POLÍTICA
Uribismo: la lucha del Centro Democrático para el 2022 apenas empieza
El Centro Democrático se alista para escoger a su candidato presidencial. ¿Qué viene luego? ¿Qué escenarios de consulta tiene a la vista para marzo de 2022?
A esta hora ya está prácticamente definido el nombre del candidato o candidata presidencial del uribismo. El ganador del título (hay cinco competidores: María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Alirio Barrera, Óscar Iván Zuluaga y Rafael Nieto) saldrá del resultado de dos sondeos de opinión que el Centro Nacional de Consultoría y Yanhaas, dos casas encuestadoras reconocidas, realizaron esta semana.
Cualquiera de los cinco puede ser. Pero, a juzgar por las opiniones en las bases uribistas, la puja más fuerte la libran María Fernanda Cabal y Óscar Iván Zuluaga por una razón: son los dos con mayor reconocimiento en la opinión. Alirio Barrera, el hombre del sombrero, exgobernador de Casanare, quien comparte con el expresidente Álvaro Uribe su afición por los caballos de paso, el ganado y el campo, confía en ser el vencedor.
Paloma Valencia y Rafael Nieto, quienes repitieron candidatura en esta oportunidad, también están a la expectativa. Con cualquiera que gane, la unidad del uribismo está a salvo. Todos respetarán el resultado. SEMANA habló con cada uno de ellos y hay total compromiso para apoyar al triunfador. Está por verse si, después de conocerse el nombre del elegido, alguno de los cuatro acepta participar en la lista del Senado. Aunque esta vez no han tenido el acompañamiento físico del expresidente Álvaro Uribe en campaña, como sí ocurrió hace cuatro años, los cinco han compartido tarima en el país durante los encuentros con sus simpatizantes.
Aun cuando todos representan la misma divisa, tratan de hacer la diferencia. Y una de ellas radica en su posición frente al Gobierno del presidente Iván Duque. La mayoría entiende que un apoyo incondicional los aleja de cualquier posibilidad de triunfo en las bases. Además, ninguno siente que le debe algo al mandatario.
Uribe mantiene su apoyo al presidente, pero les ha dado licencia a los precandidatos para cuestionar lo que consideren del Gobierno, con el pedido de que también se le reconozca lo que corresponda. “Destacar y difundir aciertos del Gobierno Duque. Indicar, constructivamente, faltantes, incluso desacuerdos”, fue la instrucción de Uribe a los precandidatos. Cabal y Nieto son los más críticos con la administración. Ambos cuestionan el liderazgo del mandatario en muchos campos. “Elegimos presidente, pero no tenemos gobierno”, es una frase de Nieto, que se ha vuelto lugar común en sectores muy uribistas.
“Me duele que el presidente no se haya rodeado de los mejores”, ha dicho también Cabal, de manera insistente. Valencia le ha criticado a Duque que no haya asumido un mayor compromiso para modificar el acuerdo de paz de La Habana en asuntos que no les gustan a los uribistas. Zuluaga ha sido más cauto, por lo menos en público. En sus apreciaciones le reconoce al mandatario el “buen manejo de la economía”. Barrera también felicita a Duque de manera constante por las inversiones que el Gobierno ha llevado a Casanare, su departamento. También han aflorado diferencias de corte ideológico entre ellos.
Cabal se ha mostrado muy defensora de Dios, de las libertades, de la seguridad, de las Fuerzas Militares, del expresidente Uribe. Tiene la posición más conservadora de los cinco y no se avergüenza de ello; por el contrario, lo exhibe. Zuluaga, como conocedor de la economía que es, pues fue ministro de Hacienda y ha sido empresario por muchos años, es más dado a insistir en medidas económicas, como la de desmontar el gravamen del 4 × 1.000. Valencia ha tenido todo el tiempo en la mira modificar el acuerdo de paz con las Farc. Y es enemiga acérrima de la JEP, la jurisdicción que juzga a los responsables de la guerra. Como senadora impulsó proyectos en ese sentido y se queja de la falta de apoyo del Gobierno y de su mismo partido.
