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Proceso de paz: Uribe explica qué haría el CD si gana la presidencia

Aunque asegura que "no propondrá revocar los acuerdos con las FARC", los cambios que implantaría si el Centro Democrático triunfa en 2018 conservan más el tono de pactar un nuevo acuerdo que de ajustar el que ya existe.

20 de febrero de 2017
Con la grabación, colgada en Twitter, quedó claro que no hay ni un ápice de afinidad entre Uribe y lo que se pactó en La Habana. | Foto: Daniel Reina

El uribismo quiere comenzar a agitar el debate presidencial con el tema que seguramente terminará determinando hacia donde se inclina la balanza: el proceso de paz. José Obdulio Gaviria fue el primero en salir a la tribuna. "Si un Gobierno de las fuerzas políticas del No" llega a la Casa de Nariño, el acuerdo de paz toma otro rumbo. El escueto mensaje que envió el senador uribista logró ponerle los pelos de punta a más de uno.

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Con rapidez el Gobierno se movió y el jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, propuso una coalición para derrotarlos en primera vuelta. La idea no cuajó. De la Calle excluyó de ese posible equipo a Germán Vargas Lleras, uno de los más duro aspirantes en la contienda del 2018. Además, el Partido de la U aseguró que no estaba dispuesto a hacer una alianza para la primera vuelta.

El domingo pasado, el presidente Álvaro Uribe retomó el tema. "‘Qué peligro el Centro Democrático que quiere revocar el acuerdo con Farc‘, es la advertencia del Gobierno y del doctor De la Calle, uno de sus candidatos", comenzó diciendo Uribe. En un video de cinco minutos, el jefe del Centro Democrático expuso los argumentos que tiene para creer que la implementación del acuerdo de paz -que arrancó el pasado primero de diciembre- no va por buen camino.

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Con la grabación, colgada en Twitter, quedó claro que no hay ni un ápice de afinidad entre Uribe y lo que se pactó en La Habana. La muralla con los voceros del No sigue intacta.

El exmandatario anunció que "no propondrá revocar los acuerdos con las FARC" en caso de que alguno de los miembros gane la presidencia e el 2018. Aunque esa frase fue recibida con beneplácito entre los seguidores del proceso de paz, los argumentos que esbozó después en su comunicado significaban otra cosa.

Uribe utiizó el tono crítico que lo caracteriza. Aseguró que el gobierno "parece especializado en la arquitectura de destrucción del Estado Democrático". Retomó sus dos reparos principales, la elegibilidad política y la impunidad; rechazó el manejo que se le ha dado al tema del narcotráfico, acusó al presidente de desconocer los resultados del plebiscito y calificó el Fast Track como un mecanismo para "poder para dictar normas sobre lo humano y lo divino". 

La intervención de Uribe se da justo en el momento en que cerca de 7.000 guerrilleros están llegando a las zonas de concentración. Aunque el expresidente no se refirió a la imagen de miles de subversivos caminando para dejar la guerra, sí dejó claro que frente a los combatientes rasos no ve ningún problema. "El Centro Democrático tiene claro que hay que proteger y dar todas las oportunidades a los guerrilleros de base desmovilizados", dijo. 

Humberto de la Calle fue el blanco de las principales acusaciones en el extenso comunicado de Uribe y que terminó siendo una respuesta a la entrevista que el alto funcionario había concedido a El Tiempo y en donde exponía la necesidad de crear una coalición en defensa del acuerdo. Uribe sugirió que el exjefe negociador buscaba generar pánico frente al uribismo. 

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"Según el Gobierno y el doctor De la Calle tendremos que aceptar la sustitución de la justicia por magistrados de su militancia política. Que sus fallos no pueden ser revisados por la justicia ordinaria. Que para los cabecillas de las FARC el narcotráfico sea un delito político a pesar que a futuro se les legisle como delito atroz. Que para los responsables de crímenes de lesa humanidad -como el secuestro de menores- las sanciones sean risibles", aseguró el expresidente.

Los ajustes que propone Uribe no son menores si se tiene en cuenta que la eligibilidad política y la justicia transicional son el corazón de cualquier proceso de paz. Ambos temas han sido sus principales banderas durante toda la negociación y terminaron convertidos en factores clave por los cuales ganó el No en el plebiscito. Así, el presidente aseguró que no revocará el proceso de paz, pero sí que le cambiará sus dos puntos estructurales. En ese sentido, Uribe pide los mismos ajustes que exigió luego del naufragio del plebiscito de paz, lo cual en la práctica corresponde más a un nuevo acuerdo que a la modificación del ya pactado. Es muy poco probable que las FARC en ese escenario estén dispuestas a ser tratadas como delincuentes comunes y a no ser vistas como un actor político. 

Por cuenta de las reacciones que generó su comunicado del domingo, el expresidente decidió sacar otro para aclarar algunos puntos que quedaron inconclusos. En el nuevo documento, Uribe hace un comentario anécdotico. Asegura que se sentó con el gobierno luego del triunfo del No y que incluso fue a Roma a hablar con Santos y el Papa Francisco. Agregó que muchos deben estar preguntándose por qué sigue con el tema. "En la Costa (dirán) "ya está bueno"; en Antioquia "hombre dejen eso ya"; en Bogotá ‘estos siguen peleando‘", pero que él seguirá insistiendo.