CARIBE

Valledupar bajo fuego

El asesinato del médico ‘Tico’ Aroca, y los atentados contra un exrepresentante a la Cámara y un ganadero tienen en ascuas a la ciudad. Hay disputa por bienes que dejó Jorge 40.

20 de septiembre de 2019
| Foto: Archivo particular/Dinero

Una serie de crímenes estremece a la sociedad valduparense. En febrero, hubo un atentado contra el exrepresentante a la Cámara Álvaro Morón, que sobrevivió de milagro. En julio, el ganadero Celso ‘Chechito’ Castro Gnecco fue víctima de un episodio similar: dispararon contra él tres veces, pero sobrevivió. El 20 de agosto fue asesinado mientras hacía ejercicio el pediatra Alberto ‘Tico’ Aroca.

Los crímenes tienen en común que fueron en plena vía pública, ejecutados por sicarios y sin importar que hubiesen testigos, al estilo de las estructuras paramilitares que actuaban en la región hace varios años. Los hechos generaron tal inquietud que al consejo de seguridad que se citó en Valledupar, 72 horas horas después de la muerte de Aroca, asistió el presidente Iván Duque.

“Tenemos información de inteligencia, de una estructura criminal a la que, sotto voce, han llamado la Silla”. El mandatario ordenó identificar a sus miembros y ofreció recompensas. Sobre la organización delincuencial reveló que “puede ser la que está detrás de algunos de esos vínculos del sicariato y con posibles oficinas de cobro al servicio del microtráfico y el narcotráfico”.

En contexto: Así asesinaron al médico ‘Tico‘ Aroca en Valledupar

Duque no hizo mención a persona alguna. Fue cuestión de días para que Elkin Javier López Torres, conocido con los alias de Doble rueda o la Silla, invitara a los medios locales a una rueda de prensa en la que señaló que “en Valledupar quieren desviar la atención hacia mí. Hay viejas estructuras paramilitares, peleas familiares cazadas de tiempo atrás y narcotraficantes que fueron extraditados, que están regresando a la región y están buscando sus bienes a nombre de otras personas”. Su casa fue allanada por la Policía el 6 de septiembre.

El pasado lunes, en un operativo conjunto entre la Dijín, Sijín de la Policía y CTI de la Fiscalía General de la Nación, fue capturado Jaider Hernán Acuña Barrios, en un barrio popular de Valledupar donde se escondía. Según pudo constatar SEMANA es originario de la ciudad, pero fue criado en los municipios de la depresión momposina. Ya era conocido en bajo mundo por ser desmovilizado de las AUC. Hoy, presuntamente, se dedica a cobrar extorsiones y sicariato.

Pasquín

La semana pasada un pasquín circuló por las calles del barrio Novalito, de Valledupar, el barrio donde reside la élite de la ciudad. El texto, con tono amenazante, recordó el asesinato de ‘Tico’ Aroca, así como los atentados contra Morón Cuello y ‘Chechito’ Castro. Habla de una “organización [que] continuará con nuestra labor de justicia social” contra supuestos actos de testaferrato y de corrupción.

“Todo lo que tenga que ver con aquellas personas que usurparon tierras con complicidad de grupos al margen de la ley y, en algunos casos, con operadores judiciales, y que hasta hoy no quieren devolverlas”, añade el texto. A continuación, listó a 16 personas —incluso un par de congresistas— a los que señala y amenaza.

La ciudad, hasta agosto, llevaba 55 muertes violentas en el año. Mientras trata de salir de la consternación, la pregunta en el aire es quiénes están detrás de esa mano siniestra que recuerda los momentos aciagos de la ciudad bajo el yugo del paramilitarismo. La respuesta no es sencilla, en una urbe pequeña donde todos prácticamente se conocen y donde parece haber un pacto de silencio.