La encuesta
El nombre de la persona que representará al uribismo en las urnas en 2022 será el fruto de una encuesta que se efectuó esta semana y cuyos resultados se conocerán el próximo lunes. La medición sobre favorabilidad electoral fue realizada por el Centro Nacional de Consultoría y Yanhaas, dos empresas de prestigio.
En todo caso, el procedimiento utilizado no es tan sencillo. Se trata de dos tipos de encuesta: la primera, abierta, privilegia la participación de personas afines al uribismo, que tendrá un peso del 75 por ciento para la valoración final. La segunda es un sondeo cerrado, entre militantes, con base en una lista de 60.000 personas que el Centro Democrático suministró. Ambas mediciones son hechas por los mismos operadores. Para los sondeos abiertos, cada encuestadora hará 1.000 entrevistas. Adicionalmente, habrá una auditoría que valorará los resultados de las dos encuestas.
Luego, el Centro Democrático ponderará los datos para dar el resultado final. El trabajo de campo para la medición se hizo durante el curso de esta semana. Las casas encuestadoras entregarán los resultados al Centro Democrático este sábado. El domingo se hará la auditoría y la ponderación, y el lunes se proclamará el ganador.
Carlos Lemoine, presidente del Centro Nacional de Consultoría, le dijo a SEMANA que se trata de un “mecanismo confiable, muy técnico, que habla muy bien del Centro Democrático”.
El candidato vencedor no tendrá todo ganado. Una convención del uribismo proclamará su nombre este 27 de noviembre, trámite que no tiene mayor discusión.
La cuesta arriba apenas comienza, pues el uribismo es consciente de que solo no representa una opción de poder real. Tendrá que ser parte de una coalición que concentre a los sectores de centroderecha. El candidato del uribismo desea medirse con otros aspirantes de la centroderecha en una consulta interpartidista en las elecciones de marzo del próximo año.
El papel del uribismo en esa consulta todavía no está definido. No tiene un cupo seguro. Entre otras razones, porque dependerá de quién será el candidato. El uribismo quiere ir a la llamada Coalición de la Experiencia, de la que por ahora forman parte los exalcaldes Enrique Peñalosa, Alejandro Char, Federico Gutiérrez, la exgobernadora del Valle Dilian Francisca Toro, el candidato del Partido Conservador, David Barguil, y el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry.
Los miembros de esta coalición en proceso de construcción tienen una clara tendencia de centroderecha. Por eso se habla de la posible llegada del uribismo. Pero nada está acordado en ese sentido todavía. Entre los integrantes de la Experiencia no hay consenso absoluto sobre la llegada del uribismo. Eso dependerá de quién sea ungido como candidato este lunes y su disposición a dialogar y negociar.
En cualquier caso, el uribismo iría como uno más de los sectores para competir por la supremacía de los votos en la consulta popular. Ya no estará en la condición de líder de la alianza como lo fue los últimos 20 años, con Álvaro Uribe a la cabeza, y que ahora no está al frente del proceso.
Aunque sería muy grave para el uribismo, una posibilidad es que, si no es recibido en la Coalición de la Experiencia, tenga que ir solo a primera vuelta. El uribismo parece estar seguro de ir a la consulta interpartidista de marzo, confiado del triunfo, pues supone que cuenta con la gran masa que ha respaldado a Uribe durante más de 20 años y que lo convirtió en el mayor elector de todos los tiempos.
Pero esta posibilidad asusta a algunos miembros de la Coalición de la Experiencia, pues creen que será muy difícil elegir presidente a otro uribista en estos momentos. Aunque casi todos los precandidatos de la Coalición de la Experiencia vienen de haber sido elegidos recientemente con grandes votaciones, algunos dudan de poderle ganar individualmente al candidato del uribismo en la consulta. Ahí corren el riesgo de que el uribismo sea la fuerza más numerosa y sea la que pase a segunda vuelta.
En cambio, sí están seguros de que juntos tendrían la consulta más votada, lo que les garantizaría el paso a segunda vuelta, a través de uno de ellos. Y el uribismo iría luego como gregario a segunda vuelta por fuerza de las circunstancias.
Todos los miembros de Coalición de La Experiencia se reunieron por primera vez este viernes, en la casa de Enrique Peñalosa en Bogotá, para examinar su ruta. La lucha cuesta arriba apenas comienza.