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“Una belleza”, así describe Juanita Gómez los anillos de Neptuno captados por el telescopio James Webb
Más de tres décadas pasaron para volver a ver el resplandor de este planeta.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, NASA, sigue sorprendiendo no solo a los fanáticos de la astronomía, sino a quienes contemplan la creación a través de cada uno de sus hallazgos.
Juanita Gómez, describe cómo luego de 30 años el mundo puede observar, una vez más, la imagen más nítida de un grandioso planeta y el polvo brillante que lo cubre.
Las imágenes fueron publicadas por la misma agencia espacial y circulan por las redes sociales logradas gracias al telescopio James Webb.
@revistasemana @juanitagomezl cuenta detalles de la imagen más nítida captada de #Neptuno. La logró el súper telescopio #JamesWebb de la #Nasa. #Universo #Noticias ♬ sonido original - Revista SEMANA
El telescopio James Webb de la NASA
La realidad, es que este telescopio espacial -James Webb de la NASA- ha capturado las imágenes de los anillos de Neptuno donde se observa al gigante de hielo desde una perspectiva nueva.
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Lo más llamativo en la nueva imagen de Webb es la nítida vista de los anillos del planeta, algunos de los cuales no se han detectado desde que la Voyager 2 de la NASA se convirtió en la primera nave espacial en observar a Neptuno durante su sobrevuelo a finales de los 80. Además de varios anillos brillantes y angostos, la imagen de Webb muestra claramente las bandas de polvo más tenues de Neptuno.
“Han pasado tres décadas desde la última vez que vimos estos anillos tenues y polvorientos, y esta es la primera vez que los hemos visto en el infrarrojo”, señala en un comunicado Heidi Hammel, experta en sistemas de Neptuno y científica interdisciplinaria del equipo del telescopio Webb. La calidad de la imagen extremadamente estable y precisa de Webb permite detectar estos anillos muy tenues que se encuentran tan cerca de Neptuno.
Las características impresionantes del planeta
Neptuno ha fascinado a los investigadores desde su descubrimiento en 1846. Situado 30 veces más lejos del Sol que la Tierra, este planeta orbita en la remota y oscura región del sistema solar exterior. A esa distancia extrema, el Sol es tan pequeño y débil que el mediodía en Neptuno es similar a un crepúsculo poco iluminado en la Tierra.
Este planeta se caracteriza como un gigante de hielo debido a la composición química de su interior. En comparación con los gigantes gaseosos Júpiter y Saturno, Neptuno es mucho más rico en elementos más pesados que el hidrógeno y el helio. Esto es fácilmente evidente en la apariencia azul característica de Neptuno de las imágenes del telescopio espacial Hubble en las longitudes de onda visibles, causadas por pequeñas cantidades de metano gaseoso.
Hola, Neptuno. ¿Estos son tus anillos?
— NASA en español (@NASA_es) September 21, 2022
Esta imagen reciente de @NASAWebb es la vista más clara de los anillos de Neptuno en más de 30 años y la primera en luz infrarroja. Contempla las imágenes del planeta y sus bandas de polvo, sus anillos y sus lunas: https://t.co/NYAlDVi5K7 pic.twitter.com/ciYEs5KF0w
La cámara de infrarrojo cercano de Webb genera imágenes de objetos en el rango del infrarrojo cercano entre 0,6 y 5 micras, por lo que Neptuno no se ve azul a través de los instrumentos de Webb.
De hecho, el gas metano absorbe con tanta fuerza la luz roja e infrarroja que el planeta está bastante oscuro en estas longitudes de onda del infrarrojo cercano, excepto donde hay nubes de gran altitud. Tales nubes de hielo de metano se destacan como rayas y manchas brillantes, que reflejan la luz solar antes de que sea absorbida por el gas metano. Imágenes de otros observatorios, incluyendo el telescopio espacial Hubble y el Observatorio W.M. Keck, han registrado estas características de las nubes en rápida evolución a lo largo de los años.
Más sutilmente, una delgada línea de brillo que rodea el ecuador del planeta podría ser una señal visual de la circulación atmosférica global que alimenta los vientos y tormentas de Neptuno. La atmósfera desciende y se calienta en el ecuador, y por lo tanto, brilla más en longitudes de onda del infrarrojo que los gases concentrados más fríos.
La órbita de 164 años de Neptuno significa que su polo norte, en la parte superior de esta imagen, está fuera de la vista de los astrónomos, pero las imágenes de Webb sugieren un brillo intrigante en esa área. Un vórtice previamente conocido en el polo sur es evidente en la vista de Webb, pero por primera vez este telescopio ha revelado una banda continua de nubes de alta latitud que lo rodean.
*Con información de Europa Press