Nación
Ventas de autos y una heladería, los negocios del comerciante con antecedentes penales asesinado en el norte de Bogotá
En lo corrido del año en la capital del país se han presentado más de 250 casos de sicariato.
La precisión con la que actuó el pistolero que acabó con la vida del empresario Alberto Ortega García dejó perplejos a los investigadores de la Sijín de Bogotá, quienes debido a su experiencia investigando casos de homicidios concluyeron que quien actuó fue todo un profesional.
El sicario tuvo la paciencia para vigilar al detalle los últimos movimientos de García, a quien abordó en la calle 85 y con carrera 7 y le disparó en dos ocasiones, impactados que dieron directamente en el rostro de su victima dejándole nulas opciones de vida.
Luego de ocurrido el crimen, la ciudadanía reportó el caso a la Policía, que llegó al sitio con sus investigadores. En el lugar encontraron un vehículo de alta gama de propiedad de la víctima con numerosos elementos de alto valor en el interior como relojes. Los investigadores creyeron inicialmente que se podría tratar de un nuevo caso de hurto en donde los delincuentes actúan de manera violenta.
Pero con el pasar de los minutos, esa hipótesis se fue desvaneciendo conforme a lo que se iba encontrando en la escena del crimen, pues al sujeto blanco del ataque no le habían hurtado ningún elemento, su billetera y celular no le fueron arrebatados.
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Al digitar su cédula en las bases de datos judiciales los investigadores encontraron que Ortega García presentaba varias anotaciones que iban desde delitos relacionados con narcotráfico, estafa y hasta extorsión, como lo reveló la alcaldesa Claudia López.
Por el modus operandi del gatillero que asesinó al comerciante, los investigadores de la Policía consideran que se puede tratar más de un ajuste de cuentas, posiblemente derivadas de los antecedentes penales del hoy occiso.
De acuerdo a lo que se ha conocido extraoficialmente, el fallecido era un empresario dedicado a la venta de vehículos de alta gama como en el que él se movilizaba y era el propietario de una reconocida comercializadora de helados.
Ahora los investigadores tratan de armar el rompecabezas para verificar que conexión pueden tener la heladería, la compra y venta de vehículos y los antecedentes judiciales de la víctima de sicariato que causó terror en el norte de Bogotá en las últimas horas.
Claudia López volvió a evadir responsabilidades: culpó al Gobierno y a la justicia por caso de sicariato en la calle 85 en Bogotá
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, finalizará su período en pocos meses y en los cuatro años en los que estuvo al frente de la ciudad pocas veces asumió su responsabilidad como administradora de la ciudad. En esta ocasión volvió a culpar a los demás por el caso de sicariato que se presentó a plena luz del día en la calle 85 con carrera Séptima, al norte de la capital.
“La víctima de sicarios era un comerciante con anotaciones penales por tráfico de estupefacientes, estafa y extorsión. ¡Si tenía asuntos penales pendientes debía ser sometido a la justicia, no a sicarios!”, afirmó López. La víctima fue Adolfo Alberto Ortega García, de entre 50 y 54 años, un empresario de vehículos de alta gama, que también tendría, al parecer, algunas acciones en la famosa cadena La Paletteria.
El hecho se registró a la salida de un exclusivo gimnasio en la calle 85 con carrera Séptima, en el norte de Bogotá, hacia las 2:00 p. m. Dos hombres en moto lo esperaron para atentar contra su vida a la salida del lugar. Posteriormente, emprendieron la huida y hasta el momento no han sido identificados ni capturados.
“¡El vacío que dejan la reducción policial y la impunidad judicial lo están cubriendo sicarios con ajusticiamiento criminal!”, aseguró López en una crítica reiterada que ha hecho a la justicia.
Además, también arremetió contra el Gobierno del presidente Gustavo Petro. “¡Hasta cuándo el nivel nacional (no solo este gobierno, sino desde mucho antes) entenderá que invertir en seguridad y justicia ciudadana no es un lujo, sino una necesidad imperiosa! ¡Tienen que darnos, no quitarnos policía! Tienen que construir más cárceles que funcionen, no que sean centros de crimen. Y apoyar a fiscales y jueces para que sean ellos los que impartan justicia”, aseguró la mandataria local.
Una de las mayores críticas que se le ha hecho a López a lo largo de la administración es que en campaña afirmó que sería la “jefe de la Policía que haga temblar a los delincuentes”. Sin embargo, la realidad es distinta, no solo porque ahora asegura que ella no es la jefe de la Policía, sino que es el Gobierno, y porque las cifras de inseguridad están disparadas, tanto, que han llegado a niveles máximos históricos.
El hurto a personas, por ejemplo, es una de las cifras más elevadas y que atemoriza a los bogotanos. De enero a junio de este año se presentaron 72.957 casos de hurtos a personas, un 28,1 % más frente a los primeros seis meses de hace un año. Esta cifra revela un alarmante promedio de 403 personas robadas cada día.
Las cifras dan muestra que en todas las localidades de Bogotá, en el primer semestre de este año, a excepción de Tunjuelito, subieron los hurtos a personas. Se trata de una realidad desconcertante.
Por variación porcentual, las localidades en donde más se disparó el hurto a personas son Teusaquillo, en donde este delito subió 61,6 %, al pasar de 3.177 casos en el primer semestre de 2022 a 5.134 este año; Barrios Unidos (57,8 %, de 2.319 a 3.660), Candelaria (42,4 %, de 490 a 698); Los Mártires (36,9 % de 2.249 a 3.080), y Suba (35,8 % de 6.005 a 8.157).
Ahora, en cuanto a las localidades con mayor número de hurtos a personas reportados, el lamentable ranking lo lidera Suba, con 8.157; seguido de Kennedy (7.861), Engativá (7.276), Chapinero (5.192) y Fontibón (5.145).
“El hurto a personas es el delito que viene aumentando durante mucho tiempo y esto es consecuencia de la tasa de reincidencia criminal, de las decisiones que se toman en el ámbito de la justicia criminal, del sistema penal, donde básicamente los hurtos a celulares, bicicleta, con violencia, cada vez más se ven como un delito menor, que es completamente excarcelable, que no hay nada que hacer contra esto. El Estado y el sistema de justicia colombiano renunciaron a perseguir y a castigar el hurto, eso es muy delicado porque es el delito de más alto impacto, está afectando a demasiadas personas y en esa sí estamos en máximos históricos”, aseguró el exsecretario de Seguridad, Daniel Mejía.