NACIÓN
Un toro cebú y las iniciales MP, las marcas en la droga encontrada en la ‘narcoavioneta’ de la pareja de Alejandra Azcárate
SEMANA conoció que las panelas encontradas tenían estas señales, lo que se ha convertido en la principal pista para encontrar a los dueños de casi media tonelada de cocaína.
La historia parece sacada de una de las tantas ‘narconovelas’ que han sido reproducidas en la televisión de nuestro país. Cuenta con varios ingredientes que la hacen llamativa: mafia, logística, narcotraficantes, millones de pesos en efectivo, pilotos en la cárcel, personas de la alta sociedad y la farándula nacional salpicadas y toda una trama para engañar a las autoridades, pero en esta ocasión se trata de un hecho real del que se querían aprovechar los narcotraficantes, la devastación de Providencia por el paso del huracán Iota en 2020.
SEMANA habló con personal policial que tuvo acceso al caso de la ‘narcoavioneta’ que tiene en aprietos al empresario y publicista Miguel Jaramillo, esposo de la humorista Alejandra Azcárate, quien figura como propietario de la aeronave. Uno de ellos reveló que ya hay varios elementos que les permitirán conocer pronto quiénes son los dueños de los 446 kilos de cocaína, que estaban camuflados en falsas ayudas humanitarias para la isla.
Para el investigador, uno de los hechos relevantes y que les permitirá llegar a los dueños del cargamento son los sellos con los que fueron marcadas las panelas de cocaína, que se encontraban dentro de la avioneta.
Cada una de esas panelas, cómo se puede observar en a las fotos a las que tuvo acceso SEMANA, están prensadas con las iniciales MP y en la envoltura tienen una figura de un toro cebú, detalle que para los investigadores no pasó inadvertido porque ahora entrarán a cotejarlos con decomisos anteriores para determinar si entre sus archivos están estas marcas o son parte de un nuevo actor narcotraficante.
Las autoridades ya tienen pistas ciertas sobre qué organización estaría detrás de este envío, pero no se ha hecho público porque puede afectar la investigación y porque se está tratando de establecer el nexo con Juan Camilo Cadena Botero y Hárold Darío Rivera Toledo, piloto y copiloto de la avioneta. También si hay algún nexo con el propietario de la aeronave, Miguel Jaramillo, pareja de Azcárate.
Es de anotar que Jaramillo se presentó como víctima al proceso judicial, al indicar a través de su defensa que no tenía conocimiento del cargamento y que había prestado la aeronave para que llevaran ayudas humanitarias y no cocaína.
En la aeronave fueron cargadas en Bogotá 28 cajas de cartón y en cada una había ocho panelas, con un peso aproximado de un kilo de cocaína.
9:03 a. m.
A esta hora de la mañana del 23 de mayo tocó suelo en la isla de Providencia la avioneta de matrícula estadounidense N722KR y serie LJ1065, carreteó sin problemas por el modesto aeropuerto El Embrujo. La tripulación conformada por el piloto Camilo Cadena Botero y el ayudante de carga Hárold Rivera Toledo estacionó la aeronave sin mayores contratiempos. Sobre Cadena y Rivera no se sabe si era el primer cargamento con cocaína que transportaban.
Lo cierto es que en este caso la suerte no acompañó a los dueños de la droga. SEMANA habló con el oficial que encabezó el operativo, quien reveló que cuando aterrizó la aeronave le generó muchas dudas, debido a que era la primera avioneta privada que llega la isla con ayudas humanitarias luego del paso del huracán.
“Cuando aterrizaron le preguntamos al piloto de qué se trataba el vuelo y nos contestó que eran tapabocas. Le dije que si podíamos revisar la carga y dijo que sí, no opuso resistencia. Me sorprendió la frialdad del piloto cuando detectamos la droga, no dio señas de estar asustado, lo único que hacía era hablar por teléfono”, añadió el oficial.
Efectivamente, cuando abrieron la primera caja encontraron tapabocas, pero al escarbar un poco más vieron que servían para camuflar los bloques de cocaína de alta pureza que habían sido empacados por la mafia.
Sobre el itinerario de la aeronave trascendió que la ruta era Bogotá (aeropuerto Guaymaral), Providencia, San Andrés y Bogotá. Los detalles de la investigación señalan que el propósito era descargar la droga en la isla, sacarla del aeropuerto y embarcarla en lachas rápidas para llevarla hacia Centroamérica y Estados Unidos.
Para sustentar esta hipótesis, las autoridades se basan en los más de 100 millones de pesos que tenía en su poder la tripulación y que no supo justificar el dinero. Según un investigador que habló con SEMANA, el dinero era para comprar combustible, contratar lachas rápidas y enviar el estupefaciente mar adentro.
El cargamento decomisado tenía un valor de 5.000 millones de pesos, el cual se podía fraccionar en un millón de dosis que en el mercado internacional donde podría tener un valor de 35 millones de dólares.
Frente a los cuestionamientos sobre por qué el caso ocurrió donde hay precisamente una unidad de la Policía Antinarcóticos, SEMANA consultó con fuentes de la institución, que indicaron que allí hay tres hangares que sirven de parqueadero para los helicópteros y aviones que son empleados en distintos operativos, pero aclararon que en Guaymaral no desarrollan labores de control aeroportuario y que toda la administración está en manos de la Aeronáutica Civil.
SEMANA consultó a la Aerocivil para conocer más detalles sobre el funcionamiento en el aeropuerto de Guaymaral, pero hasta el momento no se ha obtenido respuesta alguna sobre el particular.