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El tránsito narcotraficante se hace vía marítima por pequeños caseríos como Limones, en Ecuador, o Puerto Rico, en Colombia.

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Varias personas fueron asesinadas en zona rural de Tumaco, frontera con Ecuador

SEMANA había advertido hace varios meses sobre la tensa situación de órden público que enfrentan las comunidades del Alto Mira y Frontera. La masacre ocurrió en la vereda Puerto Rico.

22 de febrero de 2021

Al menos cinco personas fueron asesinadas este domingo en la zona de frontera entre Colombia con Ecuador, en una acción que fue denunciada por la Asociación Nacional de Ayuda Solidaria, Andas. La organización señaló que hacia las 11 de la mañana hombres armados ingresaron a la vereda Puerto Rico, del municipio de Tumaco, en momentos en que habitantes de esa región se encontraban reunidos en una cancha asistiendo a un campeonato de microfútbol.

Según la información, integrantes del grupo delincuencial Los Contadores atacaron de manera indiscriminada atacaron a los participantes en el evento deportivo. SEMANA obtuvo información sobre la muerte de cinco personas. Además, hubo varios heridos que fueron trasladados a un centro asistencial de Ecuador.

La Asociación Nacional de Ayuda Solidaria, Andas, señaló que tras la masacre, la comunidad puso en conocimiento del Batallón de Despliegue Rápido del Ejército Nacional la situación “pidiendo que se proteja y garantice la integridad, la vida y la dignidad humana de las comunidades campesinas”. De acuerdo con el comunicado, a las 2 de la tarde aún no habían hecho presencia en la vereda Puerto Rico.

Así mismo, la asociación señaló que “algunas personas amarradas se encuentran en poder del grupo armado” y reportó “el despliegue de hombres del frente Iván Ríos (contadores) hacia la verada Brisas de Mataje”.

Una masacre anunciada

Hace varios meses, en noviembre de 2020, SEMANA recorrió esa región para conocer de cerca la situación que atraviesan las comunidades por la presencia de grupos armados ilegales que buscan ejercer un control en zonas que son utilizadas como corredores para el tráfico de drogas.

Las comunidades habían advertido sobre la posibilidad del recrudecimiento de la violencia por los enfrentamiento de diferentes organizaciones delincuenciales que podrían afectar a sus habitantes con hechos como el ocurrido este domingo. Aquí nos citaron a todos y nos dijeron que viene un nuevo grupo y que muy probablemente haya combates”.

A la estructura armada que actúa en la zona y que está disputando el control del narcotráfico con el frente Óliver Sinisterra, que es una disidencia de las Farc, se le conoce como Los Contadores. Es un reducto criminal fundado por Albeiro Arrigui, alias Contador, en zona rural de Barbacoas y que cuenta con más de 300 hombres bien armados y el apoyo económico del cartel de Sinaloa. Según las informaciones, ellos son los responsables de las muertes que ocurrieron en Puerto Rico.

El tránsito narcotraficante se hace vía marítima, por pequeños caseríos como Limones, en Ecuador, o Puerto Rico, en Colombia.

Los Contadores ya le han ganado varios pulsos a la Oliver Sinisterra, que tras la muerte de Guacho perdió fuerza en el Pacífico nariñense. En enero de 2020 –y tras intensos combates– desplazaron a los disidentes hacia el cordón fronterizo con Ecuador, su último y más poderoso bastión.

A diferencia de la Oliver Sinisterra, esta nueva estructura no tiene génesis en las antiguas Farc. Los Contadores es la estructura netamente narcotraficante más grande del suroccidente colombiano. Sin embargo, últimamente Los Contadores han contado con el apoyo de algunos disidentes de la Segunda Marquetalia

Los moradores de Puerto Rico trabajan –sin saberlo– en una ruta de escape para sus verdugos. “Aquí cuando estaba la guerrilla buena era diferente, ahora con esa gente no se puede dialogar, el que diga algo se lo llevan para el monte, lo matan y no devuelven más el cuerpo. Y quien se atreva a ir a reclamarlo, también se muere”, le dijo un poblador a SEMANA en noviembre de 2020.

La frontera del terror

La economía de Puerto Rico se mueve por los crecientes cultivos de coca. Cuando hay lánguidos operativos del Ejército Nacional las matas son defendidas por motines organizados por los mismos disidentes que, vestidos de civil, meten presión a la fuerza pública para evitar la erradicación forzada manual. La comunidad también participa, porque “los guerrilleros lo están viendo todo y ellos saben quién ayudó y quién no y luego se la cobran”.

La comunidad pide acciones de diferentes organismos para hacer presencia en ese sector ante las constantes amenazas contra la población de esta zona fronteriza.

“Reclamamos por parte del Estado Colombiano en especial por el Ejército Nacional de Colombia como único actor presente en la zona, que se garantice la protección de la comunidad del territorio, a las instituciones de orden nacional, a la Defensoría del Pueblo, a la Gobernación de Nariño, la Alcaldía Municipal de Tumaco, la Personería de Tumaco, Naciones Unidas y organizaciones sociales y defensoras de Derechos Humanos para acompañar esta crisis que no abandona el territorio de Alto Mira y Frontera, somete al miedo y a la zozobra a estas comunidades que históricamente ha sido abandonadas por el Estado”, indicó en su comunicado la Asociación Nacional de Ayuda Solidaria, Andas.