Al paredón con María Isabel
Usted fundó el Polo. ¿Cómo es que aparece ahora en el gobierno de Álvaro Uribe?
Rosemberg Pabón le responde a María Isabel Rueda.
'Comandante Uno' en la toma del M-19 de la embajada dominicana, se reunió varias veces con Pablo Escobar y podría tener la clave sobre su supuesta participación en la toma del Palacio de Justicia. Miembro de la Asamblea Constituyente, cofundador del Polo Democrático, ex alcalde de Yumbo, Valle, y ex senador, hoy me lo encuentro trabajando con el gobierno de Uribe en la dirección de Dansocial.
M.I.R.: Las declaraciones de Virginia Vallejo reabrieron el fantasma de la colaboración de Pablo Escobar en la toma del Palacio de Justicia. El historiador y periodista, actual secretario de Gobierno de Medellín, Alonso Salazar, revela en su libro 'La parábola de Pablo' y en la entrevista que le hice en esta misma sección, que usted e Iván Marino Ospina eran muy amigos de Pablo Escobar…
R.P.: Habría que preguntarle a él qué quiere decir muy amigos. En la guerra uno conoce gente, la ve una vez, dos veces. Yo lo conocí porque me lo presentó Iván Marino. Teníamos la teoría de que íbamos a ser gobierno e incluso estábamos convencidos de que en el 86, el Mundial de fútbol lo íbamos a hacer nosotros. Había que hablar con todo el mundo. A Escobar lo visitamos para preguntarle cuál iba a ser su posición en caso de que fuéramos gobierno. Él nos respondió que estaría interesado en madurar la fórmula que le ofrecieron los narcos al presidente Betancur por conducto del ex presidente López en Panamá.
M.I.R.: La fórmula era entregar todos los cultivos, los laboratorios, someterse a la justicia a cambio de que no se hiciera retroactiva la extradición. Casi en lo que estamos ahora con los paras…
R.P.: Y eso a nosotros nos sonaba, porque había que buscarle salida al tema del narcotráfico.
M.I.R.: ¿En cuántas reuniones estuvo con Escobar?
R.P.: En tres o cuatro. Hablando de a dos minutos. No es fácil que yo, siendo un hombre superbuscado, hablara con otro superbuscado. Yo podía llevar detrás al enemigo y que a él le pasara algo después de hablar conmigo era un lío, lo mismo que si a mí me pasaba algo después de hablar con él.
M.I.R.: Pero si esas conversaciones existieron para producir unos pactos políticos, ¿cómo podemos creer que Escobar no financió, como se ha dicho, la toma de Palacio?
R.P.: La única persona autorizada para hablar con él era Iván Marino Ospina. Los demás podíamos contactarlo sin compromiso. Pero Iván Marino en febrero del año de la toma, en el congreso de los Robles, fue relevado como comandante general y lo reemplazó Álvaro Fayad. Él asumió directamente la planeación de la toma del Palacio de Justicia y siempre permaneció en Cauca. Todos los días teníamos contactos con ellos en el campamento. Yo creo que de esas conversaciones debe tener grabaciones el Ejército, porque ellos nos grababan a nosotros y nosotros a ellos. Le voy a recomendar a la Comisión de la Verdad que hoy estudia los hechos del Palacio que revise esas grabaciones. Fayad nunca salió de allí para hablar con Escobar. Iván Marino, que sí lo había hecho, murió tres meses antes de la toma del Palacio, y era imposible que con tanta anticipación se hubieran conocido los planes de la toma como para haber planeado algo con Escobar. Mire: en ese tipo de operativos había tal compartimentación de la información, que a mí, cuando iba a operar la toma de la embajada dominicana, me avisaron apenas unos días antes. Y solo muy pocos días antes me encerraron en un cuarto y me contaron los detalles. Una sola vez me pasearon frente a la embajada y no conocía al resto de compañeros.
M.I.R.: ¿Le parece que la toma de la embajada dominicana valió la pena?
R.P.: Sí. Eso revolucionó este país. El ex presidente Carlos Lleras incluso lo escribió así en Nueva Frontera. En esa época no se podía hablar mal de un general. Ahora muchos se han caído por críticas que han producido sus equivocaciones. Hoy hay una democracia mucho más abierta: cerca de la tercera parte de los gobernadores son de corrientes distintas a los partidos tradicionales. Hay incluso condiciones para que un Lucho o un Angelino Garzón estén trabajando como gobierno para la comunidad.
M.I.R.: Acabamos de ver un video muy interesante que usted me trajo. Se trata de una entrevista prácticamente inédita que sostuvo personalmente el año pasado con Iván Roberto Duque, alias 'Ernesto Báez', quien afirma categóricamente que nada tuvo que ver Escobar con el M-19 en la toma del Palacio de Justicia. ¿Qué pruebas tiene para afirmarlo?
R.P.: Yo iba a confrontar era a Carlos Castaño. Quería acabar históricamente la versión que aparece en su libro Mi confesión, sobre los contactos de Pizarro con Escobar para planear la toma del Palacio de Justicia, de los que supuestamente Castaño había sido testigo. 'Báez', como usted acaba de escucharlo en el video, descalifica el libro de Carlos Castaño y dice que no se debió llamar Mi confesión sino Mi confusión. Asegura que escribió el libro con Castaño y que cuando apareció el periodista que le hizo la entrevista, Castaño le metió muchas mentiras. 'Báez' dice que Castaño no pudo ser testigo de los supuestos pactos de Pizarro con Escobar, porque tenía 20 años y era un gomelo sin ninguna figuración en los acontecimientos de esa época. Pero que le fascinaba la espectacularidad.
