Vicente Torrijos asumirá las riendas del Centro Nacional de Memoria Histórica

Vicente Torrijos fue confirmado como el hombre designado para asumir la dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica. El académico, que ha sido consultor en asuntos estratégicos del Comando General de las Fuerzas Militares, será el  próximo en tomar posesión al frente de la entidad. 

Tras la polémica que se armó por la candidatura de Mario Pacheco, su nombre salió de la lista de candidatos y en su lugar se remontó un analista político y periodista con magister en Estudios Políticos y un postdoctorado en Asuntos Estratégicos, Seguridad y Defensa. A pesar de que su perfil no despertó tanta molestia como el historiador santandereano, a algunos expertos consultados por este portal incomoda la cercanía que ha mostrado con la institución castrense en su carrera profesional. 

De acuerdo con su perfil, Torrijos fue miembro suplente de la Asamblea Constituyente de 1991, comisionado presidencial para el manejo de crisis con Venezuela en el gobierno de Uribe y fundador de la maestría y el Departamento de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana. 

Adicionalmente, fue presidente del Consejo Latinoamericano de Investigaciones de Paz (Claip) con sede en Guatemala, Observador Internacional de la OEA para elecciones presidenciales en Nicaragua, miembro del Comité científico del Centro Regional de Estudios Estratégicos de la Escuela Superior de Guerra. 

Hizo parte de la Comisión Histórica del Conflicto y de las Víctimas instalada en La Habana por la Mesa de negociaciones en agosto del 2014. De acuerdo con una columna de Gustavo Gallón un año después de que se conociera el informe, "el origen del conflicto armado en Colombia, para Vicente Torrijos, se explicaría por la ambición de poder del Partido Comunista, so pretexto de abolir la opresión de la población por una casta privilegiada, asociada al capital financiero norteamericano y global". 

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Durante los últimos ocho años el Centro de Memoria, en cabeza de Gonzalo Sánchez, se convirtió en un faro moral para tratar de entender qué había pasado en Colombia tras 50 años de guerra. Con más de 120 informes publicados, esa ha sido la única vía oficial que ha tenido el país para reunir y recuperar material documental y testimonial sobre el conflicto armado. En especial, relativos a las violaciones del artículo 147 de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.

Bajo ese contexto es que muchos reclaman que quien llegue a la dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica, debe estar muy cerca de las víctimas y "conocer la dimensión del conflicto armado con todos sus responsables". Recientemente, en un artículo publicado por La tercera de Chile, el profesor emérito de Ciencia Política en la Universidad del Rosario, manifestó que "en Colombia no ha habido un proceso de paz, sino un proceso de negociación entre el Estado y una guerrilla que recibió gran cantidad de concesiones".

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En una entrevista que el acádemico entregó a El Nuevo Siglo sobre su libro Memos al presidente, señaló que "la idea que se nos vendió de que Colombia había superado el conflicto y que estaba en una fase de posconflicto no existe, y que como no existe, hay que darse a la tarea de plantear cuáles podrían ser esos cursos de acción, los rumbos que podrían tomar el Estado y la sociedad para poder enfrentar los actores que siguen pensando que la violencia es una metodología política válida para manejar los problemas, las diferencias entre los grupos y los seres humanos".