, también fue claro en decir que después de que se vio envuelto en líos judiciales, su contacto con el expresidente y con el circulo cercano a Palacio, al que antes tenía un acceso ilimitado, despareció. Sobre Santos dijo “Cero, ni lo veo en las noticias”.
El Ñoño aclaró que reconoce que sienten que lo dejaron solo y que se terminó convirtiendo en una especia de “chivo expiatorio” que pagó por los platos rotos de todo ese entramado de corrupción, sin ser el único responsable. “Los que estamos presos somos tres bobos de Sahagún. Aquí trataron de dejar un escándalo, donde hay 15 o 20 personas, en tres personas”, dijo.
Contrastó esa realidad con la vida jovial y el cariño que le expresaban en el pasado cuando él era el que le ponía los votos al santismo. En ese momento, según él, “me escuchaban. Me atendían en las entidades...Sí, me atendían bien. No le puedo decir otra cosa diferente. Me corrían los funcionarios, y el mismo presidente me atendía con agrado”.
Al final, Ñoño también reconoció que él fue un hombre clave en la campaña reeleccionista. Aseguró que la presión después de que se perdió la primera vuelta ante Óscar Iván Zuluaga creció, y los votos que él podía poner en Córdoba se volvieron más codiciados. “Sí, hubo desespero, por eso yo puedo narrar lo que vi: repartieron plata por regiones. Por eso te digo: buscaron de Odebrecht y de no Odebrecht. Y en la costa repartieron y, bueno, eso fue una piñata”, explicó.
Sobre ese afán de la reelección entregó algunos detalles específicos de los nexos que sostuvo con Odebrecht. “Digo lo que me dice Martorelli a mí, cuando estábamos entre primera y segunda vuelta. Él me pidió el favor de que no lo abandonara con los reclamos que iba a presentar y con terminar el otrosí. Yo le dije que nada tenía que ver con los Conpes y Confis, y que le tocaba hablar con la ministra. Pero le advertí: acabamos de perder la primera vuelta con Óscar Iván Zuluaga y donde gane, echan a Andrade, a Álvarez, a todo el mundo, y aquí no queda nada. Él me dijo: “No te preocupes, amigo, ponle fe que vamos a ganar y ya yo hablé con el mismo presidente Santos, con Roberto Prieto, con toda la dirigencia de campaña, toda la junta directiva”, dijo.
El exsenador dijo que hoy si se encontrara al expresidente frente a frente solo tendría una cosa que decirle: “Que él tiene su verdad y yo tengo la mía. Yo también tengo familia y tengo hijos, que se acuerde de eso, que él los conoció, así como él los tiene también. No es una amenaza, no es bueno estar amenazando a la gente; yo tampoco estoy para que me amenacen”.