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Los que se atreven a hablar, a condición de no ser identificados, señalan que hay una estrategia de rearme de la antigua estructura del frente paramilitar Mártires del Cesar. Uno de sus comandantes fue Óscar José Ospino, conocido también como Tolemaida, tristemente celebre por el asesinato de dos sindicalistas de la Drummond y una juez de Becerril (Cesar). Tras acogerse a la ley de Justicia y Paz, está en libertad condicional y manejaría todos los hilos, según al menos cuatro fuentes con las que conversó SEMANA.

Este medio intentó hablar de estos temas con el comandante de la Policía de Cesar, coronel Lácides Miguel Ramos, que señaló que por motivos de agenda no podía responder a la petición. En su lugar, la oficina de prensa de la seccional manifestó que sí tienen conocimiento del pasquín y que un grupo de la Unidad de delitos informáticos fue destinado para establecer su procedencia y veracidad.

Así mismo, las personas mencionadas fueron contactadas se les dieron la medidas de autoprotección y se les dio traslado a la UNP y a la Fiscalía que abrió una investigación por dichas amenazas. Tras la creación de un grupo de Dijín, Sijín, Fiscalía seccional y CTI para adelantar la investigación por los crímenes, a la ciudad llegaron 100 efectivos policiales para fortalecer la adelantar “una intervención a la ciudad”.

El secretario de Gobierno de Valledupar, Gonzalo Arzuza, manifestó por su parte que dichas medidas se tomaron en un consejo de seguridad de alto nivel al que asistió el comandante del Ejército, general Nicacio Martínez; el director de la Policía, general Óscar Atehortúa; el director de la UNP, Pablo Elías González; y la directora de la Fiscalía especializada con contra organizaciones criminales, Myriam Cecilia Medrano.

Motivo: ¿bienes?

En la antigua estructura comandada por el exjefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, Jorge 40, Tolemaida se había especializado en el despojo de tierras, así como conocía de primera mano quiénes eran los terceros a los que se les entregaban los bienes, dado que que coordinaba a jueces y notarios para la legalización de las escrituras.

Sin embargo, no trabaja solo. Según coincidieron las mismas cuatro fuentes, a partir de contactos que forjó en su paso por la cárcel con estructuras criminales de Antioquia pudo llegar al gran articulador de toda la operación: la Silla, con quien ‘subcontrata’ los cobros y los ajustes de cuentas.

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Elkin López —que se moviliza en silla de ruedas tras quedar en condición de discapacidad a causa de un atentado ejecutado en 2008— ha sostenido que es un empresario dedicado a la construcción. Sin embargo, la Fiscalía lo detuvo en 2012 y los señalo de liderar una estructura criminal y narcotraficante que cometió en 2010 una masacre en el Rodadero samario.

En ese entonces, quedó libre por vencimiento de términos. En 2017, López debió hacer frente a una situación similar en la que un fiscal le expidió orden de captura por concierto para delinquir con fines de narcotráfico y homicidio en concurso con homicidio agravado. Se entregó y fue dejado libre. Lo cierto es que, judicialmente, nada ha podido comprobársele.

El escalofriante pasquín tiene nombres de relevancia. Inicia con quienes se salvaron, Morón Cuello y Castro Gnecco. Menciona a María Fernanda Mejía, la directora seccional de Fendipetróleos y viuda del médico Aroca; a Jorge ‘Yoyo’ Tovar, hijo de Jorge 40; Alfredo y Sergio Araujo Castro, hermanos de la excanciller y gerente de Transmilenio María Consuelo Araújo.

También aparecen Hernando Molina Araujo, hijo de la Cacica, Consuelo Araujo Noguera; Hugues Rodríguez, la Barbie, antigua mano derecha de Jorge 40 y extraditado que regresó calladamente al país hace mas de un año; Aldo Lacouture, señalado por testigos como amigo de 40; y el exsenador Mauricio Pimiento, condenado por parapolítica, entre otras personas.

La ventana de la violencia está abierta en Valledupar y muchos de los ingredientes que en el pasado causaron temor y desazón aparentemente han regresado.