MIR: E incluso dice 'Báez' que ellos como autodefensas en el Magdalena Medio y como vecinos de Escobar en Puerto Boyacá, jamás oyeron absolutamente nada de que Escobar hubiera metido la mano en la toma del Palacio. Pero cambiando de tema, me sorprende encontrármelo trabajando en el gobierno. Yo dije hace algún tiempo que usted pertenecía a una de las alas más radicales del Polo Democrático, y mírelo ahora…
R.P.: (Risas). ¿Cómo me ve usted?
M.I.R.: Como un hombre conciliador, de centro izquierda…
R.P.: Siempre he sido así. Lo que pasa es que en mi vida me ha tocado asumir papeles duros. Pero háblese con los embajadores de esa época y ninguno le dirá que yo lo traté mal un solo día de los 61 de la toma.
M.I.R.: ¡Pero si los tuvo secuestrados 61 días en una casa!
R.P.: Bueno, sabíamos que eso iba a ser duro, pero nosotros intentamos hacerlo lo menos duro posible.
M.I.R.: ¿Qué pasó con el Polo? ¿Se desencantó?
R.P.: Yo fui uno de los fundadores del Polo. Pero me empezó a parecer que era un poco volver a lo mismo, a los años 60, a los radicalismos de la izquierda de la época maoísta y procubana…
M.I.R.: Le advierto que lo prefiero ayudándole al presidente Uribe. Pero ¿cómo pasa uno de ser del Polo a aceptarle un cargo al gobierno de Uribe, en su caso la dirección de Dansocial?
R.P.: Yo sigo siendo un hombre de oposición. Pero admito que algunos compañeros me acusan de haberme pasado al uribismo, lo mismo que cuando vieron mi entrevista con 'Báez' y me acusaron de paramilitar. Si hablo con un homosexual, pues eso no me hace homosexual. No soy uribista, pero el Presidente desde la primera campaña me buscó varias veces porque los industriales de Yumbo, que son más de 500, me conocieron como alcalde y vieron que yo era una persona tranquila, que no era un hombre duro. Le pidieron al Presidente que hablara conmigo. Hicimos empatía, nos caímos bien ambos. Me pareció que tenía autoridad, que era un hombre serio, que lo que decía lo cumplía. Me invitó a trabajar con él. Yo le respondí que él no necesitaba que yo me metiera en su movimiento para eso. Que para la paz contara conmigo, porque yo las 24 horas se las dedico a la paz.
M.I.R.: ¿Y qué opinan sus compañeros del Polo?
R.P.: Algunos me han llamado a felicitarme por buscar caminos de reconciliación. Creo en la paz. Le he dicho no sólo a Uribe sino a Pastrana, a Samper, a Gaviria que si quieren, yo voy a hablar allá con las Farc. Por eso yo no las critico, porque mi interés es tender puentes de acercamiento.
MIR: ¿Cómo le parece la presidencia del Polo de Carlos Gaviria?
R.P.: Buenísima. Yo creo que el viejo puede ayudar. Pero ojalá la suya no sea una presidencia virtual.
M.I.R.: ¿Y eso qué significa?
R.P.: Que a él lo pongan a firmar, pero sean otros los que tomen las decisiones.
M.I.R.: ¿Y a Lucho lo ve ya maduro para candidato presidencial?
R.P.: El hombre está aprendiendo ahí. Ha cometido errores, pero nadie puede decir que es un hombre malintencionado o fundamentalista. Está madurando hacia el poder. Hacia la Presidencia. Por eso me parece una tontería que peleemos contra la reelección. Porque si nos llegan a la izquierda ocho años de gobierno, pues tenemos tiempo suficiente para mostrar resultados. Y si son 12, mejor. El Psoe sacó a España de ese feudalismo con 12 años de gobierno y luego vino un gobierno de derecha y avanzó, no retrocedió. Ahora está otra vez el partido socialista y creo que va a gobernar otros 12 años. Tenemos que adecuar la mente para mandar. Tengo unas ideas berraquísimas para que el presidente Uribe gobierne cuatro años más.
M.I.R.: ¿¡Cómo!?
R.P.: Sí, me parece que Uribe debe gobernar 12 años. Para resolver el conflicto armado por la vía política y llamando a una asamblea constituyente. En eso, Dansocial, con más inversión social, puede jugar un papel muy importante.
M.I.R.: ¡Esto sí es chiva, viniendo de alguien del Polo!
R.P.: Es apenas una idea, y no se la he contado a él.
M.I.R.: Veo entonces que se siente cómodo trabajando con el gobierno de Uribe…
R.P.: Mucho. Estoy ayudándole al país en esta coyuntura. No tengo prevenciones con nadie, hablo con todo el mundo, con gente de todos los sectores sin excepción.
M.I.R.: ¿Ya no piensa en secuestrar embajadas como alternativa del poder?
R.P.: Eso fue un capítulo de mi vida. Ahora estamos en algo mucho más grande. Proyectos de revolución social mucho más importantes.
M.I.R.: ¿Qué va a hacer como director de Dansocial?
R.P.: Mi antecesor salvó la entidad. Y luego el Presidente me dijo: "Rosemberg, le llegó la hora de que sus sueños revolucionarios se concreten en este proyecto". ¡Eso me llegó al corazón!