EL PASADO NO PERDONA

El día que Uribe llamó a un candidato presidencial ‘caballo discapacitado’

El exmandatario es el personaje de esta semana en #ElPasadoNoPerdona. La retractación por las acusaciones que lanzó contra Daniel Samper transportó a los tuiteros a la campaña electoral del 2010.

6 de agosto de 2017
| Foto: Archivo Particular

Nada que baja la marea que se levantó por las acusaciones que lanzó el expresidente Álvaro Uribe Vélez contra Daniel Samper Ospina. Aunque este sábado el exmandatario terminó acatando la orden del Tribunal Superior: retractarse por llamar al columnista "violador de niños", muchos sintieron que la tarea quedó hecha a medias.

Hay varias razones para afincarse en esa idea. Si el lector se fía en los primeros siete renglones de la carta, fácilmente se puede concluir que el hoy senador por el Centro Democrático se ciñó estrictamente a la ley y cumplió el mandato que dictó el falló. "Corrijo que no es violador de niños. Nunca quise acusarlo de violación física o sexual de niños", dijo. 

Sin embargo, al avanzar cuatro renglones después, se percatará que el expresidente contraatacó: "Hay derechos que son inseparables del ser humano, por ende, su vulneración equivale a violar a la persona titular, especialmente cuando el afectado es un niño". Es decir, se despachó de nuevo contra Samper.

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Lo que no se esperaba es que con su nueva lista, terminó dándoles un insumo a sus contradictores en las redes sociales, que echaron mano de una frase de un antiguo discurso para refrescarle la memoria. Cuando Uribe leyó desde Barranquilla su comunicado "son inaceptables las burlas sobre los defectos físicos de las personas", algunos tuiteros se trasladaron al 19 de abril del 2010.

En ese entonces, cuando Juan Manuel Santos hacía campaña para buscar votos como sucesor de la seguridad democrática, el presidente de la época, Álvaro Uribe, llamó a uno de sus rivales "caballo discapacitado". Aunque el jefe de las toldas uribistas no mencionó nombres, de entrada la alusión fue interpretada como una mención a Antanas Mockus, quien diez días antes había confesado a los medios de comunicación que padecía principios de Parkinson.

“Esto necesita continuidad, esto no es flor de un día, esto no es un esfuercito de caballo discapacitado, esto es una tarea de todos los momentos. Esto es una tarea de mucha convicción, de mucha disciplina, de mucha aplicación”, advirtió durante un consejo de seguridad en San Gil, Santander. 

Después de que la Corte Constitucional enterró la posibilidad de una segunda reelección de Álvaro Uribe, su exministro empezó a repuntar en las encuestas. Pero a medida que crecía su favoritismo, el auge de la ´ola verde´comenzó a recortarle ventaja. Los efectos se sintieron en la primera vuelta: Juan Manuel Santos, con el 46,57 % de los votos, estuvo a un paso de la mayoría absoluta, pero terminó disputando la Presidencia en una segunda contienda con Antanas Mockus, quien logró el 21,48 %. 

En medio de la candente campaña que estuvo marcada por el nacimiento de un partido que prometió el aumento de electores y que catapultó el protagonismo que en años posteriores tendría internet, el presidente con más popularidad de la historia tomó partido. A pesar que la ley prohíbe su intromisión, Uribe no dejó de pronunciarse en el debate electoral. Tanto así, que el procurador general de la época, Alejandro Ordóñez, tuvo que pedirle que no hablara sobre el tema. 

Lo que ocurrió en San Gil fue un ejemplo de ello. Con su actitud no solo quedó en entredicho la neutralidad del Gobierno en la puja por la Casa de Nariño, sino lo que más indignó fue la burlesca referencia que hizo sobre uno de los candidatos. Por eso fue que los primeros en criticarlo fueron los miembros de la ‘ola verde‘.

¿La razón? Un mes antes de la primera vuelta presidencial, Antanas Mockus dio la noticia de que sufre del mal de Parkinson. En la misma entrevista, en La W, en la que le daban la noticia de que estaba a escasos cinco puntos del puntero Juan Manuel Santos, el exalcalde, con la franqueza que lo caracteriza, ante una pregunta sobre los rumores que circulaban sobre sus problemas de salud admitió que sufre esa enfermedad.

"Es una cosa que tal vez hubiera debido mantenerse en privado, pero aprovecho para decir que hay un diagnóstico de comienzo de Parkinson", dijo. Renglón seguido dio un parte de tranquilidad: "No afecta las actividades mentales. El pensamiento, la creatividad, el conocimiento funcionan perfectamente bien. Hay algo de temblor en las manos que alguna gente notó. El pronóstico son 12 años o más de vida normal gracias a la medicación". Y remató diciendo que "entiendo la preocupación ciudadana, pero espero que no me crucifiquen por una enfermedad que me afecta en lo físico y no en lo mental". 

Aunque el expresidente le salió al paso a las críticas y en varias oportunidades manifestó que había sido mal interpretado: "Soy absolutamente respetuoso de las personas", dijo. En el imaginario social caló otra cosa y sus explicaciones no fueron suficientes. "Uribe aseguró que cuando mencionó el caballo discapacitado se refirió a un tema del campo y en un contexto diferente al electoral", registró el diario El Espectador, de una entrevista con La W radio. 

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De hecho, un año después del episodio, el profesor Mockus en entrevista con SEMANA se refirió de nuevo al tema. Dejó ver que las diferencias nunca fueron zanjadas y contó que le preguntó a Uribe "lo de los tres huevitos porque él había hablado de mi incapacidad, entonces le pregunté: ¿usted cree que no soy capaz de cuidarle los tres huevitos? Yo sentía que me estaban discriminando. Él tenía que ser neutral en la campaña. Hubo larguísimos silencios en la conversación, fue muy incómoda. Él tenía alguna explicación sobre lo del caballo discapacitado o no sé qué, pero yo no fui a que me rectificara eso, sino a exigir neutralidad". 

A pesar que han pasado varios años desde el conocido episodio, este sábado los usuarios de las redes sociales desempolvaron la escena y no perdieron la oportunidad para recordarle al exmandatario el famoso refrán: predica pero no aplica.