NACIÓN

“Una sola vida salvada”: la dura respuesta de De la Calle a Fernando Londoño

El exjefe negociador le dice que “sus falsos ataques no alcanzan siquiera a rozar la ecuanimidad de la cual hoy disfruto” y que su serenidad “proviene de las víctimas que no lo han sido. Las víctimas futuras que no cayeron bajo ataques de más de 13.000 combatientes cuyas armas fueron destruidas”.

21 de octubre de 2020
El exjefe negociador le dice que “sus falsos ataques no alcanzan siquiera a rozar la ecuanimidad de la cual hoy disfruto” y que serenidad “proviene de las víctimas que no lo han sido. Las víctimas futuras que no cayeron bajo ataques de más de 13.000 combatientes cuyas armas fueron destruidas”.
El exjefe negociador le dice que “sus falsos ataques no alcanzan siquiera a rozar la ecuanimidad de la cual hoy disfruto” y que serenidad “proviene de las víctimas que no lo han sido. Las víctimas futuras que no cayeron bajo ataques de más de 13.000 combatientes cuyas armas fueron destruidas”. | Foto: Semana

Humberto de la Calle rara vez contesta a las agresiones en su contra por haber liderado las negociaciones con las extintas Farc. El exjefe negociador del proceso, sin embargo, escribió una dura carta a Fernando Londoño que publicó en sus redes sociales. En la misiva, De la Calle asegura que la diatriba que recibió es “alucinante y feroz”, pero agrega que todo lo hecho en el proceso valió la pena por cuenta de las miles de vidas que se han salvado.

Esta es la misiva:

"He oído reciente publicación suya en la que arrecia de nuevo contra este servidor. Por una razón, no voy a discutir con usted su alucinante y feroz diatriba: respeto su condición de víctima de un atentado infame. Me duele lo que le ocurrió a usted; absolutamente repudiable. Y me duelen los niños disfrazados de agentes oficiales para ser ejecutados en aras de una estadística. Y tantas, tantas víctimas.

No buscaré sosiego tratando de convencerlo a usted y a quienes comparten sus ideas sobre lo que significó el Acuerdo del Teatro Colón. El elemento central fue brindar reparación y verdad a las víctimas. Algunas no lo comprenden así. Están en su derecho. La enorme tranquilidad que siento se basa más en las que víctimas que han encontrado en lo acordado un camino hacia la reconciliación. Y sobre todo, la verdadera serenidad proviene de las víctimas que no lo han sido. Las víctimas futuras que no cayeron bajo ataques de más de 13.000 combatientes cuyas armas fueron destruidas.

Una sola vida salvada por la firma consignada en ese Acuerdo ya me permite transcurrir el resto de mi vida con plena certeza moral de lo que hice. Sus falsos ataques no alcanzan siquiera a rozar la ecuanimidad de la cual hoy disfruto. Deseo a usted seguridad y libertad para expresarse. Y larga vida".