NACIÓN
Una herencia y varios chats: primeras pistas sobre el macabro crimen de un profesor en Cajicá
Las autoridades empiezan a armar el rompecabezas para esclarecer el asesinato de Gamaliel Álvarez.
Las autoridades continúan adelantando las labores de investigación recopilando pruebas que permitan esclarecer el macabro crimen del profesor Gamaliel Enrique Álvarez, en confusos hechos que se registraron en Cajicá en el departamento de Cundinamarca.
Una de las primeras pistas en las que está trabajando la Fiscalía General de la Nación tiene que ver con varios mensajes que al parecer envió desde su celular el profesor, los cuales han generado sospecha de las autoridades, ya que estarían redactados sin palabras clave que usualmente utilizaba el profesor Gamaliel Enrique Álvarez.
Uno de los mensajes lo recibió una de las personas a quien el profesor le tenía en arriendo varios parqueaderos, en ese chat se mencionó sobre cambios en el pago de la mensualidad, ya que habría solicitado que el dinero se enviara a otra cuenta. Situación que es analizada por las autoridades.
Así mismo, otro de los episodios que podría ser clave en la investigación tiene que ver con una supuesta herencia que estaba por recibir la familia del profesor Álvarez. Además se está recopilando información para establecer quiénes fueron las últimas personas que tuvieron contacto con él.
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¿Cómo va la investigación?
Cabe recordar que en la casa del profesor Gamaliel Álvarez se encontró su cuerpo sin vida luego de que se alertara sobre su desaparición desde hace dos meses. Un espacio en su casa, situada en Cajicá, Cundinamarca, tenía una estructura extraña que no se acoplaba a la vivienda, y esta fue una de las claves para encontrar el cuerpo sin vida del hombre, de 43 años, enterrado en cemento y bajo el mesón de su cocina.
Así mismo, la historia ha conmocionado al país y, de acuerdo con el informe preliminar del Instituto de Medicina Legal, el cuerpo tenía signos de herida provocada por arma blanca en el cuello y maltrato físico. Los hallazgos apuntaron a que enterraron bajo una planta de cemento a Gamaliel Álvarez, luego de que se desangrara.
Sumado a ello, SEMANA tuvo conocimiento del caso, en el cual un investigador del CTI de la Fiscalía manifestó que “esto es increíble”, luego de encontrar el cuerpo en estado de descomposición y de percibir los olores emanados del mismo.
A renglón seguido, el pasado 26 de noviembre, en horas de la noche, los vecinos del barrio Puente Vargas, en el sector Disco de Oro en Cajicá, se comunicaron con las autoridades luego de percibir un fétido olor cerca a sus hogares. Tras la insistencia, los bomberos del municipio ingresaron al lugar, una casa de un piso de alto con paredes desgastadas, sin esperar encontrar restos de un cadáver.
Se reveló en su momento que, posiblemente, se trataba del cuerpo de Gamaliel Álvarez, un profesor del que no se sabía nada desde hacía dos meses.
Sobre ese caso, los investigadores del CTI de la Fiscalía cerraron la vivienda para que, con el uso de herramientas, pudieran romper la placa de cemento que contenía lo inesperado: la ubicación de Gamaliel. Estos hechos ocurrieron en la madrugada del pasado 27 de noviembre de 2021.
En ese momento, trascendió por medio del informe policial que había elementos clave que sirvieron como base para la investigación inicial: por una parte, el baño estaba quemado y con indicios de haberse provocado un pequeño incendio; por otro lado, había un olor nauseabundo en un cuarto pequeño de la casa, donde era notorio que tenía una reparación con cemento en la parte del mesón, así lo dijo Simón Cornejo, comandante de la Policía Sabana Norte.
El proceso está en medio de un profundo misterio. Su familia y amigos buscan una razón o argumento que explique lo que le pudo haber sucedido al docente. La primera inspección indicó que muchos de sus elementos personales estaban en su habitación.
Finalmente, y de acuerdo con varios familiares, vecinos y compañeros de trabajo, el celular del profesor estaba en poder de otra persona, pues al menos tres de ellos aseguraron haber recibido un mensaje desde el WhatsApp personal del docente, en que, supuestamente, él escribió que estaba buscando empleo en Ayapel (Córdoba), pero que pronto regresaría a su barrio.